Una pareja de adolescentes se abraza bajo las cobijas. Desde la batea de una camioneta disfrutan de una función de cine a la intemperie al igual que otros espectadores, quienes como en los años 50 se arrellanan en la oscuridad de sus vehículos, para apreciar la proyección mientras se llevan grandes puñados de palomitas a la boca. Se trata del primer día de funciones del Autocinema Corregidora, el primer establecimiento en Querétaro diseñado exclusivamente para este fin, buscando ofrecer al público una opción de esparcimiento social luego de que las salas de cine cerraran sus puertas en todo el país por la presencia del Covid-19.
A principios de agosto se dio a conocer el arranque de este proyecto, cuya sede fue localizada en el municipio de Corregidora, casi frente a la Unidad Deportiva de la Universidad Autónoma de Querétaro.
La respuesta de los cinéfilos fue inmediata, pues al poco tiempo los boletos volaron en la web, y con dos funciones en cartelera el autocinema arrancó con gran éxito su programación.
El primer día una fila de vehículos se arremolinó en la entrada, donde sus tripulantes fueron recibidos por un filtro sanitario, que verificó la temperatura de cada uno y el uso de cubrebocas.
Como en una coreografía, los autos fueron tomando su lugar paulatinamente en torno a un escenario para conciertos, en cuyo centro fue instalada una pequeña pantalla esférica– de no más de 3 metros de diámetro– para una vista de 360°.
Aunque el tamaño de la pantalla generó disconformidad en varios espectadores, varios de ellos buscaron el mejor ángulo sentados en el marco de las ventanas o sobre los toldos para maximizar la experiencia.
Otros optaron por acondicionar sus cajuelas y bateas con almohadones y colchonetas y siguiendo el reglamento interno solicitaron los clásicos snacks de autocinema encendiendo las intermitentes de sus vehículos.
Como si alguien apagara las luces, al caer el atardecer la función empezó y con ello la experiencia que permitió a los cinéfilos queretanos volver a vivir el séptimo arte fuera de casa.
De acuerdo con el organizador del autocine, Óscar Gómez, desde el diseño de la idea, lo más complicado ha sido obtener las licencias necesarias para la exhibición pública de los filmes; razón por la cual su cartelera actualmente no cuenta con estrenos. Sin embargo, invitó a la gente a conocer las opciones y a proponer nuevos títulos a través del Facebook o la página oficial del autocinema.
Las cintas encargadas de inaugurar el espacio fueron Minions y Gladiador, que si bien no son propiamente clásicos del autocinema, podrán dar paso a títulos como Vaselina, Pesadilla en la calle del infierno, o incluso ciclos de cine de arte.
Por las características de la infraestructura, el organizador aseveró que el espacio está abierto para otras propuestas como autoconciertos y exhibiciones de arte apegadas a los protocolos de sanidad.
Empero a los esfuerzos de los organizadores por brindar un espacio de esparcimiento social, esta iniciativa también ha generado molestia en los vecinos de la colonia San José de los Olvera, quienes en redes sociales hicieron pública su molestia por el alto volumen de la función, que bien podría ser sustituido con tecnología de radiofrecuencia para que desde los autoestéreos, los espectadores puedan escuchar el sonido. Sobre este tema, Gómez aseguró que se encuentra trabajando y pronto contarán con la infraestructura necesaria para hacerlo.
Pronto ¡más oferta!
Además del Autocinema Corregidora, la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) dará funciones de autocine en las instalaciones del Centro de Negocios UAQ Juriquilla. Ambos espacios ofrecerán sus servicios en apego a las medidas sanitarias señaladas por la Secretaría de Salud, que incluye el uso obligatorio de cubrebocas, dispensadores de gel antibacterial y herramientas digitales para la compra de alimentos y bebidas sin abandonar los vehículos.
Como parte de los mismo lineamientos, los espacios han reducido su capacidad hasta en un 30%, para mantener la distancia de un metro y medio entre cada automóvil. Por lo que es importante comprar los boletos con anticipación, a través de los mecanismos electrónicos determinados por cada establecimiento.
Un capítulo pendiente
Aunque en México el formato de los autocinemas se popularizó en los años 50, el concepto nunca enraizó en Querétaro pese al gran interés de la población por el séptimo arte.
En entrevista con BARROCO, el historiador queretano, Edgardo Moreno Pérez, explica que lo anterior tuvo que ver, en gran medida, con el ambiente conservador que imperó en la sociedad de aquella época, pues se creía que estos espacios fomentaban “prácticas indebidas y ominosas” entre los jóvenes.
“Los autocinemas tenían fama de ser lugares de perdición, lugares para parejas que permanecían en la semioscuridad largo tiempo”, dice el investigador, aclarando que la misma perspectiva se tenía sobre las salas de cine porque “ahí podían darse todos los besos que no se podían dar en lo público… y el anonimato se guardaba”.
Pese a estas ideas, en Querétaro afloraron diversas salas de cine desde principios del siglo XX, contabilizándose en los años 50 más de 5 mil butacas disponibles para una población de aproximadamente 70 mil habitantes, afirma el historiador.
Además de reflejar el creciente interés por el séptimo arte, Moreno asevera que la cantidad de salas de cine en aquella época puede explicar también la razón por la que los autocinemas no surgieron en la ciudad, como sí ocurrió en otras partes del país.
La historia del cine en Querétaro comenzó a escribirse al término del siglo XIX y fue en 1897 cuando la empresa Delamare Halphan realizó la primera exhibición pública de cinematógrafo en el Teatro Iturbide, hoy Teatro de la República.
Pero fue hasta 1908 que en la ciudad se construyó la primera sala de cine: “Salón Pathé”, mejor conocido por los lugareños como el “Salón rojo” por el color de sus muros. Se encontraba ubicado sobre lo que ahora es Juárez, entre las calles de Ángela Peralta y 16 de Septiembre, llegando a su fin el 23 de febrero de 1914 tras un trágico incendio.
Pese a este hecho, las iniciativas continuaron y más salas abrieron sus puertas al público. Cines como Goya (1929- 1948), Alameda (1946), Plaza (1947- 1980), Cinema 2000 (1977- 1989) y Reforma (1959- 1996) popularizaron películas nacionales y extranjeras, que hoy sirven como preámbulo histórico a los autocinemas, cuyo concepto representa una opción perfecta para vivir el cine en tiempos de Covid-19.