/ lunes 18 de septiembre de 2023

Pedro y los lobos | La pelea está afuera


Casi la mitad de los queretanos con credencial de elector no votan. En las últimas 3 elecciones de gobernador el abstencionismo promedio es de 46%.

Y las campañas no han sido aburridas, más bien encontradas.

En los últimos 18 años (3 elecciones para gobernador y una presidencial intermedia) hubo de todo y con todo: muchas campañas negras, injurias, gravísimos errores, prepotencia (desde el poder). Poca estrategia y mucho marketing.

En 2009 el priista José Calzada Rovirosa, que empezaba 25 puntos abajo, enfrentó a todo el aparato de gobierno de Paco Garrido (operado por Ricardo Anaya) y les dio la vuelta. La soberbia hundió a los panistas. Una muestra contundente: metieron a la cárcel al “Ánimo” por ondear una bandera tricolor frente al Acueducto.

Estaban desesperados.

Pepe ideó el concepto “Querétaro Creo en Ti” y coronó su estrategia con aquel espectacular colocado en Bernardo Quintana que decía: “Todo es posible. Vota con fuerza”. De todos modos, el 42.5% de los queretanos con INE no fueron a las urnas.

En 2015 llegó Francisco Domínguez a la candidatura. Era ese joven maravilla que había sido líder empresarial, diputado federal, alcalde y senador, que intentaba sacar al PRI de Palacio de Gobierno, después de que Calzada fue calificado 5 años consecutivos el mejor gobernador del país.

Pepe le puso enfrente a Domínguez a un abogado de gran abolengo queretano: Roberto Loyola Vera.

Mientras Pancho emocionó, soportó embestidas mediáticas nacionales crueles y conquistó la calle. Roberto tuvo desatinos y a media campaña se alejó de Calzada.

Aquel rumor de que Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación de Peña Nieto, operó desde Los Pinos en favor de Domínguez, trató de empeñar un triunfo que el ganadero, ya tenía en la bolsa 2 semanas antes de la elección. El 47.5% de ciudadanos, no se pararon en las casillas.

En 2018, Andrés Manuel López Obrador montado en una ola de descontento colectivo por la corrupción del PRIAN y una larguísima campaña de 18 años, ganó las elecciones presidenciales. En Querétaro con un padrón de 996 mil 650 queretanos en lista nominal, 4 de cada 10 votaron.

En 2021 el empresario Mauricio Kuri González tomó la inteligente decisión de ser aliancista, construyó un equipo muy sólido. Unió a su causa a una sociedad de pensamiento plural, se sacudió las grillas partidistas y las rencillas construidas por Pancho Domínguez y derrotó al monstruo electoral de Morena (Celia Maya) 2 a 1 por un margen de 253 mil 245 votos.

Kuri desapareció al PRI (Abigail Arredondo) del mapa político queretano. Le ganó 5 a 1, por más de 385 mil sufragios.

Para 2021, Querétaro había crecido en los últimos 10 años 40% en población. El padrón era de 821 mil posibles votantes, y se quedaron en casa 47.7% de credenciales para votar, sin usar.

Hoy, hay una gran competencia interna panista por los cargos: “Felifer” Macías, Lupita Murguía, Luis Bernardo Nava, Agustín Dorantes, Roberto Sosa, Rodrigo Monsalvo, “Chepe” Guerrero, Roberto Cabrera y el “Pájaro” Montoya. Todos competitivos electoralmente. Diversos estilos políticos, pero todos rentables. Todos han ganado, en su oportunidad, en la calle.

El reto, el objetivo cuantitativo real, no es la competencia donde están hoy, que para eso tienen cualidades. Es convencer a los apáticos, que irresponsablemente se quedan en casa, viendo una elección pasar.

Será una hazaña derrotar una narrativa presidencial tan poderosa, y le entrega de 600 mil MDP anuales en programas sociales a familias mexicanas.

