/ jueves 7 de junio de 2018

Tierra Adentro

Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente se motiva la concientización hacia el cuidado del planeta, pero más y en este caso hacía la Sierra Gorda queretana, precisamente por su diversidad y riqueza natural.

Cada año, los eventos de festejo por este día especial, llaman la atención de propios y extraños, sin embargo, pareciera que dicho “homenaje” queda poco grabado en la mente de la población en general.

El casi imparable consumismo en el que hemos incursionado la gran mayoría de las personas, urbanas y del medio rural, trasgrede severamente el medio ambiente por el creciente desecho de productos nocivos e incensarios que a diario tiramos.

La utilización incontrolable de plásticos, sobre todo, sin ninguna utilidad social o práctica, lesiona gravemente el medio ambiente, y afecta la tierra, sus cultivos, los ríos y manantiales de la zona norte del estado, por ejemplo.

Pese a las campañas de separación de la basura por parte de las autoridades o centros educativos, el gran tonelaje de plásticos tirados al medio ambiente demuestra que seguimos, como sociedad descuidando la naturaleza.

Es en este sentido, cuando el Día Mundial del Medio Ambiente cobra un importante sentido de responsabilidad social, sobre todo a partir de saber que cada día nuestro planeta y región agrava su situación.

A 31 años de su fundación, el Grupo Ecológico Sierra Gorda, GESG ha dejado un gran legado en favor del medio ambiente, sin embargo, su labor de concientización está limitada por el consumismo que generan los medios de comunicación.

Efectivamente, los hábitos de consumo, fuertemente difundidos por las cadenas televisivas van destruyendo la intencionalidad de cuidar y proteger el medio ambiente. El consumo de grandes cantidades de refrescos embotellados con envases de plásticos, sin ningún control, aumentan el daño ambiental.

La región serrana, como nunca, pese al trabajo del GESG “nada” en embaces de plástico que se tiran libremente en calles, caminos y carreteras, y desde luego en cualquier sitio baldío, contribuyendo al deterioro del medio ambiente.

Bajo esta mal sana actitud de mucha gente, es oportuno proponer leyes y reglamentos que sancionen y multen a quien tire basura al aire libre, pero también para proponer un impuesto económico adicional a las empresas refresqueras y sus distribuidoras que sirva para la reforestación de la región serrana, por ejemplo.

Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente se motiva la concientización hacia el cuidado del planeta, pero más y en este caso hacía la Sierra Gorda queretana, precisamente por su diversidad y riqueza natural.

Cada año, los eventos de festejo por este día especial, llaman la atención de propios y extraños, sin embargo, pareciera que dicho “homenaje” queda poco grabado en la mente de la población en general.

El casi imparable consumismo en el que hemos incursionado la gran mayoría de las personas, urbanas y del medio rural, trasgrede severamente el medio ambiente por el creciente desecho de productos nocivos e incensarios que a diario tiramos.

La utilización incontrolable de plásticos, sobre todo, sin ninguna utilidad social o práctica, lesiona gravemente el medio ambiente, y afecta la tierra, sus cultivos, los ríos y manantiales de la zona norte del estado, por ejemplo.

Pese a las campañas de separación de la basura por parte de las autoridades o centros educativos, el gran tonelaje de plásticos tirados al medio ambiente demuestra que seguimos, como sociedad descuidando la naturaleza.

Es en este sentido, cuando el Día Mundial del Medio Ambiente cobra un importante sentido de responsabilidad social, sobre todo a partir de saber que cada día nuestro planeta y región agrava su situación.

A 31 años de su fundación, el Grupo Ecológico Sierra Gorda, GESG ha dejado un gran legado en favor del medio ambiente, sin embargo, su labor de concientización está limitada por el consumismo que generan los medios de comunicación.

Efectivamente, los hábitos de consumo, fuertemente difundidos por las cadenas televisivas van destruyendo la intencionalidad de cuidar y proteger el medio ambiente. El consumo de grandes cantidades de refrescos embotellados con envases de plásticos, sin ningún control, aumentan el daño ambiental.

La región serrana, como nunca, pese al trabajo del GESG “nada” en embaces de plástico que se tiran libremente en calles, caminos y carreteras, y desde luego en cualquier sitio baldío, contribuyendo al deterioro del medio ambiente.

Bajo esta mal sana actitud de mucha gente, es oportuno proponer leyes y reglamentos que sancionen y multen a quien tire basura al aire libre, pero también para proponer un impuesto económico adicional a las empresas refresqueras y sus distribuidoras que sirva para la reforestación de la región serrana, por ejemplo.