/ viernes 25 de febrero de 2022

Humanitas. Arte y pasión


En esta ocasión hablaremos de los objetos y obras de arte que se coleccionan, que tienen valor de uso y valor de cambio, pero también valor simbólico, que es a lo que del filósofo e historiador polaco Krzysztof Pomian llama semiphore. Con este neologismo describe el sentido de un objeto cultural o una obra de arte que puede trasmitir el espíritu de su tiempo, es decir, un objeto visible que puede transmitir un simbolismo invisible. Estos objetos semiphores encuentran valor simbólico en la exhibición y renuncian a su valor de cambio y valor de uso.

Imaginemos por un momento, qué pensarían los franceses si algún poderoso millonario le ofrecieran comprar el cuadro de “La Mona Lisa” de Leonardo da Vinci, que es una de las obras emblemáticas del museo de Louvre, o la Victoria de Samotracia. Estas obras no tienen precio, están fuera de mercado por su condición se semiphores, además de que deben ser exhibidas con los debidos cuidados de conservación, preservación y protección. Estas obras consideradas semiphores, representan el patrimonio cultural de un pueblo, de una nación y de la humanidad. Son también sin duda objetos que demuestran el poder y el expolio de unos sobre otros.

En el caso de los museos mexicanos tomemos como ejemplo “La piedra del sol” o “Cuatlicue”, íconos de la cultura Mexica que se encuentran en el Museo de Antropología de la ciudad de México.

El sentido de los museos y del coleccionismo se remite al cuidado y exhibición de este tipo de objetos. El propio Krzysztof nos dice que desde la época preclásica se mantienen en esta condición los objetos de carácter sagrado-ritual, alejados y protegidos de las guerras y de la ambición de otros, custodiados para preservar la luz que alumbra la cultura de los pueblos. Recordemos como en aquel mundo preclásico griego, la narración homérica de como el rapto de Helena de Esparta por el príncipe de Troya, originó una larga y costosa guerra.

El nombre de Helena en griego significa luz, antorcha, la belleza que alumbra. Los aqueos lucharon contra los troyanos para recuperar la belleza de la luz que les había sido arrebatada. Dixi.


bobiglez@gmail.com


En esta ocasión hablaremos de los objetos y obras de arte que se coleccionan, que tienen valor de uso y valor de cambio, pero también valor simbólico, que es a lo que del filósofo e historiador polaco Krzysztof Pomian llama semiphore. Con este neologismo describe el sentido de un objeto cultural o una obra de arte que puede trasmitir el espíritu de su tiempo, es decir, un objeto visible que puede transmitir un simbolismo invisible. Estos objetos semiphores encuentran valor simbólico en la exhibición y renuncian a su valor de cambio y valor de uso.

Imaginemos por un momento, qué pensarían los franceses si algún poderoso millonario le ofrecieran comprar el cuadro de “La Mona Lisa” de Leonardo da Vinci, que es una de las obras emblemáticas del museo de Louvre, o la Victoria de Samotracia. Estas obras no tienen precio, están fuera de mercado por su condición se semiphores, además de que deben ser exhibidas con los debidos cuidados de conservación, preservación y protección. Estas obras consideradas semiphores, representan el patrimonio cultural de un pueblo, de una nación y de la humanidad. Son también sin duda objetos que demuestran el poder y el expolio de unos sobre otros.

En el caso de los museos mexicanos tomemos como ejemplo “La piedra del sol” o “Cuatlicue”, íconos de la cultura Mexica que se encuentran en el Museo de Antropología de la ciudad de México.

El sentido de los museos y del coleccionismo se remite al cuidado y exhibición de este tipo de objetos. El propio Krzysztof nos dice que desde la época preclásica se mantienen en esta condición los objetos de carácter sagrado-ritual, alejados y protegidos de las guerras y de la ambición de otros, custodiados para preservar la luz que alumbra la cultura de los pueblos. Recordemos como en aquel mundo preclásico griego, la narración homérica de como el rapto de Helena de Esparta por el príncipe de Troya, originó una larga y costosa guerra.

El nombre de Helena en griego significa luz, antorcha, la belleza que alumbra. Los aqueos lucharon contra los troyanos para recuperar la belleza de la luz que les había sido arrebatada. Dixi.


bobiglez@gmail.com