/ viernes 4 de marzo de 2022

Humanitas. Arte y pasión


Es bien sabido que Pablo Picasso en 1905 empezó a crear e investigar lo que sería más tarde en 1907 la obra insignia del arte moderno del siglo XX “Las señoritas de Avignon”, obra que revolucionaria las convenciones de la pintura académica, inaugurando el llamado cubismo y todas sus derivas. También es cierto que en el año de 1905 Albert Einstein publicaba su teoría física del movimiento de los cuerpos en ausencia de fuerzas gravitatorias, la llamada Teoría especial de la relatividad, y diez años más en tarde en 1915 publicaba una segunda teoría, la de gravedad que reemplazaba al paradigma newtoniano, es decir, la Teoría de la relatividad general, teoría que revolucionaría a la ciencia moderna y rompería con el paradigma científico de la época. La relación entre el arte y la ciencia tiene muchos puntos de encuentro, uno que nos llama la atención en la historia de la ciencia, es como se producen las revoluciones científicas, según la teoría de Thomas Kunh, es decir, el desarrollo científico no es consecuencia de una idea de progreso lineal y temporal, Kunh afirma que la ciencia se muda de un paradigma en crisis a otro paradigma nuevo que resuelve las interrogantes de una época. Y esto ocurre también de alguna manera en el arte.

Si recordamos a Clement Greenberg quien en su texto la “Pintura moderna” propone que la modernidad en el arte da inicio con el pintor Edouard Manet con su obra “Almuerzo en la hierba”, pintura que marca un nuevo paradigma para el arte.

A partir de este punto el arte inicia una vivaz huida de la tradición académica, como lo muestran con claridad los pintores impresionistas, que ya no ocultan más la pincelada, ni utilizan veladuras, ni intentan la mimesis. El siguiente paso decisivo lo realizará Pablo Picasso, con su forma tan radical de abordar el lienzo y su bidimensionalidad, alcanzando a postular a través de su pintura, como el arte puede mostrar todo lo que la ciencia tradicional había excluido. Es decir, para Picasso es importante mostrar en la pintura lo que con los sentidos no somos capaces de percibir de la realidad. La realidad pictórica cubista muestra una versión del mundo que no percibimos pero que existe, es una versión artística de la realidad. Para los amigos de Picasso (Apollinaire, Braque, Max Jacob, Andre Salmon) la perspectiva en la pintura deforma o distorsiona el objeto. Su amigo Princet quien es un estudioso de la ciencia, le asegura a Picasso y sus amigos, que van por buen camino en sus intentos de representar objetos mostrándolos simultáneamente desde diferentes perspectivas. Finalmente el cubismo parecía tener bases científicas. Hacia el 1900-1910 los acontecimientos científico de la época incidieron en la vida cotidiana de los parisinos y de la cultura. Por supuesto Picasso no era ajeno a esta relación de causa-efecto, ciencia-vida, arte-vida.

Para ilustrarlo mejor enumeramos algunos hechos que influyeron sin duda en la visión del mundo de Picasso: “El cine fue un elemento fundamental para observar el movimiento consecutivo en las películas de Mélies por ejemplo; la geometría espacial se traslado al lienzo bidimensional, la simultaneidad espacial y las teorías sobre la cuarta dimensión. La cuarta dimensión también apareció en los primeros textos de ciencia ficción como en La máquina del tiempo de H.G. Wells. Los rayos X fueron un mensaje anti-positivista de la relatividad del conocimiento. Picasso se emocionó cuando vio por primera vez una radiografía del brazo roto de su joven amante Fernande, descubrió que existían rayos que eran invisibles para la vista, pero que estaban ahí. La fotografía se utilizó de forma sugerente en la pintura. La filosofía y la literatura le proporcionaron a Picasso el estimulo intelectual necesario para destruir el paradigma de la mimesis y avanzar hacia uno radicalmente nuevo: el cubismo. Arte y ciencia han tenido una relación freudiana de amor y de rechazo, de deseo y de repulsión, sin embargo, no pueden vivir uno separado del otro.


