/ miércoles 13 de noviembre de 2019

Valor-es Educación

Construyendo el proyecto de educación superior que necesita México: Sobre la asignación de presupuesto


El presupuesto para las Universidades Públicas Estatales (UPEs) es materia de análisis año con año. Está compuesto por tres grandes rubros: el federal, el estatal y los recursos propios que cada institución genera. Lamentablemente, la asignación de presupuesto a las UPEs por parte de la federación y el estado ha carecido de criterios específicos, es decir, no se ha desarrollado un proyecto de fortalecimiento y crecimiento de la educación superior ligada a la distribución de recursos. Esto ha llevado a que, de forma histórica, la mayor parte de las UPEs cursen con presupuestos insuficientes.

De 35 UPEs en el país, sólo nueve reciben un presupuesto “peso a peso”, es decir, que las aportaciones federales y estatales corresponden cada una al 50% del total. Aún así, la minoría presenta finanzas sanas ya que, en algunos casos como el de Baja California, el gobierno estatal ha retenido el recurso que le corresponde a la universidad. Lo anterior, sumado con endeudamiento y lamentablemente, en algunos casos, mal uso del recurso, ha llevado a crisis económica a once universidades del país: Morelos, Oaxaca, Zacatecas, Chiapas, Estado de México, Tabasco, Veracruz, Michoacán, Nayarit, Guerrero y Baja California. Esto significa que estas universidades no cuentan con recursos suficientes para operar todo el año. El resto de las universidades enfrentan problemas financieros, menos agudos, pero importantes, que ponen en riesgo su viabilidad conforme el problema crece.

El gobierno federal ha implementado una estrategia de “rescate financiero” para las universidades en quiebra técnica que no ha hecho sino paliar el problema, sin ir al fondo. Hoy nos encontramos nuevamente ante la disyuntiva de solicitar un mayor presupuesto para las UPEs, mismas que atienden a millones de jóvenes en el país. En las universidades públicas es en donde se genera la mayor parte del conocimiento científico a través de la investigación y la vinculación con los diferentes sectores de la sociedad. Es en donde el arte se manifiesta de la forma más amplia y en donde se ofrecen servicios diversos a la sociedad, algunos de ellos ni siquiera ofrecidos por el propio Estado.

En indispensable que el presupuesto para las universidades se base en un proyecto sólido de educación superior que guíe el desarrollo del país a través del conocimiento. Para ello se propone que se establezcan criterios basados en indicadores como:

  1. Indicadores académicos de calidad educativa, que valoren la pertinencia y la excelencia educativa a través de sus programas, estudiantes y profesores.
  2. Indicadores financieros ligados al buen uso de los recursos, transparencia, rendición de cuentas y planes de austeridad.
  3. Indicadores de responsabilidad social que permitan valorar el impacto de las actividades académicas (arte, ciencia, tecnología e innovación) en beneficio del entorno.

Adicionalmente, se requiere de la corresponsabilidad federación-estado para asignar recursos suficientes a las UPEs lo que, en conjunto con la generación de recursos propios, permitirá el sano desarrollo. Solo construyendo un proyecto de educación superior será posible lograr que el presupuesto se asigne con base en méritos y metas que cumplir.

Construyendo el proyecto de educación superior que necesita México: Sobre la asignación de presupuesto


El presupuesto para las Universidades Públicas Estatales (UPEs) es materia de análisis año con año. Está compuesto por tres grandes rubros: el federal, el estatal y los recursos propios que cada institución genera. Lamentablemente, la asignación de presupuesto a las UPEs por parte de la federación y el estado ha carecido de criterios específicos, es decir, no se ha desarrollado un proyecto de fortalecimiento y crecimiento de la educación superior ligada a la distribución de recursos. Esto ha llevado a que, de forma histórica, la mayor parte de las UPEs cursen con presupuestos insuficientes.

De 35 UPEs en el país, sólo nueve reciben un presupuesto “peso a peso”, es decir, que las aportaciones federales y estatales corresponden cada una al 50% del total. Aún así, la minoría presenta finanzas sanas ya que, en algunos casos como el de Baja California, el gobierno estatal ha retenido el recurso que le corresponde a la universidad. Lo anterior, sumado con endeudamiento y lamentablemente, en algunos casos, mal uso del recurso, ha llevado a crisis económica a once universidades del país: Morelos, Oaxaca, Zacatecas, Chiapas, Estado de México, Tabasco, Veracruz, Michoacán, Nayarit, Guerrero y Baja California. Esto significa que estas universidades no cuentan con recursos suficientes para operar todo el año. El resto de las universidades enfrentan problemas financieros, menos agudos, pero importantes, que ponen en riesgo su viabilidad conforme el problema crece.

El gobierno federal ha implementado una estrategia de “rescate financiero” para las universidades en quiebra técnica que no ha hecho sino paliar el problema, sin ir al fondo. Hoy nos encontramos nuevamente ante la disyuntiva de solicitar un mayor presupuesto para las UPEs, mismas que atienden a millones de jóvenes en el país. En las universidades públicas es en donde se genera la mayor parte del conocimiento científico a través de la investigación y la vinculación con los diferentes sectores de la sociedad. Es en donde el arte se manifiesta de la forma más amplia y en donde se ofrecen servicios diversos a la sociedad, algunos de ellos ni siquiera ofrecidos por el propio Estado.

En indispensable que el presupuesto para las universidades se base en un proyecto sólido de educación superior que guíe el desarrollo del país a través del conocimiento. Para ello se propone que se establezcan criterios basados en indicadores como:

  1. Indicadores académicos de calidad educativa, que valoren la pertinencia y la excelencia educativa a través de sus programas, estudiantes y profesores.
  2. Indicadores financieros ligados al buen uso de los recursos, transparencia, rendición de cuentas y planes de austeridad.
  3. Indicadores de responsabilidad social que permitan valorar el impacto de las actividades académicas (arte, ciencia, tecnología e innovación) en beneficio del entorno.

Adicionalmente, se requiere de la corresponsabilidad federación-estado para asignar recursos suficientes a las UPEs lo que, en conjunto con la generación de recursos propios, permitirá el sano desarrollo. Solo construyendo un proyecto de educación superior será posible lograr que el presupuesto se asigne con base en méritos y metas que cumplir.

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