Este martes, atendiendo a un espíritu genuinamente humanitario, México recibió a un grupo de mujeres afganas, integrantes del primer equipo de robótica femenil de dicha nación. Huyeron, a poco más de una semana del dominio talibán, por un motivo en concreto: sobrevivir frente al inminente peligro que corrían dentro de las fronteras de su país.
No obstante, esta acción fue criticada por su carácter contradictorio; el trato que reciben muchos de los migrantes centroamericanos no es comparable con la bienvenida que se le dio a los refugiados provenientes de Afganistán.
En el marco de esta crisis humanitaria, el gobierno mexicano —por conducto de la cancillería— desplegó medidas oportunas de protección y atención a personas vulnerables, fiel a su tradición de brindar refugio y asilo a víctimas. Es bien sabido que el régimen del Talibán atenta sistemáticamente contra las libertades fundamentales de los individuos.
Estados Unidos y sus aliados han acelerado el proceso de evacuación con el propósito de finalizar su retirada antes del 31 de agosto. Según los cálculos del Pentágono, cada 39 minutos despegan aviones de la Fuerza Aérea hacia diferentes puntos. Desde finales de julio, más de 88 mil personas han sido evacuadas.
Tras una reunión virtual que sostuvieron los líderes del G7, exigieron a los talibanes permitir un paso seguro a los civiles que deseen abandonar el territorio afgano. Cabe señalar que el “Grupo de los Siete” propuso extender la presencia militar en Kabul, sin embargo, Biden se opuso por el riesgo que ello supondría.
Sorprendentemente, las dramáticas imágenes del aeropuerto de Kabul sensibilizaron poco a la opinión pública. Otros eventos, de carácter deportivo o artístico, pareciera que han captado mayor atención, como la salida de Lionel Messi del FC Barcelona, misma que hizo estallar las redes sociales en cuestión de segundos, o los 96.4 millones de espectadores que atrajo el Super Bowl LV. Sin duda, el esparcimiento es necesario. Pero los temas de conciencia y responsabilidad sociales son fundamentales.
Es preciso reconocer que con el transcurso de los días se manifestó una respuesta positiva por parte de la sociedad civil. Por ejemplo, en una actitud solidaria, Airbnb ofrecerá alojamiento temporal y gratuito a 20 mil refugiados, a fin de proveerles un lugar seguro para su estancia.
El concierto internacional deberá activar los mecanismos diplomáticos, políticos y económicos pertinentes para garantizar la seguridad de las personas y facilitar la ayuda humanitaria. Inevitablemente, esto implicará negociar con el Talibán, aunque los acuerdos resultantes deberán ceñirse a los límites que establece el derecho internacional de la persona humana.
¿Será el descuido de lo esencial lo que no nos define?
Consultor y profesor universitario
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