Viñedos sin apoyo durante contingencia

Raúl Hazael Díaz Teja, director comercial de un viñal que forman parte de la Ruta Arte, Queso y Vino, platicó sobre las dificultades a las que se enfrentaron estos meses

Daniela Ocampo|Diario de Querétaro

  · domingo 30 de agosto de 2020

Espacio cien por ciento mexicano |CORTESÍA VIÑEDO AZTECA

El enoturismo es una de las principales estrategias turísticas de nuestro estado que sigue creciendo, sin embargo, debido a la pandemia ocasionada por el Covid-19, este sector se vio afectado y ahora viñedos ya están de regreso con nuevas medidas de sanidad.

Antiguamente el viñedo era una hacienda | CORTESÍA VIÑEDO AZTECA

Antiguamente el viñedo era una hacienda | CORTESÍA VIÑEDO AZTECA

Raúl Hazael Díaz Teja, director comercial de Viñedos Azteca platicó sobre como se vieron afectados durante tres meses que se mantuvieron cerrados al público, “nos mantuvimos de préstamos de amigos para pagar sueldos y seguir con los cuidados de los animales, no recibimos ningún tipo de apoyo ni de gobierno, de haber durado un mes más en esta situación corríamos el riesgo de haber quebrado”, comentó.

Vinos artesanales de alta calidad | CORTESÍA VIÑEDO AZTECA

Vinos artesanales de alta calidad | CORTESÍA VIÑEDO AZTECA

El 15 de junio, Viñedos Azteca reabrió sus puertas con muchas restricciones en diferentes áreas como el restaurante, solo puede ingresar un grupo de máximo 40 personas, todo servicio y atención es al aire libre, garantizan la sana distancia en sus superficies de más de 10 mil metros, todo el personal está capacitado por al menos cuatro programas nacionales, uso de cubrebocas, gel antibacterial, áreas para lavado de manos, ventilación natural y sobretodo asegurando la tranquilidad y seguridad de sus visitantes.

Restaurante al aire libre respetando la sana distancia | CORTESÍA VIÑEDO AZTECA

Cuentan con un lienzo charro donde se han realizado diversos eventos de charrería | CORTESÍA VIÑEDO AZTECA

Este proyecto surgió en 2004, gracias a la amistad entre José Antonio Llaquet, quien en ese entonces era enólogo en otro viñedo, junto con Connie y Jorge Ferreira, creando una empresa cien por ciento mexicana que busca tener una particularidad con su producción artesanal, además de ser un viñedo boutique que produce alrededor de quince mil botellas anualmente.

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