/ jueves 12 de julio de 2018

Tierra Adentro

Ante la grotesca “inversión” que hacen los gobiernos locales en la realización de sus Feria Anuales, comparado con el egreso que genera, en este caso el XIX Festival de Santiago en Jalpan de Serra, es necesario replantearnos la verdadera aportación cultural de cada una de estas “festividades populares”.

En esencia, el Festival de Santiago realizado en el “corazón” de la Sierra Gorda desde hace casi dos décadas, atinadamente promovido por el equipo de trabajo del Museo Histórico de la Sierra Gorda, pero sustancialmente patrocinado por la misma comunidad (sociedad y empresarios) de la región serrana, principalmente de Jalpan de Serra representa un serio y puntual referente de un proyecto de rescate, promoción y defensa del patrimonio y tradición cultural.

Efectivamente, el Festival de Santiago no compite con los millonarios gastos que generan las ferias anuales municipales, ferias que sin lugar a duda podrían multiplicar por muchísimo el importante y Festival jalpense.

Muchos millones de pesos se gastan en la realización de las ferias municipales que sólo aportan la enajenación de “artistas” sin calidad ni aporte cultural. “Pan y circo” es lo que marca la gran diferencia entre unos y otros eventos.

Claro es “negocio” y muy prospero la realización de la multicitadas ferias municipales, como la misma Feria Anual Internacional de Querétaro, que si bien proponen un amplio programa de contenidos, poco, muy poco es lo que realmente se aporta para resaltar o promover la rica y amplia diversidad de artistas queretanos tradicionales o de la región.

La oferta artística queretana sin lugar a duda, por ejemplo realmente es amplia, diversa y de gran calidad en todos los rubros o segmentos de la cultura que van desde lo musical, dancístico, artes escénico, etcétera.

Pero ese tipo de “expresión ” no les interesa, ni mucho menos rescatar la tradición o promover a los jóvenes y viejos valores de la cultura y tradición queretana porque por encima de ello, se busca “hacer negocio” con la enajenación popular y por su puesto con la venta inmoderada de bebidas embriagantes.

Ante este triste panorama de lo que es la “cultura en Querétaro”, el XIX Festival de Santiago marca la diferencia en su esencia y origen. Es en este agasajo cultural donde se demuestra la vocación y sentido de lo que es y debe ser una aportación socio-cultural hacia una sociedad que merece nuevos y mejores proyectos de sabiduría y conocimiento sobre nuestro amplio talento como estado y nación.

Para este XIX Festival de Santiago, “Un punto de encuentro con el arte y la tradición” que se llevará a cabo del 21 al 29 de julio donde habrá muestra gastronómica, música de cuerdas, teatro infantil e indígena, artesanía, cursos diversos, huapango, entre otras cosas. Esto con el apoyo de la comunidad, principalmente.

Ante la grotesca “inversión” que hacen los gobiernos locales en la realización de sus Feria Anuales, comparado con el egreso que genera, en este caso el XIX Festival de Santiago en Jalpan de Serra, es necesario replantearnos la verdadera aportación cultural de cada una de estas “festividades populares”.

En esencia, el Festival de Santiago realizado en el “corazón” de la Sierra Gorda desde hace casi dos décadas, atinadamente promovido por el equipo de trabajo del Museo Histórico de la Sierra Gorda, pero sustancialmente patrocinado por la misma comunidad (sociedad y empresarios) de la región serrana, principalmente de Jalpan de Serra representa un serio y puntual referente de un proyecto de rescate, promoción y defensa del patrimonio y tradición cultural.

Efectivamente, el Festival de Santiago no compite con los millonarios gastos que generan las ferias anuales municipales, ferias que sin lugar a duda podrían multiplicar por muchísimo el importante y Festival jalpense.

Muchos millones de pesos se gastan en la realización de las ferias municipales que sólo aportan la enajenación de “artistas” sin calidad ni aporte cultural. “Pan y circo” es lo que marca la gran diferencia entre unos y otros eventos.

Claro es “negocio” y muy prospero la realización de la multicitadas ferias municipales, como la misma Feria Anual Internacional de Querétaro, que si bien proponen un amplio programa de contenidos, poco, muy poco es lo que realmente se aporta para resaltar o promover la rica y amplia diversidad de artistas queretanos tradicionales o de la región.

La oferta artística queretana sin lugar a duda, por ejemplo realmente es amplia, diversa y de gran calidad en todos los rubros o segmentos de la cultura que van desde lo musical, dancístico, artes escénico, etcétera.

Pero ese tipo de “expresión ” no les interesa, ni mucho menos rescatar la tradición o promover a los jóvenes y viejos valores de la cultura y tradición queretana porque por encima de ello, se busca “hacer negocio” con la enajenación popular y por su puesto con la venta inmoderada de bebidas embriagantes.

Ante este triste panorama de lo que es la “cultura en Querétaro”, el XIX Festival de Santiago marca la diferencia en su esencia y origen. Es en este agasajo cultural donde se demuestra la vocación y sentido de lo que es y debe ser una aportación socio-cultural hacia una sociedad que merece nuevos y mejores proyectos de sabiduría y conocimiento sobre nuestro amplio talento como estado y nación.

Para este XIX Festival de Santiago, “Un punto de encuentro con el arte y la tradición” que se llevará a cabo del 21 al 29 de julio donde habrá muestra gastronómica, música de cuerdas, teatro infantil e indígena, artesanía, cursos diversos, huapango, entre otras cosas. Esto con el apoyo de la comunidad, principalmente.