/ miércoles 10 de octubre de 2018

Sólo para villamelones

Del reciente anuncio del “elenco” de matadores de toros contratados para la llamada temporada grande en la Plaza de Toros México, lo primero que salta a la vista son las ausencias. El nombre de Andrés Roca Rey, el diestro más taquillero del momento taurino, e incluso el del rejoneador triunfador del serial anterior, con todo y discutido indulto, Andy Cartagena, brillan por su ausencia. Pero, sobre todo, para los taurinos más exigentes, acaso las ausencias de toreros como Diego Urdiales o Emilio de Justo, los triunfadores indiscutibles de Madrid, o de Alejandro Talavante, pese a su tropiezo reciente en esa misma plaza, son los mayores pecados.

De entre los nombres que sí están, desde luego se agradece que aparezcan las figuras: Enrique Ponce, Morante de la Puebla o El Juli, y en la lista de nacionales, casi todos los que deben estar, desde los Adames y El Payo hasta Sergio Flores, Saldívar, Rivera o Juan Pablo Sánchez; pero no aparecen, como casi siempre, esos toreros que creo nos gustaría ver: Juan Pablo Llaguno, que tan seria presentación tuvo ahí mismo, o Michelito Lagravere, que suena para formar parte del cartel inaugural de la temporada, pero que, por lo pronto, no aparece entre los apalabrados.

Trece son las ganaderías anunciadas, quedándose fuera varias que quizá sería interesante ver en el escaparate más importante del toreo en México, y seis los rejoneadores, a partes iguales entre nacionales y extranjeros, y donde llama la atención la inclusión de uno que aún no recibe el doctorado: Guillermo Hermoso de Mendoza. Quizá, y sólo quizá, piensan que sea precisamente La México el escenario de su alternativa.

El caso es que a un mes de iniciarse la temporada en el llamado “embudo de Insurgentes”, no se ha dado a conocer un solo cartel confeccionado, y apenas se especula, gracias a la secrecía que caracteriza a la empresa de este coso, sobre el de la inauguración, en el que estaría, como base de la terna, el valenciano Enrique Ponce.

No se ve en el futuro inmediato buenas cosas para La México; por el contrario, apenas con la relación del “elenco” anunciado, se puede vaticinar que, si bien algunas fechas muy puntuales gozarán de buenas entradas, la plaza más grande del mundo, situada en una metrópoli con más de veinte millones de habitantes, lucirá, en la mayoría de las ocasiones, el concreto de sus tendidos semivacíos. Y es que, en la organización de su Temporada Grande, como siempre, parece haber ausencia de imaginación, de mercadotecnia, de conocimiento de los tiempos, y hasta de sentido común. Al menos eso parece.

Del reciente anuncio del “elenco” de matadores de toros contratados para la llamada temporada grande en la Plaza de Toros México, lo primero que salta a la vista son las ausencias. El nombre de Andrés Roca Rey, el diestro más taquillero del momento taurino, e incluso el del rejoneador triunfador del serial anterior, con todo y discutido indulto, Andy Cartagena, brillan por su ausencia. Pero, sobre todo, para los taurinos más exigentes, acaso las ausencias de toreros como Diego Urdiales o Emilio de Justo, los triunfadores indiscutibles de Madrid, o de Alejandro Talavante, pese a su tropiezo reciente en esa misma plaza, son los mayores pecados.

De entre los nombres que sí están, desde luego se agradece que aparezcan las figuras: Enrique Ponce, Morante de la Puebla o El Juli, y en la lista de nacionales, casi todos los que deben estar, desde los Adames y El Payo hasta Sergio Flores, Saldívar, Rivera o Juan Pablo Sánchez; pero no aparecen, como casi siempre, esos toreros que creo nos gustaría ver: Juan Pablo Llaguno, que tan seria presentación tuvo ahí mismo, o Michelito Lagravere, que suena para formar parte del cartel inaugural de la temporada, pero que, por lo pronto, no aparece entre los apalabrados.

Trece son las ganaderías anunciadas, quedándose fuera varias que quizá sería interesante ver en el escaparate más importante del toreo en México, y seis los rejoneadores, a partes iguales entre nacionales y extranjeros, y donde llama la atención la inclusión de uno que aún no recibe el doctorado: Guillermo Hermoso de Mendoza. Quizá, y sólo quizá, piensan que sea precisamente La México el escenario de su alternativa.

El caso es que a un mes de iniciarse la temporada en el llamado “embudo de Insurgentes”, no se ha dado a conocer un solo cartel confeccionado, y apenas se especula, gracias a la secrecía que caracteriza a la empresa de este coso, sobre el de la inauguración, en el que estaría, como base de la terna, el valenciano Enrique Ponce.

No se ve en el futuro inmediato buenas cosas para La México; por el contrario, apenas con la relación del “elenco” anunciado, se puede vaticinar que, si bien algunas fechas muy puntuales gozarán de buenas entradas, la plaza más grande del mundo, situada en una metrópoli con más de veinte millones de habitantes, lucirá, en la mayoría de las ocasiones, el concreto de sus tendidos semivacíos. Y es que, en la organización de su Temporada Grande, como siempre, parece haber ausencia de imaginación, de mercadotecnia, de conocimiento de los tiempos, y hasta de sentido común. Al menos eso parece.