La ilusión de años, el esfuerzo, dedicación y el trabajo constante, llevó a Roxssana Díaz y Alberto Alatorre vivir uno de los momentos más esperados en esta nueva etapa de su vida; que fue la inauguración de su casa. Por lo especial del caso, por lo agradecidos que se sienten con la vida y con su gente, reunieron a un pequeño grupo de amigos de la pareja que ha sido parte de esta historia de vida.
Marcel Morales Ibarra, compañero de la Chapingo, quien conoció a Alberto hace 50 años, ha sido parte fundamental en el crecimiento profesional y espiritual, sobre todo ahora que los dos tienen una familia estable, cada uno bien casado y feliz. Por esto y más en sus vidas lo invitaron junto con su esposa Marcela Gómez Sollano a cortar el listón inaugural de este nuevo recinto, sagrado y planeado para los Alatorre.
Emotiva sin duda, resultó la convivencia que organizaron, ya que los invitados, en su mayoría Ingenieros Agrónomos de la Chapingo, compañeros de Alberto, fueron quienes revivieron anécdotas, historias, amistades, logros, fracasos pero sobre todo con su presencia y con las palabras que dedicaron en esta fiesta, fortalecieron aún más su cercanía y esa estrecha complicidad que los ha mantenido juntos, algunos de ellos no cerca, pero siempre juntos, cuando se necesitan.
Más de una carcajada se escuchó en este día, pero también se desprendieron lágrimas de felicidad al recordar historias que los fue uniendo, entrelazando su película personal con una gran aventura de vida que han compartido. Agradecidos el uno con el otro, felices de encontrarse, de recordar y de tenerse como amigos, celebrar alzando las copas de vino y brindando por su amistad.
Roxssana Díaz y Alberto Alatorre, acompañados de su hijo Alberto y en el corazón por Roxs y Dení , expresaron la felicidad que los envuelve al ver cristalizado uno de sus sueños; este rincón que conserva no sólo el diseño de su creatividad y de sus gustos, también mantiene vivo el hogar que formaron junto con sus hijos y que ahora lo comparten con sus nietos.