bobiglez@gmail.com


Es bien sabido que Pablo Picasso en 1905 empezó a crear e investigar lo que sería más tarde en 1907 la obra insignia del arte moderno del siglo XX “Las señoritas de Avignon”, obra que revolucionaria las convenciones de la pintura académica, inaugurando el llamado cubismo y todas sus derivas. También es cierto que en el año de 1905 Albert Einstein publicaba su teoría física del movimiento de los cuerpos en ausencia de fuerzas gravitatorias, la llamada Teoría especial de la relatividad, y diez años más en tarde en 1915 publicaba una segunda teoría, la de gravedad que reemplazaba al paradigma newtoniano, es decir, la Teoría de la relatividad general, teoría que revolucionaría a la ciencia moderna y rompería con el paradigma científico de la época. La relación entre el arte y la ciencia tiene muchos puntos de encuentro, uno que nos llama la atención en la historia de la ciencia, es como se producen las revoluciones científicas, según la teoría de Thomas Kunh, es decir, el desarrollo científico no es consecuencia de una idea de progreso lineal y temporal, Kunh afirma que la ciencia se muda de un paradigma en crisis a otro paradigma nuevo que resuelve las interrogantes de una época. Y esto ocurre también de alguna manera en el arte.

Si recordamos a Clement Greenberg quien en su texto la “Pintura moderna” propone que la modernidad en el arte da inicio con el pintor Edouard Manet con su obra “Almuerzo en la hierba”, pintura que marca un nuevo paradigma para el arte.

A partir de este punto el arte inicia una vivaz huida de la tradición académica, como lo muestran con claridad los pintores impresionistas, que ya no ocultan más la pincelada, ni utilizan veladuras, ni intentan la mimesis. El siguiente paso decisivo lo realizará Pablo Picasso, con su forma tan radical de abordar el lienzo y su bidimensionalidad, alcanzando a postular a través de su pintura, como el arte puede mostrar todo lo que la ciencia tradicional había excluido. Es decir, para Picasso es importante mostrar en la pintura lo que con los sentidos no somos capaces de percibir de la realidad. La realidad pictórica cubista muestra una versión del mundo que no percibimos pero que existe, es una versión artística de la realidad. Para los amigos de Picasso (Apollinaire, Braque, Max Jacob, Andre Salmon) la perspectiva en la pintura deforma o distorsiona el objeto. Su amigo Princet quien es un estudioso de la ciencia, le asegura a Picasso y sus amigos, que van por buen camino en sus intentos de representar objetos mostrándolos simultáneamente desde diferentes perspectivas. Finalmente el cubismo parecía tener bases científicas. Hacia el 1900-1910 los acontecimientos científico de la época incidieron en la vida cotidiana de los parisinos y de la cultura. Por supuesto Picasso no era ajeno a esta relación de causa-efecto, ciencia-vida, arte-vida.

Para ilustrarlo mejor enumeramos algunos hechos que influyeron sin duda en la visión del mundo de Picasso: “El cine fue un elemento fundamental para observar el movimiento consecutivo en las películas de Mélies por ejemplo; la geometría espacial se traslado al lienzo bidimensional, la simultaneidad espacial y las teorías sobre la cuarta dimensión. La cuarta dimensión también apareció en los primeros textos de ciencia ficción como en La máquina del tiempo de H.G. Wells. Los rayos X fueron un mensaje anti-positivista de la relatividad del conocimiento. Picasso se emocionó cuando vio por primera vez una radiografía del brazo roto de su joven amante Fernande, descubrió que existían rayos que eran invisibles para la vista, pero que estaban ahí. La fotografía se utilizó de forma sugerente en la pintura. La filosofía y la literatura le proporcionaron a Picasso el estimulo intelectual necesario para destruir el paradigma de la mimesis y avanzar hacia uno radicalmente nuevo: el cubismo. Arte y ciencia han tenido una relación freudiana de amor y de rechazo, de deseo y de repulsión, sin embargo, no pueden vivir uno separado del otro.


bobiglez@gmail.com