/ jueves 24 de enero de 2019

Tierra Adentro

Ni modo de culpar al gobierno federal…


La cada vez más caótica situación del medio rural, o al menos en la región serrana por la bajísima caída pluvial de los últimos años, presagia para este 2019 uno de los años más difíciles para la “producción” agrícola regional.

Bordos y jagüeyes, o sea los pequeños estanques de alimentación hidrológica para uso ganadero están al 100 % vacíos, ni una sola gota se pudo recuperar o almacenar de las pasadas lluvias del 2018.

La presa Jalpan, el principal embalse de agua de la zona norte del estado a duras penas, y con mucho tiempo de rezago logro medianamente llenarse, claro, gracias a la cantidad de azolve y tierra que acumula luego de más de 40 años de su construcción.

La micro cuenca hidrológica Pinal-Jalpan, principal conductor de agua hacia el embalse de la presa Jalpan, además de contaminada y notoriamente devastada por la deforestación reclama acciones que le permitan seguir “viva” y contribuyendo en el abastecimiento del vital líquido.

Las lluvias, debido al llamado cambio climático, tal y como los han reconocido académicos, especialistas uy organizaciones civiles, cada día son menos frecuentes y suficiente para las necesidades del sector agropecuario, incluso para el consumo humano.

Bajo esta situación es previsible graves consecuencias para la zona norte del estado de Querétaro y de gran parte de la entidad seguramente en este 2019, aspecto que merecerá acciones adicionales en apoyo a productores.

Una de las mejores medidas que se pueden y deben adoptar, al menos para evitar el “inmoral” derroche de agua de la presa Jalpan sería la reducción y/o disminución (racionar) del suministro a los usuarios del Distrito de Riego 1 considerando el nivel de deterioro que tiene desde hace muchos años la infraestructura de canales que “riegan” el plan agrícola, por cierto, altamente sub explotado.

Cabe hacer notar que los canales de concreto que fueron construidos hacen cuatro décadas para dar servicio a los productores usuarios del Distrito de Riego 1, hoy por hoy están inservibles, dañados y en claro deterioro físico, pese a ello, las autoridades del sector cada año se siguen abriendo los causes de agua de la presa para “regar los cultivos”.

Lo anterior, provocando un terrible e innegable derroche y/o despilfarro del vital líquido, líquido que hace mucha falta desde hace al menos tres años en que la región serrana no lograr ni cosechas ni producción ganadera sustentable.

Es tiempo de reaccionar con políticas de mediano y largo plazo, no sólo regalando molinos de nixtamal, como lo hizo el anterior gobierno estatal, ni ofreciendo forraje por coyuntura, sino generando acciones y obras que ayuden de verdad al sector agrícola serrano.

Ni modo de culpar al gobierno federal…


La cada vez más caótica situación del medio rural, o al menos en la región serrana por la bajísima caída pluvial de los últimos años, presagia para este 2019 uno de los años más difíciles para la “producción” agrícola regional.

Bordos y jagüeyes, o sea los pequeños estanques de alimentación hidrológica para uso ganadero están al 100 % vacíos, ni una sola gota se pudo recuperar o almacenar de las pasadas lluvias del 2018.

La presa Jalpan, el principal embalse de agua de la zona norte del estado a duras penas, y con mucho tiempo de rezago logro medianamente llenarse, claro, gracias a la cantidad de azolve y tierra que acumula luego de más de 40 años de su construcción.

La micro cuenca hidrológica Pinal-Jalpan, principal conductor de agua hacia el embalse de la presa Jalpan, además de contaminada y notoriamente devastada por la deforestación reclama acciones que le permitan seguir “viva” y contribuyendo en el abastecimiento del vital líquido.

Las lluvias, debido al llamado cambio climático, tal y como los han reconocido académicos, especialistas uy organizaciones civiles, cada día son menos frecuentes y suficiente para las necesidades del sector agropecuario, incluso para el consumo humano.

Bajo esta situación es previsible graves consecuencias para la zona norte del estado de Querétaro y de gran parte de la entidad seguramente en este 2019, aspecto que merecerá acciones adicionales en apoyo a productores.

Una de las mejores medidas que se pueden y deben adoptar, al menos para evitar el “inmoral” derroche de agua de la presa Jalpan sería la reducción y/o disminución (racionar) del suministro a los usuarios del Distrito de Riego 1 considerando el nivel de deterioro que tiene desde hace muchos años la infraestructura de canales que “riegan” el plan agrícola, por cierto, altamente sub explotado.

Cabe hacer notar que los canales de concreto que fueron construidos hacen cuatro décadas para dar servicio a los productores usuarios del Distrito de Riego 1, hoy por hoy están inservibles, dañados y en claro deterioro físico, pese a ello, las autoridades del sector cada año se siguen abriendo los causes de agua de la presa para “regar los cultivos”.

Lo anterior, provocando un terrible e innegable derroche y/o despilfarro del vital líquido, líquido que hace mucha falta desde hace al menos tres años en que la región serrana no lograr ni cosechas ni producción ganadera sustentable.

Es tiempo de reaccionar con políticas de mediano y largo plazo, no sólo regalando molinos de nixtamal, como lo hizo el anterior gobierno estatal, ni ofreciendo forraje por coyuntura, sino generando acciones y obras que ayuden de verdad al sector agrícola serrano.