por Elizabeth Mejía Pérez Campos
Durante el 6 y 7 de abril San Joaquín, Querétaro vivió la fiesta del Huapango donde como cada año y en la emisión 49 pudimos ver el baile, escuchas las interpretaciones de las melodías, rematando con un concurso de tríos.
La región Huasteca abarca seis estados, las más reconocidas por el público son las Huastecas Potosina, Hidalguense, Tamaulipeca y Veracruzana, pero a ellas se les suma la poblana y la queretana. Al ser tan diversa tiene diversos matices que pueden verse en los estilos del baile y el mismos trajes.
Como música un conjunto tradicional de huapango, también llamado trío huasteco se forma por tres instrumentos de cuerda, la Quinta huapanguera, que es una guitarra característica porque tiene de 5 a 8 cuerdas, también tiene una cajón de resonancia mayor que la guitarra normal, por ello su peculiar sonido. El segundo instrumento es la Jarana huasteca, que a diferencia de la jarana jarocha, esta es un cordófono de cinco cuerdas. Por último, el trío se acompaña de un violín que marca la pauta de la melodía. Las piezas intercalan un canto a dos voces o una, que puede ser de coplas fijas o improvisadas, lo que nos recuerda la escena de la película de “”Dos tipos de cuidado” donde Pedro Infante y Jorge Negrete intercambian versos improvisados y aludiendo a eventos del momento, donde el segundo siempre contesta lo dicho en el verso anterior, y se dice que el huapango es falsado, esto quiere decir que en cada ¾ de compás los cantadores marcan un falsete.
Como baile, mientras los cantores hacen sus versos el zapateo es apenas notable o bien no existe, mientras que a cada espacio musical los bailadores lucen pasos de zapateo muy enérgico.
Este estilo de música, como todos los que interpretan con instrumentos de cuerdas fueron herencia española y se dice que posiblemente del flamenco. Lo cierto es que en San Joaquín apreciamos tanto baile, como música, lo que se acompañó por la posibilidad de tener nuevas ediciones discográficas de los tríos más afamados como Trío Armonía Huasteca, Trío Tamazunchale, Camperos de Valles, por citar solo a tres de ellos, y la mercadotecnia de la estilización de los bailadores, como el de manimani.