/ sábado 23 de abril de 2022

Lo que no nos define | Dostoyevski y la libertad humana

A casi dos meses de la invasión a territorio ucraniano, Rusia ha sido condenada enérgicamente por la comunidad internacional. Más allá del contexto bélico, es preciso señalar que dicha nación posee un acervo histórico invaluable. Ha sido cuna de numerosas figuras que revolucionaron el mundo de las ideas, tal es el caso de Fiódor Dostoyevski (1821-1881); para muchos, el novelista más importante de todos los tiempos.

A pesar de que sus personajes están inspirados en el pueblo ruso, éstos trascienden las páginas de sus obras debido a que retratan la condición humana —nuestras luces y sombras—. Dentro de sus textos más relevantes destacan Crimen y castigo, Los hermanos Karamazov, Los demonios y El idiota. Sus escritos ponen sobre la mesa una constante tensión psicológica entre el bien y el mal. Dostoyevski lo plantea como una lucha que experimentamos los individuos, y de la cual no podemos huir, pues aquello que nos distingue del resto de los seres vivos es nuestra facultad de elección, es decir, la libertad humana.

Día a día nos debatimos internamente sobre cómo obrar, ya sea al margen o con apego a nuestras leyes. Asimismo, decidimos actuar entre la generosidad y el egoísmo, la solidaridad y la indiferencia y el amor y el odio. Por ejemplo, Raskolnikov, protagonista de Crimen y castigo, opta por asesinar a una vieja usurera, dado que se considera un “hombre extraordinario”, legitimado para mover las cosas hacia adelante.

El escritor ruso nos exhorta a reflexionar sobre el valor que encierra la libertad y, en este sentido, relata en Memorias del subsuelo: “¿Qué hacer con los millones de casos que atestiguan que la gente, a sabiendas, entendiendo perfectamente la naturaleza de sus verdaderos beneficios, los relegaron a un segundo plano para precipitarse por otra senda [...] y terca, caprichosamente, se abrieron otro, duro y absurdo, buscándolo casi en la oscuridad?”

Actualmente, la sociedad se enfrenta a múltiples amenazas. Existe una tentación por desvanecer nuestras libertades; baste observar el “fantasma del autoritarismo” que recorre el orbe. Por otro lado, en plena era de la tecnología, hay intentos por controlar la voluntad humana a través de algoritmos. Así pues, algunos conciben la libertad como un obstáculo. "El hombre nace libre, pero en todas partes se encuentra encadenado”, según Rousseau.

Dostoyevski, a diferencia del filósofo ilustrado, es un auténtico defensor de la libertad, en virtud de que es aquello que nos hace esencialmente humanos. “El misterio de la existencia humana no estriba sólo en el hecho de vivir, sino en decidir libremente para qué se vive”, apunta Dostoyevski.

¿Serán nuestras luces y sombras lo que no nos define?


Consultor y profesor universitario

Twitter: Petaco10marina

Facebook: Petaco Diez Marina

Instagram: Petaco10marina


A casi dos meses de la invasión a territorio ucraniano, Rusia ha sido condenada enérgicamente por la comunidad internacional. Más allá del contexto bélico, es preciso señalar que dicha nación posee un acervo histórico invaluable. Ha sido cuna de numerosas figuras que revolucionaron el mundo de las ideas, tal es el caso de Fiódor Dostoyevski (1821-1881); para muchos, el novelista más importante de todos los tiempos.

A pesar de que sus personajes están inspirados en el pueblo ruso, éstos trascienden las páginas de sus obras debido a que retratan la condición humana —nuestras luces y sombras—. Dentro de sus textos más relevantes destacan Crimen y castigo, Los hermanos Karamazov, Los demonios y El idiota. Sus escritos ponen sobre la mesa una constante tensión psicológica entre el bien y el mal. Dostoyevski lo plantea como una lucha que experimentamos los individuos, y de la cual no podemos huir, pues aquello que nos distingue del resto de los seres vivos es nuestra facultad de elección, es decir, la libertad humana.

Día a día nos debatimos internamente sobre cómo obrar, ya sea al margen o con apego a nuestras leyes. Asimismo, decidimos actuar entre la generosidad y el egoísmo, la solidaridad y la indiferencia y el amor y el odio. Por ejemplo, Raskolnikov, protagonista de Crimen y castigo, opta por asesinar a una vieja usurera, dado que se considera un “hombre extraordinario”, legitimado para mover las cosas hacia adelante.

El escritor ruso nos exhorta a reflexionar sobre el valor que encierra la libertad y, en este sentido, relata en Memorias del subsuelo: “¿Qué hacer con los millones de casos que atestiguan que la gente, a sabiendas, entendiendo perfectamente la naturaleza de sus verdaderos beneficios, los relegaron a un segundo plano para precipitarse por otra senda [...] y terca, caprichosamente, se abrieron otro, duro y absurdo, buscándolo casi en la oscuridad?”

Actualmente, la sociedad se enfrenta a múltiples amenazas. Existe una tentación por desvanecer nuestras libertades; baste observar el “fantasma del autoritarismo” que recorre el orbe. Por otro lado, en plena era de la tecnología, hay intentos por controlar la voluntad humana a través de algoritmos. Así pues, algunos conciben la libertad como un obstáculo. "El hombre nace libre, pero en todas partes se encuentra encadenado”, según Rousseau.

Dostoyevski, a diferencia del filósofo ilustrado, es un auténtico defensor de la libertad, en virtud de que es aquello que nos hace esencialmente humanos. “El misterio de la existencia humana no estriba sólo en el hecho de vivir, sino en decidir libremente para qué se vive”, apunta Dostoyevski.

¿Serán nuestras luces y sombras lo que no nos define?


Consultor y profesor universitario

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