La extravagancia, la actitud rockera y la amistad unen a Amandititita y Guillermo Fadanelli; sentados en un sillón gris y frente a un Jardín Guerrero medio vacío se reunieron en el Hay para hablar de la literatura y la publicación de los nuevos escritores.
La amistad entre ellos surgió de una forma inesperada, “Hey, tú, la del papá famoso”, fueron las primeras palabras que Fadanelli le gritó a Amanda; la vida de las letras los unió y convirtió en grandes aliados. Pessoa, Hobbes, son algunos de los autores que comparten y que inspiraron no sólo un estilo, sino toda una filosofía de vida.
“Fadanelli representa la generación beat de México, es una persona que siempre está en constante comunicación con la gente joven”, refirió Amanda.
“Lodo”, “Clarisa ya tiene un muerto”, “Al final del periférico”, son tan sólo algunas de las obras publicadas de Guillermo. Con una onda muy jovial, en 1995 fundó la editorial Moho, teniendo como antecedente la revista del mismo nombre. Su vocación ha radicado en darle voz a las nuevas generaciones, aquellas que por muchos, podrían pasar como desapercibidos.
“Es una época donde su publica mucho, pero muy poco a escritores que no son nadie, pero que Guillermo siempre tiene el ojo en ellos”, aseguró Amandititita.
Con la seguridad de que la literatura sirve para perpetuar de la soledad en un mundo que vive una situación terrible, la desconfianza de la autoridad es lo que ha sido una guía de Moho.
“La individualidad y la literatura, si la literatura es comprendida como parte de una tradición pierde su poder de perversión; es importante que los escritores no sean fácilmente ubicables, que sean extravagantes, pero no payasos, que su extravagancia venga de la crítica y el pensamiento, vimos la época de prejuicios efímeros. El lenguaje es un bosque, nos ayuda a reflexionar, hacer la crítica de uno mismo”, finalizó Fadanelli.