/ miércoles 4 de diciembre de 2019

La Grabadora

GRABANDO…


Voy a compartirles una excelente reflexión. Desconozco quien haya sido el autor, se llama “Oro Molido”.

Un anciano conoce a un joven, quien le pregunta ¿se acuerda de mí?. El anciano le dice que no. El joven le dice que fue su alumno. Y el profesor le pregunta ¿qué estás haciendo?. El joven contesta: soy profesor. Ah, qué bueno ¿Como yo? El joven contesta “Me convertí en maestro porque usted me inspiró”.

Y el alumno cuenta la historia: “Un día un amigo llega a la escuela con un reloj nuevo, hermoso, decidí que lo quería para mí y lo robé, lo saque de su bolsillo. Poco después mi amigo nota el robo y se queja con usted. Ya en el salón, usted maestro dice: “el reloj de su colega fue robado ¿quién lo robo?” Cierra la puerta y a todos nos dijo que nos pusiéramos de pie, que iría a uno por uno para buscar en los bolsillos de todos nosotros hasta encontrar el reloj. Pero nos dijo a todos que cerráramos los ojos. Todos lo hicimos y usted, maestro, fue de bolsillo en bolsillo y cuando llega al mío encuentra el reloj y lo toma, pero usted siguió buscando en todos los bolsillos”.

“Cuando termina dice. “Abran los ojos. Ya tenemos el reloj”. No me dijo usted nada. Nunca dijo quien lo había robado. Jamás mencionó el episodio. Y ese día usted salvó mi dignidad para siempre. Fue el día más vergonzoso de mi vida. Pero también fue el día en que me salvé para no convertirme en un ladrón”.

“Maestro, usted me dio una lección moral. Yo recibí el mensaje y entendí lo que debe ser un verdadero educador. Y me decidí a ser maestro. ¿Se acuerda de ese episodio maestro?” Y el profesor responde: “Recuerdo la situación, el reloj buscado en todos, pero a ti no te recordaba ¡porque también cerré los ojos mientras buscaba!”.

GRABANDO…


Voy a compartirles una excelente reflexión. Desconozco quien haya sido el autor, se llama “Oro Molido”.

Un anciano conoce a un joven, quien le pregunta ¿se acuerda de mí?. El anciano le dice que no. El joven le dice que fue su alumno. Y el profesor le pregunta ¿qué estás haciendo?. El joven contesta: soy profesor. Ah, qué bueno ¿Como yo? El joven contesta “Me convertí en maestro porque usted me inspiró”.

Y el alumno cuenta la historia: “Un día un amigo llega a la escuela con un reloj nuevo, hermoso, decidí que lo quería para mí y lo robé, lo saque de su bolsillo. Poco después mi amigo nota el robo y se queja con usted. Ya en el salón, usted maestro dice: “el reloj de su colega fue robado ¿quién lo robo?” Cierra la puerta y a todos nos dijo que nos pusiéramos de pie, que iría a uno por uno para buscar en los bolsillos de todos nosotros hasta encontrar el reloj. Pero nos dijo a todos que cerráramos los ojos. Todos lo hicimos y usted, maestro, fue de bolsillo en bolsillo y cuando llega al mío encuentra el reloj y lo toma, pero usted siguió buscando en todos los bolsillos”.

“Cuando termina dice. “Abran los ojos. Ya tenemos el reloj”. No me dijo usted nada. Nunca dijo quien lo había robado. Jamás mencionó el episodio. Y ese día usted salvó mi dignidad para siempre. Fue el día más vergonzoso de mi vida. Pero también fue el día en que me salvé para no convertirme en un ladrón”.

“Maestro, usted me dio una lección moral. Yo recibí el mensaje y entendí lo que debe ser un verdadero educador. Y me decidí a ser maestro. ¿Se acuerda de ese episodio maestro?” Y el profesor responde: “Recuerdo la situación, el reloj buscado en todos, pero a ti no te recordaba ¡porque también cerré los ojos mientras buscaba!”.

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