/ miércoles 26 de agosto de 2020

Valor-es educación

Empatía para acercarse en la distancia

En semáforo rojo, la Universidad Autónoma de Querétaro se encuentra ya en su cuarta semana de clases, en este caso virtuales. Las dificultades aún no están superadas ya que, a pesar de los esfuerzos, muchas y muchos estudiantes salvan numerosos obstáculos para mantener el ritmo de las clases a distancia.

Entre las estrategias que se han implementado en la UAQ se encuentra la recolecta de equipo de cómputo que, si bien ha sido buena, es insuficiente dada la demanda, por lo que se ha iniciado el trámite para la compra de tabletas electrónicas que serán aportadas como apoyo en especie a estudiantes que requieran de ello. Se han abierto también todos los espacios universitarios para que las y los estudiantes puedan acudir a tomar sus clases virtuales dentro de la misma universidad. No obstante, existen casos en donde estas acciones no resuelven por completo el problema ya que viven en comunidades en donde no hay campus o planteles cercanos.

Es por ello que resulta necesario que las y los docentes nos solidaricemos con nuestras y nuestros estudiantes a fin de que se disminuya la brecha digital. Si bien, maestras y maestros nos hemos capacitado en el uso de plataformas virtuales, es necesario combinar una serie de estrategias para que todas y todos los estudiantes cuenten con las mismas oportunidades de aprendizaje. Entre las acciones posibles están, además de utilizar las plataformas institucionales y de videoconferencias, grabar las sesiones de clases y enviarlas por correo electrónico al grupo, enviar material de apoyo, mantener constante comunicación con el grupo y ser flexibles en la atención a estudiantes que requieren apoyo adicional.

Es en estos momentos cuanto debemos mostrar más empatía para apoyar a nuestras y nuestros estudiantes y permanecer cercanos aún en la distancia. Es indudable que las y los jóvenes se esfuerzan cada día ya que el sistema de educación tradicional, hasta ahora, poco había contemplado el uso de herramientas digitales. También requiere de un gran esfuerzo por parte de las y los docentes pues no es fácil transformar una fría computadora en un salón de clases. La participación de las y los estudiantes es más difícil y se requiere del uso de nuevas habilidades didáctico-pedagógicas para lograr que el proceso de enseñanza-aprendizaje sea exitoso.

De esta forma iniciamos el nuevo ciclo escolar, con grandes esfuerzos y con la expectativa de que las condiciones de la pandemia mejoren lo suficiente para regresar paulatinamente a nuestras actividades presenciales. Esto será posible en función de que todas y todos, en comunidad, asumamos que es responsabilidad compartida el cuidado de unos y otros. Empatía y solidaridad para salir adelante.

Empatía para acercarse en la distancia

En semáforo rojo, la Universidad Autónoma de Querétaro se encuentra ya en su cuarta semana de clases, en este caso virtuales. Las dificultades aún no están superadas ya que, a pesar de los esfuerzos, muchas y muchos estudiantes salvan numerosos obstáculos para mantener el ritmo de las clases a distancia.

Entre las estrategias que se han implementado en la UAQ se encuentra la recolecta de equipo de cómputo que, si bien ha sido buena, es insuficiente dada la demanda, por lo que se ha iniciado el trámite para la compra de tabletas electrónicas que serán aportadas como apoyo en especie a estudiantes que requieran de ello. Se han abierto también todos los espacios universitarios para que las y los estudiantes puedan acudir a tomar sus clases virtuales dentro de la misma universidad. No obstante, existen casos en donde estas acciones no resuelven por completo el problema ya que viven en comunidades en donde no hay campus o planteles cercanos.

Es por ello que resulta necesario que las y los docentes nos solidaricemos con nuestras y nuestros estudiantes a fin de que se disminuya la brecha digital. Si bien, maestras y maestros nos hemos capacitado en el uso de plataformas virtuales, es necesario combinar una serie de estrategias para que todas y todos los estudiantes cuenten con las mismas oportunidades de aprendizaje. Entre las acciones posibles están, además de utilizar las plataformas institucionales y de videoconferencias, grabar las sesiones de clases y enviarlas por correo electrónico al grupo, enviar material de apoyo, mantener constante comunicación con el grupo y ser flexibles en la atención a estudiantes que requieren apoyo adicional.

Es en estos momentos cuanto debemos mostrar más empatía para apoyar a nuestras y nuestros estudiantes y permanecer cercanos aún en la distancia. Es indudable que las y los jóvenes se esfuerzan cada día ya que el sistema de educación tradicional, hasta ahora, poco había contemplado el uso de herramientas digitales. También requiere de un gran esfuerzo por parte de las y los docentes pues no es fácil transformar una fría computadora en un salón de clases. La participación de las y los estudiantes es más difícil y se requiere del uso de nuevas habilidades didáctico-pedagógicas para lograr que el proceso de enseñanza-aprendizaje sea exitoso.

De esta forma iniciamos el nuevo ciclo escolar, con grandes esfuerzos y con la expectativa de que las condiciones de la pandemia mejoren lo suficiente para regresar paulatinamente a nuestras actividades presenciales. Esto será posible en función de que todas y todos, en comunidad, asumamos que es responsabilidad compartida el cuidado de unos y otros. Empatía y solidaridad para salir adelante.

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