Estos días de confinamiento y cierre de año aproveché para ponerme al día con algunas lecturas que tenía pendientes. De un tiempo a atrás, he tenido el propósito de trabajar mis ideas y poner en perspectiva ciertas reflexiones sobre las condiciones en materia social, política y económica, que estarán condicionando e impactando el orden local y global en el futuro inmediato, que es ya mismo.
Hace unos meses, en el contexto de la elección norteamericana, me recomendaron leer a la escritora y periodista turca, Ece Temulkuran; por lo que decidí que, en esta lista de pendientes, su obra: Cómo perder un país encabezaría mis prioridades para estas fechas, lo cual ha sido una excelente elección.
Analizando la situación política y social en diferentes países, pero principalmente en el contexto del gobierno de Recep Tayyip Erdoğan, nos transmite de manera impecable; con un profundo compromiso, sensibilidad y estilo único, las condiciones con las cuales la frágil democracia turca se convertiría en un laboratorio de pruebas mundial para que después amainaran fenómenos como el de Trump, el Brexit y Orbán que alimentarían el populismo de derechas en occidente.
Son siete enseñanzas y advertencias, calificadas de pasos, para que cualquier democracia se convierta en una dictadura: la creación de un movimiento que permita darle poder al “pueblo real” y elimine los interlocutores intermedios; el trastocar la lógica y atentar contra el lenguaje; la sustitución de la información verdad por la posverdad (al eliminar la vergüenza, aflorará la inmoralidad); el desmantelamiento de los mecanismos judiciales y políticos; la sustitución de los individuos mediante el diseño de un ciudadano del régimen; el dejar que se rían ante el horror; y construir un nuevo país, desnaturalizando y difuminando al propio.
En unos días Donald Trump dejará de ser el presidente de los Estados Unidos, lo cual permitirá dar un respiro en materia global a esta racha populista que había venido aflorando en cascada. Sin embargo, la encuesta anual realizada por Gallup dio a conocer que este año el hombre más admirado por los norteamericanos, es precisamente su actual mandatario; por lo que, aun cuando él no esté, las fuerzas inconscientes, radicales y polarizadoras que lo llevaron al poder seguirán alimentándose y creciendo. De igual manera, la presidencia de Biden estará en constante cuestionamiento, vigilancia y reproche, por lo que sufrirá el inevitable desgaste del poder.
Sin duda, las armas populistas son más letales y eficientes que las del status quo, por lo que la sociedad global necesitará, además de resultados eficientes e inmediatos, desarrollar a pasos gigantescos un perfil crítico, empático y consciente, lo cual se antoja por más difícil, aunque esta es nuestra única alternativa.
Si bien estos análisis tocan fenómenos extranjeros calificados precisamente de derechas, podemos obviar su alto valor e incidencia en nuestra realidad nacional.
Si bien las condiciones de cada nación son diferentes, nuestra experiencia también nos enseña que los fenómenos son por más replicables.
Y, si bien, el diagnóstico que se realiza se hace “a toro pasado” y con una profundidad teórica poco “taquillera”, su necesidad de transmisión para la sensibilización social en nuestro país, es necesaria y apremiante.
¿Cómo no perderemos a México este 2021?
Los pasos ya se encuentran señalados y las condiciones serán las que trabajaremos de manera plural, sensible y consciente; todos nosotros, todos los días, en todas las circunstancias.
*Aprovechando la presente para desearles a todos los lectores y administrativos de este medio lo mejor en este 2021. Será un año complejo, lleno de retos en salud, economía, trabajo y otros de índole individual y social. Sin embargo, aunque cualquier tragedia es inevitable, no perdamos la oportunidad de enfrentar la vida con enorme dignidad.
¡Que sea un buen año!
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