- Bestialidad futbolera
- Golpazo al estado
- SSC y PC omisas
La brutalidad de una minoría de los aficionados de Gallos Blancos pegó en lo más preciado de la marca Querétaro: la supuesta tranquilidad que es el distintivo del estado al presentarse como moderno, innovador y próspero para atraer inversiones o inspirar el sueño de decenas de familias que cada semana llegan a residir.
El prestigio local construido con años de trabajo se perdió en cosa de minutos cuando la vileza, transmitida en vivo y reproducida por cientos de videos y fotografías en las redes sociales, puso al estado en las malas noticias de todo el mundo.
El daño es grandísimo y la crisis continuará azotando mientras el Gobierno estatal y la Fiscalía mantengan la postura de cero destituciones y cero detenciones.
HORROR
No es para menos: la página más negra del futbol mexicano se escribió el sábado en Querétaro y lo hicieron, hasta ahora de forma impune, cavernícolas que golpearon al borde de la muerte a personas indefensas e inconscientes, niños y mujeres solo por su afición al equipo Atlas.
Para colmo, cometieron esas bestialidades prácticamente en vivo por televisión y redes sociales, aprovechando la ausencia e incluso las facilidades de las fuerzas policiacas, en un inmueble público que, en teoría, debería ser de lo más seguro en una ciudad que se precia de “muy segura”.
Todos vimos cómo le daban de patadas a la humanidad, ahora sí que “en vivo”.
Por eso, y porque millones de queretanos desean demostrar que “así no somos en Querétaro”, indigna que habiendo tanta videncia ni siquiera uno de ellos esté detenido, al menos no formalmente, por una Fiscalía General opaca y casi tan omisa como la Secretaría de Seguridad Ciuadadana o la Dirección de Protección Civil, a cargo del fiscal Alejandro Echeverría, Miguel Angel Contreras y Carlos Rodríguez di Bella.
LO DEJAN SOLO
Una parte fundamental del gabinete, la de Seguridad, dejó solo a Mauricio Kuri, quien canceló la gira a Europa y regresó a Querétaro para atender personalmente la contingencia provocada por la negligencia del club gallos Blancos y por funcionarios indolentes que, ya con el jefe de viaje, estaban en “modo vacación”.
Para la administración estatal, de apenas 5 meses, será muy difícil contener la crisis de la violencia futbolera sin cortar cabezas de uno o de todos los responsables de que la policía no estuviera presente y de que las condiciones de seguridad no fueran las adecuadas en un partido declarado “de alto riesgo”.
DE MANUAL
La emergencia del estadio Corregidora evidenció el error de la reforma impulsada desde el sexenio pasado para quitar atribuciones a la Secretaría de Gobierno sobre los temas de seguridad pública.
Hoy a cargo de Guadalupe Murguía, que desde sus tiempos en el Senado ha sido la mejor aliada del hoy gobernador, esa Secretaría es el pilar más grande de la gobernabilidad y no debió de ser debilitada. Ya quedó demostrado y ayer comenzó a recuperar el protagonismo que históricamente ostenta.
En cambio, pese al padrinazgo y a su agrandada función, volvió a mostrar su pequeñez el aún secretario de Seguridad Ciudadana, Miguel Angel Contreras.
¡Aunque Usted no lo crea…! ni un detenido en flagrancia entregó.
SAN JUAN Y TEQUIS
Después no digan que no se les advirtió, porque en San Juan del Río que intenta administrar el alcalde Roberto Cabrera Valencia, y en el Tequisquiapan del ausente Antonio Mejía, también hay violencia por futbol.
Son muchas las advertencias recientes de barbarie en los encuentros “llaneros” y todas están ligadas a la venta clandestina de alcohol, que es tolerada.
A finales de febrero en la comunidad de La Fuente, Tequisquiapan, se desató una batalla campal. Las porras de La Fuente y La Lira se dieron “con todo” y circularon viralmente en las redes sociales.
Pese a la evidencia, el alcalde Antonio Mejía minimizó el tema e incluso acusó a los medios de comunicación por "inflarlo". Lo cierto es que tras 2 años de encierro hay ansiedad social que ya cobra factura.
