/ sábado 20 de noviembre de 2021

Lo que no nos define | Encuentro trilateral

El pasado 18 de noviembre se llevó a cabo la IX Cumbre de Líderes de América del Norte, después de cinco años. El encuentro trilateral tuvo sede en Washington, D.C., lugar donde se dieron cita los mandatarios de México, Estados Unidos y Canadá. El objetivo fue fortalecer los lazos de integración y cooperación entre los tres países.

Entre los principales bloques temáticos que se abordaron, destacan: i) pandemia de COVID-19 y vacunación; ii) migración; y iii) competitividad de la región —a poco más de un año de la entrada en vigor el T-MEC—. Ahora bien, en el ámbito del diálogo bilateral México-Estados Unidos un par de asuntos clave fueron el de seguridad fronteriza y combate al tráfico de armas.

Tras concluir la Cumbre, Marcelo Ebrard aseguró que se abrió un nuevo capítulo en la relación entre México, Estados Unidos y Canadá, con una visión compartida ante los crecientes desafíos globales.

La cancillería mexicana dio a conocer la "hoja de ruta", es decir, cuáles fueron los resultados y acuerdos alcanzados. Me permito sintetizarlos a continuación: i) acabar de manera definitiva con la pandemia; ii) donaciones de vacunas al resto del continente, especialmente al Caribe; iii) replantear y actualizar el Plan Norteamericano para la Influenza Animal y Pandémica; iv) reforzar las cadenas de suministros médicos de la región; v) mejorar el acceso y distribución de vacunas; vi) respaldar la Agenda de Seguridad Sanitaria Mundial; vii) continuar con el Diálogo sobre Drogas de América del Norte.

Adicionalmente, Ebrard informó que el gobierno de Estados Unidos invertirá en el programa "Sembrando Oportunidades'', con el propósito de impulsar el sur de México y enfrentar la migración en Centroamérica.

En términos generales, el balance resulta positivo para la delegación mexicana, como normalmente sucede en este tipo de reuniones de trabajo. El presidente López Obrador llegó a la Cumbre con 62 % de aprobación, de acuerdo con Oraculus; a diferencia de Biden, cuya popularidad se encuentra en niveles bajos: 53.2 % de desaprobación, según RealClear Politics. En lo que respecta a Trudeau, pese a que obtuvo el triunfo en las recientes elecciones, su capital político se ha reducido (42 %).

Una cuestión política se asoma en el fondo de la tesitura norteamericana: habrá elecciones intermedias el próximo año, y los republicanos buscarán que el tema migratorio se torne aún más complejo para la administración Biden —inclusive que se le salga de las manos— con miras a controlar la Cámara de Representantes.

Por ello, nuestro país tuvo un amplio margen de maniobra y negociación. Veamos cómo marchan las cosas de aquí hasta la próxima Cumbre en 2022, cuya sede será la Ciudad de México.

¿Será la cooperación e integración regional lo que no nos define?


Consultor y profesor universitario

Twitter: Petaco10marina

Facebook: Petaco Diez Marina

Instagram: Petaco10marina

El pasado 18 de noviembre se llevó a cabo la IX Cumbre de Líderes de América del Norte, después de cinco años. El encuentro trilateral tuvo sede en Washington, D.C., lugar donde se dieron cita los mandatarios de México, Estados Unidos y Canadá. El objetivo fue fortalecer los lazos de integración y cooperación entre los tres países.

Entre los principales bloques temáticos que se abordaron, destacan: i) pandemia de COVID-19 y vacunación; ii) migración; y iii) competitividad de la región —a poco más de un año de la entrada en vigor el T-MEC—. Ahora bien, en el ámbito del diálogo bilateral México-Estados Unidos un par de asuntos clave fueron el de seguridad fronteriza y combate al tráfico de armas.

Tras concluir la Cumbre, Marcelo Ebrard aseguró que se abrió un nuevo capítulo en la relación entre México, Estados Unidos y Canadá, con una visión compartida ante los crecientes desafíos globales.

La cancillería mexicana dio a conocer la "hoja de ruta", es decir, cuáles fueron los resultados y acuerdos alcanzados. Me permito sintetizarlos a continuación: i) acabar de manera definitiva con la pandemia; ii) donaciones de vacunas al resto del continente, especialmente al Caribe; iii) replantear y actualizar el Plan Norteamericano para la Influenza Animal y Pandémica; iv) reforzar las cadenas de suministros médicos de la región; v) mejorar el acceso y distribución de vacunas; vi) respaldar la Agenda de Seguridad Sanitaria Mundial; vii) continuar con el Diálogo sobre Drogas de América del Norte.

Adicionalmente, Ebrard informó que el gobierno de Estados Unidos invertirá en el programa "Sembrando Oportunidades'', con el propósito de impulsar el sur de México y enfrentar la migración en Centroamérica.

En términos generales, el balance resulta positivo para la delegación mexicana, como normalmente sucede en este tipo de reuniones de trabajo. El presidente López Obrador llegó a la Cumbre con 62 % de aprobación, de acuerdo con Oraculus; a diferencia de Biden, cuya popularidad se encuentra en niveles bajos: 53.2 % de desaprobación, según RealClear Politics. En lo que respecta a Trudeau, pese a que obtuvo el triunfo en las recientes elecciones, su capital político se ha reducido (42 %).

Una cuestión política se asoma en el fondo de la tesitura norteamericana: habrá elecciones intermedias el próximo año, y los republicanos buscarán que el tema migratorio se torne aún más complejo para la administración Biden —inclusive que se le salga de las manos— con miras a controlar la Cámara de Representantes.

Por ello, nuestro país tuvo un amplio margen de maniobra y negociación. Veamos cómo marchan las cosas de aquí hasta la próxima Cumbre en 2022, cuya sede será la Ciudad de México.

¿Será la cooperación e integración regional lo que no nos define?


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