Al costado del templo de la Santa Cruz de los Milagros se encuentra una pequeña y pintoresca capilla, El Calvarito, que a decir de Antonio Hernández guía de turistas de la ciudad fue construida en 1649 por frailes franciscanos.
Según su relato el lugar fue un humilladero prehispánico (construcción originalmente de carácter religioso, situado en los caminos cercanos a las poblaciones). Más tarde se veneraba a la Santa Cruz de Los Milagros y fue una de las 14 capillas de la ciudad que formaban parte del Viacrucis que iniciaban en el templo de San Francisco, para terminar en este lugar. Hoy se piensa según el relato del guía, que es la única que queda.
El lugar invita para la reflexión y para quienes lo visitan, es un sitio muy espiritual donde se puede meditar y orar al creador
Cuenta con dos pilastras toscanas y una cornisa jónica con friso, además de una torre de dos cuerpos rematada por una cruz de cantera