/ martes 10 de mayo de 2022

Neurona ciudadana | Prohibido normalizar la violencia

Tadeo, Debanhi, Yolanda, los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, los 72 migrantes asesinados en San Fernando en Tamaulipas, el caso Atenco, las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, los pasajeros fallecidos en la Línea 12 del metro, los más de 95 mil desaparecidos en los últimos años, las 11 mujeres asesinadas diariamente; una larga lista negra que no podemos, ni debemos normalizar ni olvidar.

Hace unos meses, nos enteramos de una historia aterradora en la que encontraron a un bebé tirado en un contenedor de basura en un penal de Puebla. Después nos enteramos que se trató del pequeño Tadeo, un niño de tres meses que murió por complicaciones intestinales y que fue enterrado por sus padres en un cementerio de Iztapalapa. Su cuerpo fue exhumado de manera ilegal para ser utilizado quién sabe para qué fines y luego ser encontrado en Puebla. Un hecho aterrador que indignó a la sociedad mexicana, pero parece que esto sólo por unos cuantos días, porque de eso ya nadie se acuerda y desafortunadamente pasa lo mismo con los otros casos mencionados y con miles más.

Notamos que conforme esa lista negra crece, hay una completa insensibilidad y falta de empatía por parte de las autoridades, pero lo que es peor, por parte de la sociedad y eso es muy preocupante.

La violencia no debería normalizarse bajo ninguna circunstancia. Todas estas historias de dolor y terror deberían causarnos la mayor de las indignaciones pero sobre todo, deberían generar acciones urgentes por parte de las autoridades para atender el origen de estos episodios tan dolorosos que se viven diariamente en nuestro país.

Un país que normaliza estas noticias, habla de una sociedad apática que tolera y acepta la violencia; no es posible que lo que está pasando en nuestro país no nos lleve a una movilización social masiva y organizada que produzca cambios. No nos podemos quedar inertes.

Y ejemplos de que sí puede haber cambios hay varios, como la Ley Olimpia y la Ley Ingrid.

Decenas de casos atroces nos inundan todos los días y parece que no pasa absolutamente nada. Tal parece que somos una sociedad adormecida e insensible que ya no le importa nada de lo que suceda a su alrededor.

Es momento de que el gobierno deje de echar culpas al pasado y atienda de manera prioritaria los asuntos urgentes de este nuestro México, esta nación que es de todos y no sólo de aquellos que apoyan una u otra ideología política. Seguiremos insistiendo en una agenda en conjunto, entre la federación, los estados y municipios para atender y solucionar los problemas de raíz.

Es momento de garantizar los derechos fundamentales de los niños, niñas, mujeres, migrantes; es momento de fortalecer nuestra democracia a partir de instituciones autónomas sólidas; es momento de combatir realmente la corrupción y no sólo en el discurso; es momento de elevar las posibilidades de nuestro sector educativo. Es momento de garantizar la libertad de expresión y el trabajo de los periodistas.

Es momento de proteger la salud de toda nuestra nación y de combatir las desigualdades sociales y económicas que existen. Es momento de luchar por la seguridad. Por amor a nuestro país, es momento de actuar ya.

¿De qué sirve echarle la culpa al pasado, si el pasado no nos va a regresar a nuestros muertos? Enfoquémonos en el presente para poder hacerle justicia a millones de mexicanos que viven una realidad muy diferente a la de otros pocos mexicanos.


#OpiniónCoparmex


Tadeo, Debanhi, Yolanda, los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, los 72 migrantes asesinados en San Fernando en Tamaulipas, el caso Atenco, las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, los pasajeros fallecidos en la Línea 12 del metro, los más de 95 mil desaparecidos en los últimos años, las 11 mujeres asesinadas diariamente; una larga lista negra que no podemos, ni debemos normalizar ni olvidar.

Hace unos meses, nos enteramos de una historia aterradora en la que encontraron a un bebé tirado en un contenedor de basura en un penal de Puebla. Después nos enteramos que se trató del pequeño Tadeo, un niño de tres meses que murió por complicaciones intestinales y que fue enterrado por sus padres en un cementerio de Iztapalapa. Su cuerpo fue exhumado de manera ilegal para ser utilizado quién sabe para qué fines y luego ser encontrado en Puebla. Un hecho aterrador que indignó a la sociedad mexicana, pero parece que esto sólo por unos cuantos días, porque de eso ya nadie se acuerda y desafortunadamente pasa lo mismo con los otros casos mencionados y con miles más.

Notamos que conforme esa lista negra crece, hay una completa insensibilidad y falta de empatía por parte de las autoridades, pero lo que es peor, por parte de la sociedad y eso es muy preocupante.

La violencia no debería normalizarse bajo ninguna circunstancia. Todas estas historias de dolor y terror deberían causarnos la mayor de las indignaciones pero sobre todo, deberían generar acciones urgentes por parte de las autoridades para atender el origen de estos episodios tan dolorosos que se viven diariamente en nuestro país.

Un país que normaliza estas noticias, habla de una sociedad apática que tolera y acepta la violencia; no es posible que lo que está pasando en nuestro país no nos lleve a una movilización social masiva y organizada que produzca cambios. No nos podemos quedar inertes.

Y ejemplos de que sí puede haber cambios hay varios, como la Ley Olimpia y la Ley Ingrid.

Decenas de casos atroces nos inundan todos los días y parece que no pasa absolutamente nada. Tal parece que somos una sociedad adormecida e insensible que ya no le importa nada de lo que suceda a su alrededor.

Es momento de que el gobierno deje de echar culpas al pasado y atienda de manera prioritaria los asuntos urgentes de este nuestro México, esta nación que es de todos y no sólo de aquellos que apoyan una u otra ideología política. Seguiremos insistiendo en una agenda en conjunto, entre la federación, los estados y municipios para atender y solucionar los problemas de raíz.

Es momento de garantizar los derechos fundamentales de los niños, niñas, mujeres, migrantes; es momento de fortalecer nuestra democracia a partir de instituciones autónomas sólidas; es momento de combatir realmente la corrupción y no sólo en el discurso; es momento de elevar las posibilidades de nuestro sector educativo. Es momento de garantizar la libertad de expresión y el trabajo de los periodistas.

Es momento de proteger la salud de toda nuestra nación y de combatir las desigualdades sociales y económicas que existen. Es momento de luchar por la seguridad. Por amor a nuestro país, es momento de actuar ya.

¿De qué sirve echarle la culpa al pasado, si el pasado no nos va a regresar a nuestros muertos? Enfoquémonos en el presente para poder hacerle justicia a millones de mexicanos que viven una realidad muy diferente a la de otros pocos mexicanos.


#OpiniónCoparmex