/ jueves 19 de noviembre de 2020

Sopa de letras | Joe Biden un presidente guadalupano

El 22 de noviembre de 1963, el Vaticano se despidió del último presidente católico de los Estados Unidos de América. El magnicidio de John F. Kennedy interrumpió durante 57 años un idilio entre la primera potencia del mundo y su homóloga espiritual. El presidente Roosevelt recomendó a Joseph P. Kennedy que acompañase al Cardenal Eugenio Pacelli a visitar diversos lugares del país en 1936 cuando visitó Estados Unidos poco antes de emprender el regreso a Roma y de su elección como Pío XII. Una de sus últimas visitas fue a la casa de la catolicisima Rose Kennedy a cenar, como lo señala, Edward M. Kennedy en su libro “True Compass” el 20 de marzo de 1939. Su padre representó a su país en compañía de todo el clan Kennedy a la coronación del pontífice Pío XII en el Vaticano. Edward, hizo la primera comunión en presencia de su Santidad.

Años más tarde, John se casó por la iglesia católica con Jackie Bouvier en New Port en septiembre de 1953 y su luna de miel fue el paradisíaco puerto de Acapulco. Durante su visita de estado a México con el presidente Adolfo López Mateos. El matrimonio guadalupano, Kennedy oyó misa el domingo 1 de julio de 1962 en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. A su arribo la pareja presidencial le obsequiaron una estampa grande de la virgen, bordada a mano por Sor María del Divino Verbo de las Capuchinas Sacramentarias de la Arquidiócesis de Querétaro. Recibió la medalla de miembro de la Archicofradia de Guadalupe. La señora Jakie ofrendó a la Santísima virgen un ramo de rosas, que fue colocado en el altar. Ahora con la elección de Joe Biden, católico practicante, el Papa Francisco está consciente de que tiene una oportunidad de oro para tejer valiosas alianzas. Tanto que el jueves pasado, él mismo le llamó para felicitarlo.

El Presidente electo es un devoto católico, mucho más que Kennedy. Acude regularmente a misa y se toma su fe muy en serio. Siempre se ha situado en la órbita reformista de Juan XXIII y el Concilio Vaticano II. Pero Biden no es un conservador en asuntos sociales. La tolerancia al aborto lo separa enormemente de la Santa Sede. Las cuestiones sexuales, a las que obviamente ni él ni Kamala Harris pondrán límites son el principal temor. Por otro lado la Santa Sede se congratula del posible regreso de EEUU a los acuerdos del cambio climático de París o de un acercamiento distinto al asunto de la inmigración; la oposición al muro con México fue un caballo de batalla del Papa. Biden será tan guadalupano como el demócrata Kennedy, y en futuro próximo lo tengamos en México, revisando la política exterior de los dos países y creando una nueva alianza para El Progreso, y escuchando misa en la Basílica de Guadalupe. El tiempo lo dirá.

El 22 de noviembre de 1963, el Vaticano se despidió del último presidente católico de los Estados Unidos de América. El magnicidio de John F. Kennedy interrumpió durante 57 años un idilio entre la primera potencia del mundo y su homóloga espiritual. El presidente Roosevelt recomendó a Joseph P. Kennedy que acompañase al Cardenal Eugenio Pacelli a visitar diversos lugares del país en 1936 cuando visitó Estados Unidos poco antes de emprender el regreso a Roma y de su elección como Pío XII. Una de sus últimas visitas fue a la casa de la catolicisima Rose Kennedy a cenar, como lo señala, Edward M. Kennedy en su libro “True Compass” el 20 de marzo de 1939. Su padre representó a su país en compañía de todo el clan Kennedy a la coronación del pontífice Pío XII en el Vaticano. Edward, hizo la primera comunión en presencia de su Santidad.

Años más tarde, John se casó por la iglesia católica con Jackie Bouvier en New Port en septiembre de 1953 y su luna de miel fue el paradisíaco puerto de Acapulco. Durante su visita de estado a México con el presidente Adolfo López Mateos. El matrimonio guadalupano, Kennedy oyó misa el domingo 1 de julio de 1962 en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. A su arribo la pareja presidencial le obsequiaron una estampa grande de la virgen, bordada a mano por Sor María del Divino Verbo de las Capuchinas Sacramentarias de la Arquidiócesis de Querétaro. Recibió la medalla de miembro de la Archicofradia de Guadalupe. La señora Jakie ofrendó a la Santísima virgen un ramo de rosas, que fue colocado en el altar. Ahora con la elección de Joe Biden, católico practicante, el Papa Francisco está consciente de que tiene una oportunidad de oro para tejer valiosas alianzas. Tanto que el jueves pasado, él mismo le llamó para felicitarlo.

El Presidente electo es un devoto católico, mucho más que Kennedy. Acude regularmente a misa y se toma su fe muy en serio. Siempre se ha situado en la órbita reformista de Juan XXIII y el Concilio Vaticano II. Pero Biden no es un conservador en asuntos sociales. La tolerancia al aborto lo separa enormemente de la Santa Sede. Las cuestiones sexuales, a las que obviamente ni él ni Kamala Harris pondrán límites son el principal temor. Por otro lado la Santa Sede se congratula del posible regreso de EEUU a los acuerdos del cambio climático de París o de un acercamiento distinto al asunto de la inmigración; la oposición al muro con México fue un caballo de batalla del Papa. Biden será tan guadalupano como el demócrata Kennedy, y en futuro próximo lo tengamos en México, revisando la política exterior de los dos países y creando una nueva alianza para El Progreso, y escuchando misa en la Basílica de Guadalupe. El tiempo lo dirá.