Nada la detuvo para continuar su vida y sacar a sus hijos adelante, Virginia Torres Malagón es una mujer echada para adelante, que tras un accidente que le cambió la vida hace más de 30 años, supo que no podía quedarse a lamentar su desgracia y tras buscar que alguien la emplea decidió convertirse en emprendedora y aprovechando las enseñanzas que su mamá, María Malagón, le enseñó cuando era apenas una niña, comenzó a realizar las calaveras de dulce y chocolate, típicas en la temporada de Todos los Santos y Día de Muertos.
En entrevista exclusiva para Diario de Querétaro, Vicky abrió su corazón y cuenta una parte de su historia la cuál es por demás admirable.
“Hace 30 años, tuve un accidente de vehículo, el cuál me dejó con una discapacidad motriz, fue muy difícil enfrentar que de un día para otro, la vida te cambie y dependas de todos para hacer tus cosas; fue un proceso largo y doloroso, donde primero comienza la negación y después la amargura, pero conforme pasa el tiempo vas madurando y comienzas a ver la vida diferente” relató.
La creativa recordó que tras un periodo de rehabilitación, debía trabajar pues sus hijos aún eran pequeños y tenía que sacarlos adelante. Busco la manera de emplearse y aunque si le ofrecían trabajo, debía pagar transporte y pedir ayuda para bajar de su casa, pues donde vive todo está a desnivel.
Entonces fue que recordó lo que su mamá le había enseñado cuando era pequeña, la elaboración de calaveras de azúcar y fue como decidió autoemplearse sin salir de su casa.
“Mi mamá las vendía por temporada y cuando me vi sin trabajo, comencé a trabajarlas todo el año, para venderlas en el Jardín Guerrero en la temporada de Día de Muertos. Soy la única que seguí con la tradición, a veces me ayuda mi nuera, pero yo sola desde que inicia el año comienzo a comprar el azúcar y la materia prima que se requiere para tener preparado todo para la venta”.
Vicky plática que hoy junto con sus hijos trata de ver la vida diferente, sabe que todo lleva un esfuerzo y que hay que enfrentar con entereza los obstáculos que se van presentando, como el año pasado que no pudo salir como siempre a realizar la vendimia por la contingencia por Covid-19.
“Fue terrible, perdí dinero por mi inversión, pues como te comento yo comienzo a trabajar desde el primero de enero, pues es algo muy laborioso que requiere de mucho tiempo”, afortunadamente existen las redes sociales y proactiva como es se dio a la tarea de hacer una página en Facebook y anunciar sus productos, así como clientes que la buscaron y comenzaron a recomendarla de boca en boca.
“Definitivamente si perdí, pues la venta no fue ni la mitad de lo que vendía en años anteriores. Hoy seguimos sin saber si este año sí nos permitirán ponernos, pero yo sigo ofreciendo el producto por la página que cree”.
Hoy Vicky continúa luchando por ser feliz y entre sus hobbies está la incursión a un equipo de baile para personas que tienen alguna condición y se encuentran en silla de ruedas, los entrenamientos son tres veces por semana en el Parque Querétaro 2000, lo cual disfruta plenamente.