En un giro inesperado de los acontecimientos, Polonia, uno de los aliados más sólidos de Ucrania, ha anunciado el fin de las transferencias de armas al país vecino. Este anuncio se produce justo un día después de que el presidente Volodymyr Zelenskiy acusara a Varsovia de estar jugando en manos de Rusia al prohibir las importaciones de granos ucranianos.
Polonia ha sido uno de los principales proveedores de armas para Ucrania y ha sido uno de los defensores más vehementes de la causa ucraniana desde que comenzó la invasión. Sin embargo, las relaciones entre ambos países se han deteriorado en los últimos días debido a la creciente disputa sobre el grano.
En ese marco, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, anunció que su país priorizará su propia defensa en el futuro y dejará de transferir armas a Ucrania. No obstante, se ha aclarado que esto se refiere principalmente a futuros envíos, ya que la mayoría del apoyo militar polaco disponible se transfirió a Ucrania en los primeros meses de la guerra.
No obstante, ante las reacciones de ello, el presidente Duda trató de calmar la situación, afirmando que el primer ministro Morawiecki había sido malinterpretado y que Polonia seguiría cumpliendo los contratos de suministro ya acordados con Ucrania.
Cabe señalar que esta disputa también surge en un contexto en el que Polonia se prepara para unas elecciones parlamentarias muy reñidas, con el partido gobernante –PiS– buscando evitar perder apoyo frente a la extrema derecha que ha llamado a reducir el respaldo a Ucrania; aunado a la creciente fatiga en algunos sectores de la población en relación con la importación de grano ucraniano.
Ante esto, la oposición ha criticado al gobierno, acusando al PiS de apuñalar políticamente a su país vecino por motivos electorales, pues esta creciente tensión parece amenazar con socavar la sólida relación que existía entre ambas naciones en su lucha conjunta contra la agresión rusa.
Es preciso indicar, que la disputa sobre el grano se desencadenó después de que la invasión rusa cerrara las rutas de envío en el Mar Negro y parte del grano ucraniano se desviara por tierra a través de Europa. Aunque la Unión Europea acordó levantar las restricciones a las importaciones de grano en mayo, Polonia, Hungría y Eslovaquia optaron por mantener las restricciones para proteger a sus agricultores locales.
Esta disputa del grano se ha convertido en un tema político y diplomático sensible. De modo que el futuro de esta relación y su implicación en la guerra en curso sigue siendo incierto, y ambos países esperan encontrar una solución que respete sus intereses mutuos.
Mientras tanto, el contexto electoral en Polonia añade una capa adicional de complejidad a esta disputa, y el papel de Polonia como uno de los principales actores en el apoyo a Ucrania en su lucha contra Rusia se encuentra en una encrucijada.
¿O serán las alianzas y no las brechas lo que no nos define?
Consultor y profesor universitario
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