Hace unos días recordábamos que Jacques Attali advirtió sobre el florecimiento de la “Economía de la Vida” como una de las principales claves que resultarían de la pandemia en la agenda mundial. Hoy no podemos concebir que se hable de emergencia sanitaria y crisis económica sin que se mencione directamente también el enfoque de sustentabilidad y/o combate al calentamiento global.
Muchos identifican la aparición de la pandemia como consecuencia de los efectos del cambio climático y, de igual manera, el enfoque de sustentabilidad como un requisito básico para la recuperación económica mundial.
Salud, Sustentabilidad y Recuperación económica serán indudablemente los tres pilares sobre los que se sostendrá en adelante el entorno global.
Las inversiones sustentables han venido cobrando cada día mayor relevancia en los mercados financieros de todo el mundo. El apetito por instrumentos de renta fija alineados con objetivos ambientales, sociales y de gobernanza ha generado oportunidades para la instrumentación de nuevas herramientas de financiamiento. Los bonos verdes en circulación superan los $754 billones de dólares y tan solo el año pasado se colocaron más de $258 billones de dólares en el mercado.
Dichos instrumentos no son una novedad en nuestro país, desde 2015 se han realizado emisiones de este tipo para financiar proyectos eólicos, sistemas de transporte colectivo más eficientes e infraestructura sustentable. Acelerar la emisión de estos instrumentos será un paso en la dirección ya que, para que un bono sea verde, se debe destinar el 95% de los recursos a proyectos o activos verdes. Lo interesante también es analizar el destino efectivo de las inversiones para ver su grado de sustentabilidad y que no sean consideradas de oropel.
La emisión realizada esta semana por el gobierno federal sienta las bases para que más países utilicen instrumentos específicos con la finalidad de permitir inversiones encaminadas en cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. La operación se realizó por un monto de €750 millones de euros a 7 años con un cupón del 1.35% y alcanzó una demanda de 6.4 veces el monto colocado.
Actualmente, los bancos centrales de todo el mundo han mantenido las tasas de interés a la baja y el apetito por bonos soberanos de economías emergentes es alto por lo que son mayores las oportunidades para utilizar estos instrumentos en tanto se mantengan ciertas condicionantes que nos permitan seguir sosteniendo el grado de inversión y se generen mecanismos para recuperar la confianza de invertir en México.
El combate al cambio climático solo será efectivo si las acciones que se realicen tienen una incidencia en el ámbito local; a nivel gobierno, sociedad y persona, por lo que el impulso de estos instrumentos será decisivo para la adopción de una economía verde y la reactivación económica post-COVID.
El cambio climático, la contaminación y el aumento poblacional seguirán presentes cuando se levanten las medidas de contingencia y será más evidente que hablar de sustentabilidad será hablar de salud y que la recuperación económica será verde o no se dará.
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