La pelea no está adentro. Tendrán que madurarlo. Está afuera




Casi la mitad de los queretanos con credencial de elector no votan. En las últimas 3 elecciones de gobernador el abstencionismo promedio es de 46%.

Y las campañas no han sido aburridas, más bien encontradas.

En los últimos 18 años (3 elecciones para gobernador y una presidencial intermedia) hubo de todo y con todo: muchas campañas negras, injurias, gravísimos errores, prepotencia (desde el poder). Poca estrategia y mucho marketing.

En 2009 el priista José Calzada Rovirosa, que empezaba 25 puntos abajo, enfrentó a todo el aparato de gobierno de Paco Garrido (operado por Ricardo Anaya) y les dio la vuelta. La soberbia hundió a los panistas. Una muestra contundente: metieron a la cárcel al “Ánimo” por ondear una bandera tricolor frente al Acueducto.

Estaban desesperados.

Pepe ideó el concepto “Querétaro Creo en Ti” y coronó su estrategia con aquel espectacular colocado en Bernardo Quintana que decía: “Todo es posible. Vota con fuerza”. De todos modos, el 42.5% de los queretanos con INE no fueron a las urnas.

En 2015 llegó Francisco Domínguez a la candidatura. Era ese joven maravilla que había sido líder empresarial, diputado federal, alcalde y senador, que intentaba sacar al PRI de Palacio de Gobierno, después de que Calzada fue calificado 5 años consecutivos el mejor gobernador del país.

Pepe le puso enfrente a Domínguez a un abogado de gran abolengo queretano: Roberto Loyola Vera.

Mientras Pancho emocionó, soportó embestidas mediáticas nacionales crueles y conquistó la calle. Roberto tuvo desatinos y a media campaña se alejó de Calzada.

Aquel rumor de que Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación de Peña Nieto, operó desde Los Pinos en favor de Domínguez, trató de empeñar un triunfo que el ganadero, ya tenía en la bolsa 2 semanas antes de la elección. El 47.5% de ciudadanos, no se pararon en las casillas.

En 2018, Andrés Manuel López Obrador montado en una ola de descontento colectivo por la corrupción del PRIAN y una larguísima campaña de 18 años, ganó las elecciones presidenciales. En Querétaro con un padrón de 996 mil 650 queretanos en lista nominal, 4 de cada 10 votaron.

En 2021 el empresario Mauricio Kuri González tomó la inteligente decisión de ser aliancista, construyó un equipo muy sólido. Unió a su causa a una sociedad de pensamiento plural, se sacudió las grillas partidistas y las rencillas construidas por Pancho Domínguez y derrotó al monstruo electoral de Morena (Celia Maya) 2 a 1 por un margen de 253 mil 245 votos.

Kuri desapareció al PRI (Abigail Arredondo) del mapa político queretano. Le ganó 5 a 1, por más de 385 mil sufragios.

Para 2021, Querétaro había crecido en los últimos 10 años 40% en población. El padrón era de 821 mil posibles votantes, y se quedaron en casa 47.7% de credenciales para votar, sin usar.

Hoy, hay una gran competencia interna panista por los cargos: “Felifer” Macías, Lupita Murguía, Luis Bernardo Nava, Agustín Dorantes, Roberto Sosa, Rodrigo Monsalvo, “Chepe” Guerrero, Roberto Cabrera y el “Pájaro” Montoya. Todos competitivos electoralmente. Diversos estilos políticos, pero todos rentables. Todos han ganado, en su oportunidad, en la calle.

El reto, el objetivo cuantitativo real, no es la competencia donde están hoy, que para eso tienen cualidades. Es convencer a los apáticos, que irresponsablemente se quedan en casa, viendo una elección pasar.

Será una hazaña derrotar una narrativa presidencial tan poderosa, y le entrega de 600 mil MDP anuales en programas sociales a familias mexicanas.

La pelea no está adentro. Tendrán que madurarlo. Está afuera