/ jueves 8 de febrero de 2018

Tierra Adentro - Prueba de fuego para los partidos: pragmatismo, ideología o militancia

Ya encarrerados con el inusitado “acuerdo político”, a nivel nacional entre las fuerzas del PAN, PRD y Convergencia, sobre todo entre las dos primeras, por aquello del evidente antagonismo “ideológico”, a nivel estatal para este 2018 quedan en duda los métodos o reglas de designación de sus candidatos a cargos de elección popular, sobre todo al H. Congreso local y a los gobiernos municipales.

Ya finalizado el tema de elección tricolor, por el método que ellos hayan elegido, de los candidatos locales, ya que para el Senado de la República, como se sabe aún falta una resolución debido a una  impugnación impuesta, los panistas tienen ahora que sortear ese agreste camino.

En efecto, los albiazules están viviendo el momento más crucial del proceso interno para elegir, nombrar o designar a sus candidatos, aspirantes que como en Tolimán o Landa de Matamoros, donde hay más de un prospecto que “la quiere”, la nominación.

En este contexto, Acción Nacional tendrá que encarar la disyuntiva de mostrar su presumida y cacareada vocación democrática, y optar por la designación a favor de un recomendado que goce de la tradicional “palanca política” (avalada por Ricardo Anaya Cortés y/o Francisco Domínguez Servién) o por la nominación de un militante que haya mostrado y demostrado una trayectoria partidaria inobjetable.

Este es el caso de Landa de Matamoros y Tolimán, sobre todo, donde se habla de las “recomendadas” y de las que, sobre todo, con trabajo y trayectoria se han ganado la confianza de la comunidad y militancia partidaria.

Por cierto, en este horizonte MORENA también transita por la disyuntiva, sobre todo tomando en cuenta la existencia de una desfigurada presencia directiva, sobre todo por la oscura e inusual actitud de su dirigencia estatal.

En contraste, por ejemplo por lo menos Convergencia y Nueva Alianza se sitúan como opciones sin tanto roce público. Sobre todo en el semidesierto y Sierra Gorda donde se la han llevado tranquilos y sin tanto brinco.

Por último, se destaca el tema panista por ser la fuerza política que arrasó en el 2015, pero que para este 2018 carecerá del empuje político del actual mandatario estatal, Francisco Domínguez Servién.

En este entendido queda claro que están a prueba de fuego los partidos entre el pragmatismo, la ideología o la militancia comprometida.

Ya encarrerados con el inusitado “acuerdo político”, a nivel nacional entre las fuerzas del PAN, PRD y Convergencia, sobre todo entre las dos primeras, por aquello del evidente antagonismo “ideológico”, a nivel estatal para este 2018 quedan en duda los métodos o reglas de designación de sus candidatos a cargos de elección popular, sobre todo al H. Congreso local y a los gobiernos municipales.

Ya finalizado el tema de elección tricolor, por el método que ellos hayan elegido, de los candidatos locales, ya que para el Senado de la República, como se sabe aún falta una resolución debido a una  impugnación impuesta, los panistas tienen ahora que sortear ese agreste camino.

En efecto, los albiazules están viviendo el momento más crucial del proceso interno para elegir, nombrar o designar a sus candidatos, aspirantes que como en Tolimán o Landa de Matamoros, donde hay más de un prospecto que “la quiere”, la nominación.

En este contexto, Acción Nacional tendrá que encarar la disyuntiva de mostrar su presumida y cacareada vocación democrática, y optar por la designación a favor de un recomendado que goce de la tradicional “palanca política” (avalada por Ricardo Anaya Cortés y/o Francisco Domínguez Servién) o por la nominación de un militante que haya mostrado y demostrado una trayectoria partidaria inobjetable.

Este es el caso de Landa de Matamoros y Tolimán, sobre todo, donde se habla de las “recomendadas” y de las que, sobre todo, con trabajo y trayectoria se han ganado la confianza de la comunidad y militancia partidaria.

Por cierto, en este horizonte MORENA también transita por la disyuntiva, sobre todo tomando en cuenta la existencia de una desfigurada presencia directiva, sobre todo por la oscura e inusual actitud de su dirigencia estatal.

En contraste, por ejemplo por lo menos Convergencia y Nueva Alianza se sitúan como opciones sin tanto roce público. Sobre todo en el semidesierto y Sierra Gorda donde se la han llevado tranquilos y sin tanto brinco.

Por último, se destaca el tema panista por ser la fuerza política que arrasó en el 2015, pero que para este 2018 carecerá del empuje político del actual mandatario estatal, Francisco Domínguez Servién.

En este entendido queda claro que están a prueba de fuego los partidos entre el pragmatismo, la ideología o la militancia comprometida.