/ miércoles 14 de agosto de 2019

Valor-es Educación

El fantasma de la crisis financiera universitaria acecha el futuro de los jóvenes en México


A pesar de los esfuerzos de gestión y propuestas para dar viabilidad a las universidades públicas en México, el número de instituciones educativas en crisis sigue en aumento. Al final del 2018, entre la transición del gobierno de Peña Nieto y López Obrador, se destinó una cifra insuficiente para que se resolvieran los compromisos inmediatos de las entonces nueve universidades en quiebra. El bote salvavidas ya naufragó y ahora son once las que se encuentran a la deriva y sólo es cuestión de tiempo para que la cifra aumente ya que no existen -o no se han dado a conocer- estrategias para resolver el problema.

Desde hace décadas, el subsidio para las universidades ha sido insuficiente. El sistema de gobierno ha visto a las universidades públicas más como una carga que como una fortaleza. Es cierto, hay que decirlo también, que en algunas universidades ha faltado transparencia en el uso de los recursos públicos y se han prestado a prácticas inadecuadas, pero definitivamente no todas. La mayoría cursamos con déficit presupuestal, a algunas los gobiernos estatales les retienen el recurso y muchas han tenido que endeudarse para enfrentar sus compromisos. Al día de hoy se requieren, al menos, 15 mil millones de pesos para el rescate de las que se encuentran al borde de la quiebra.

Las universidades hemos estado trabajando para resolver el problema en conjunto con las autoridades. Se han realizado un gran número de foros en los que se ha hecho patente el compromiso de transparentar los recursos y se entregó a la SEP un plan de austeridad por parte de cada universidad. La Reforma Educativa ha sido revisada a conciencia, se han discutido los “QUÉ” de la educación en México: igualdad, equidad, gratuidad, universalidad, inclusión, laicidad; sin embargo, no se han establecido los “CÓMO”. La Reforma Educativa se aprobó más por presiones que por resolver el problema de fondo. Ahora, en las leyes secundarias, siguen sin resolverse las grandes interrogantes. La Autonomía, por fortuna, quedó reestablecida pero no se indica claramente cómo operará la gratuidad y cómo se dará la viabilidad presupuestal. La gratuidad afecta los recursos que generamos, por ello es indispensable que dicho principio quede claro y bien acotado.

En la UAQ hemos presentado propuestas concretas a los legisladores y a las autoridades de la SEP. Estamos haciendo gestión permanente con gobierno del estado. Proponemos estrategias para incrementar los recursos a las universidades con base en méritos académicos y financieros, solicitamos que se asigne recurso suficiente y equitativo a todas las universidades. Desde luego, nos ponemos a disposición para la elaboración de proyectos en conjunto con los diferentes sectores de la sociedad, esa es una de nuestras funciones más importantes. Reconocemos la necesidad de comprometernos decididamente a rendir cuentas de forma transparente, a privilegiar el ahorro. Somos una universidad reconocida nacional e internacionalmente por su calidad académica, con finanzas sanas, sin deudas. Sin embargo, tenemos un importante déficit que podría ponernos en crisis en cualquier momento si no se establecen soluciones. El tiempo corre.

Aquí está nuestra mano para construir un mejor proyecto para la educación superior en México. Estamos a tiempo de lograrlo, de otra forma las becas para los estudiantes de nada servirán sino tienen en donde estudiar.

El fantasma de la crisis financiera universitaria acecha el futuro de los jóvenes en México


A pesar de los esfuerzos de gestión y propuestas para dar viabilidad a las universidades públicas en México, el número de instituciones educativas en crisis sigue en aumento. Al final del 2018, entre la transición del gobierno de Peña Nieto y López Obrador, se destinó una cifra insuficiente para que se resolvieran los compromisos inmediatos de las entonces nueve universidades en quiebra. El bote salvavidas ya naufragó y ahora son once las que se encuentran a la deriva y sólo es cuestión de tiempo para que la cifra aumente ya que no existen -o no se han dado a conocer- estrategias para resolver el problema.

Desde hace décadas, el subsidio para las universidades ha sido insuficiente. El sistema de gobierno ha visto a las universidades públicas más como una carga que como una fortaleza. Es cierto, hay que decirlo también, que en algunas universidades ha faltado transparencia en el uso de los recursos públicos y se han prestado a prácticas inadecuadas, pero definitivamente no todas. La mayoría cursamos con déficit presupuestal, a algunas los gobiernos estatales les retienen el recurso y muchas han tenido que endeudarse para enfrentar sus compromisos. Al día de hoy se requieren, al menos, 15 mil millones de pesos para el rescate de las que se encuentran al borde de la quiebra.

Las universidades hemos estado trabajando para resolver el problema en conjunto con las autoridades. Se han realizado un gran número de foros en los que se ha hecho patente el compromiso de transparentar los recursos y se entregó a la SEP un plan de austeridad por parte de cada universidad. La Reforma Educativa ha sido revisada a conciencia, se han discutido los “QUÉ” de la educación en México: igualdad, equidad, gratuidad, universalidad, inclusión, laicidad; sin embargo, no se han establecido los “CÓMO”. La Reforma Educativa se aprobó más por presiones que por resolver el problema de fondo. Ahora, en las leyes secundarias, siguen sin resolverse las grandes interrogantes. La Autonomía, por fortuna, quedó reestablecida pero no se indica claramente cómo operará la gratuidad y cómo se dará la viabilidad presupuestal. La gratuidad afecta los recursos que generamos, por ello es indispensable que dicho principio quede claro y bien acotado.

En la UAQ hemos presentado propuestas concretas a los legisladores y a las autoridades de la SEP. Estamos haciendo gestión permanente con gobierno del estado. Proponemos estrategias para incrementar los recursos a las universidades con base en méritos académicos y financieros, solicitamos que se asigne recurso suficiente y equitativo a todas las universidades. Desde luego, nos ponemos a disposición para la elaboración de proyectos en conjunto con los diferentes sectores de la sociedad, esa es una de nuestras funciones más importantes. Reconocemos la necesidad de comprometernos decididamente a rendir cuentas de forma transparente, a privilegiar el ahorro. Somos una universidad reconocida nacional e internacionalmente por su calidad académica, con finanzas sanas, sin deudas. Sin embargo, tenemos un importante déficit que podría ponernos en crisis en cualquier momento si no se establecen soluciones. El tiempo corre.

Aquí está nuestra mano para construir un mejor proyecto para la educación superior en México. Estamos a tiempo de lograrlo, de otra forma las becas para los estudiantes de nada servirán sino tienen en donde estudiar.

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