Su altruismo se extiende a causas sociales que van desde la salud infantil hasta el empoderamiento femenino, para María Contreras no ha sido fácil tener que abogar por quienes no corren con la suerte de contar quien vea por ellos, incluyendo a los varones.
Trabajadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAN) y estudiante de la licenciatura de abogacía en el estado de Querétaro; carrera a la que tuvo que ingresar, para poder llevar los casos que muchos profesionistas dedicados al derecho, no quisieron tomar, por falta de recursos para solventar sus honorarios, dijo que “cuando les digo que hay un caso, pero no hay dinero, ya no vuelven, y obviamente se necesita la cédula y firma en un juicio, por eso me decidí estudiar esta carrera” ..
Su ardua labor, según cuenta, le ha dejado problemas y sinsabores, pero son recompensados con el agradecimiento y ser partícipe de un cambio de vida para quienes ayuda, “ese es mi pago y recompensa; hay veces que digo, ¡ya no más!” pero no puedo ser indiferente al dolor y me involucró nuevamente”
El sueño de esta mujer es que todas las personas de cualquier edad, del sexo que sean y con las preferencias que tengan logren desarrollarse en un ámbito de igualdad, sin importar si cuentan con los recursos económicos para hacerlo, por ello toca puertas día a día, y fue precisamente en este andar y ante el cariño y respeto que le tienen quienes la conocen, que varios partidos políticos se han acercado para proponerle trabajar con ellos, propuestas que ha rechazado por considerarse a partidista y como dice “mis ideas no encajan en la política, ya una vez trate de estar, pero me di cuenta que no es lo mío, la gente sabe que yo no comulgo con la demagogia que hay dentro de cualquier institución política y aunque admiro a mujeres y hombres que se desarrollan perfectamente en este ámbito yo prefiero hacerlo bajo mis propios recursos”señala
Como madre de tres varones, la filantrópica dice educarlos en el respeto e igualdad para forjar hombres respetuosos y cabales, de todo cuanto los rodea, “mis hijos son mi mayor orgullo y los que me dicen que debo parar, pues entre todas mis actividades y la presión de que las personas que me piden apoyo, tengan una solución favorable, se ha visto en varias ocasiones comprometida mi salud, lo cual a ellos les preocupa, pero el verme haciendo lo que me apasiona, comprenden que es mi vocación”.