Ted Gioia escribía en 1997 en su libro “Historia del Jazz” (Oxford University Press, Inc.) a manera de planteamiento si al género debería siempre pedírsele que avanzara en un continuum progresista, considerando que las nuevas generaciones de músicos interesados han llegado tardíamente, es decir; cuando ya ha pasado por diversos cambios profundos, y sustanciales , además a punto de cumplir 100 años de su creación, por lo tanto qué discurso podrían decir sobre lo ya dicho. Duro reto para enfrentar a los pioneros de movimientos y estilos trascendentales. Por otro lado está el factor del surgimiento de un pensamiento conservador originado por músicos como Wynton Marsalis y todos aquellos que desde la década de los 80 siguieron sus pasos, haciendo retroceder el avance del jazz.
Probablemente Gioia debió esperar el tiempo necesario para contestar ésta pregunta, puesto que en el proceso de veinte años la respuesta ya estaba ahí, hasta consolidar avasalladoramente la vida a través de nuevas propuestas de un género que a pesar de tener en contra detractores, proliferación en mayor grado de la fuerza aplastante de la industria del entretenimiento, de los medios masivos de comunicación que escupen, sigue presente. Si la preocupación de Gioia consistió en su momento en la supervivencia del jazz, ya no tendría tiene de qué preocuparse, porque el género se encuentra más vivo que nunca, el advenimiento de más oportunidades para las nuevas generaciones, nuevas e inmediatas fuentes de información, además la oportunidad de acceder de manera expedita las obras de músicos de todo el mundo.
Y cierto ya no existe una corriente única cada diez años, como lo manifestaba el libro “El Jazz” de Joachim Berendt, es decir; ya no se puede esperar tanto tiempo, porque a la vuelta de la esquina, en cualquier momento aparece algo totalmente diferente e innovador, un nuevo lenguaje, una estética diferente. Los tiempos se acortan y los músicos se expanden.
A razón de comprobación, un poco antes de empezar estas líneas, ya se estaba escuchando varias opciones auditivas. Así, en primer lugar en el ordenador se generaban sonidos del primer disco del jovencísimo Or Barket, contrabajista israelí-argentino, afincado en New York, que bajo un esquema de multiculturalidad presenta OB1 (Fresh Sound New Talent, 2017), grabación que si bien no es una obra disruptiva, transpira elegancia, ejecución impecable e ideas que ya muestran una capacidad original en la composición e improvisatoria. Los elementos multiculturales se integran al lenguaje del jazz con naturalidad, dándose atisbos de Jimi Hendrix, funk-rock y el folclore israelí, armonías complejas, sutilezas, lirismo, vals, etc…inclusive en el tema "La Música y la Palabra" la participación del acordeonista brasileño Vitor Gonçalves ofrece un toque especial sin caer en el folclorismo fácil. La obra no se sería de esta manera, si no tuviera a músicos de talla de Shachar Elnatan (guitarra) especialmente inventivo; Gadi Lehavi (piano) sutil, creativo y elegante; Ziv Ravitz (batería) ya viejo conocido por el Coraje Creativo, con sus trabajos en solitario y participando como parte del grupo del saxofonista, clarinetista israelí Gilad Atzmon; y por último Keita Ogawa (percusión) quien adorna con sus instrumentos algunos de los temas de este disco, sin opacar jamás a sus compañeros de viaje.
Otro contrabajista, pero desde suiza Xaver Ruegg comanda un cuarteto, que por su edad, todos ellos en sus veinte años muestran una madurez inaudita, con una propuesta compleja en estructura, no por eso falta de dinámica, al contrario, si algo los caracteriza es precisamente la movilidad que tiene su música, mostrando una inquietud . Los demás integrantes son Tapiwa Svosve en saxofón alto, sintetizadores, electrónica, Vojko Huter en la guitarra, sintetizadores, electrónica y Paul Amereller en la batería. Todos ellos forman parte del Gamut Kollektiv. Su objetivo lo manifiestan cómo la ampliación de las formas convencionales de improvisación acústica con adiciones sonoras ricas y grooves modernos, y vaya que lo logran; inclusive los cuatro jóvenes son actualmente un referente superior en la escena del jazz suizo. Decoy hace honor a su nombre, es decir; es un anzuelo en este primer disco, como diciéndonos que debemos seguir su carrera y que deparará sorpresas en el futuro. El grabar para la marca reconocida e independiente Intakt Records representa un doble gancho.
Así se termina esta saga de cuatro entregas en contestación a la visión corta del Mtro. Cue, quien desde una posición minimalista, falto de información y análisis reflexivo hace un ataque a los especialistas de música y arte, sólo encontrando una respuesta en las leyes de mercado como determinante en las preferencias de la gente, limitando su capacidad a lo inmediato y al mejoramiento de una vida más plena y significativa en la búsqueda de obras sustantivas para alimentar de mejor manera la mente y creatividad humana. Sin olvidar la celebración de 8 años de un esfuerzo contínuo para ofrecer las propuestas trascendentales de la música de y en un mundo globalizado.
La historia continuará…y seguimos celebrando el Octavo Aniversario del Coraje Creativo.
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