¿De qué manera se puede abordar desde las Ciencias Sociales y las Humanidades el estudio de los procesos culturales? Pierre Bourdieu (Denguin, 1930 - París, 2002) proponía un marco complejo para el acercamiento a los procesos culturales desde la sociología o, mejor dicho, desde la versión compleja de sociología que propone Bourdieu. No obstante, en Capital cultural, escuela y espacio social (Siglo XXI, 1997) encontramos un texto que reúne conferencias, entrevistas, ensayos breves que, aunque complicado de integrar, hacen que el libro sea fácil de abordar.
Uno de los aspectos fundamentales tanto para la integración como para el abordaje es que el libro funciona como una síntesis de La distinción (1979); La nobleza del Estado (1986); Los herederos (1964); Homo Academicus (1984), El oficio de sociólogo (1968); Sociología y Democracia (1995); y La reproducción (1984).
En el apartado titulado “Las ciencias del oficio”, Bourdieu presenta una síntesis de su modelo de análisis del espacio social, el cual, recuperado desde La distinción, se define como “el conjunto de posiciones distintas y coexistentes, exteriores las unas de las otras, definidas las unas en relación con las otras, por relaciones de proximidad, de vecindad o alejamiento y también por relaciones de orden, como debajo, encima y entre… el espacio social es construido de tal modo que los agentes o los grupos son distribuidos en él en función de su posición en las distribuciones estadísticas, según los dos principios de diferenciación… capital económico y capital cultural”. En los mismos términos, Bourdieu refiere que en cada momento de una sociedad, el espacio social está unido por una relación de homología (relación entre elementos) a un conjunto de actividades (la práctica del futbol, tocar el piano, asistir a clases a una Casa de Cultura) o de bienes (una casa, un cuadro de Santiago Carbonell), caracterizados de forma relacional.
Es en este modelo a través del cual Bordieu expone los conceptos fundamentales de su propuesta teórica: habitus, diferencia, campo, espacio social, disposición, capital cultural y capital económico.
Piénsese en el espacio social de nuestra ciudad. Este espacio, de acuerdo con Bourdieu, es construido de tal modo que los agentes o los grupos son distribuidos en él en función de su posición en las distribuciones estadísticas de acuerdo con dos principios de diferenciación elementales: el capital económico y el capital cultural. En este sentido, los agentes tienen más o menos en común en estas dos dimensiones en la medida en que más próximos estén. Las distancias espaciales sobre el papel equivalen a las distancias sociales.
Es decir:
· En la primera dimensión los agentes son distribuidos según la estructura de su capital.
· En la segunda dimensión los agentes son distirbuidos según el peso relativo a los diferentes tipos de capital, tanto económico como cultural, en el volumen total de su capital.
Para Bordieu, en la primera dimensión los poseedores de un fuerte volumen de capital global (patrones, miembros de profesiones liberales, profesores de universidad…) se oponen globalmente a los más desprovistos de capital económico y de capital cultural, como los obreros sin calificación. Y, desde el punto de vista del peso relativo del capital económico y del capital cultural en su patrimonio, ambos tipos de agentes se oponen fuertemente entre sí. Esto podría resumirse en el siguiente argumento: “A cada clase de posiciones el habitus, que es el producto de los condicionamientos sociales asociados a una determinada condición, hace corresponder un conjunto sistemático de bienes y de propiedades, unidos entre ellos por una afinidad de estilos”. En este nivel es menester recordar que la utilidad del habitus, uno de los conceptos clave de Bordieu, es dar cuenta de la unidad de estilo que atraviesa a la vez las prácticas y los bienes de un agente singular o de una clase de agentes. Para ejemplificar el procedimiento del habitus, Bordieu propone a Balzac o Flaubert y sus respectivas descripciones del ambiente que son al mismo tiempo descripciones del personaje que lo habita.
El habitus es el principio generador y unificador entre el ambiente y el personaje, una intensa determinanción entre el habitante y el espacio que habita, y que retraduce las características intrínsecas y relacionales de una posesión de un estilo de vida unitario, es decir, un conjunto unitario de elección de personas, de bienes, de prácticas. Los habitus son diferenciados pero también son diferenciantes, estructuras estructurantes, operadores de distinción: ponen en juego diversos procesos de diferenciación o utilizan de modo variable los principios de diferenciación comunes.
Mientras que para algunas personas es importante estar enterados de la última participación de Maribel Guardia en su personaje de “La maestra” en el programa televisivo de revista Hoy, para otros será más importante enterarse de que Fernando Frías, con su largometraje Ya no estoy aquí, representará al cine mexicano en los Oscar 2020, después de haber ganado en la 17ª edición del Festival Internacional de Cine de Morelia. Mientras que para algunos es más importante reactivar de inmediato las actividades de la Orquesta Filarmónica del Estado de Querétaro, para otros es más apremiante que se lleve a cabo una limpia en Gallos Blancos de cara al 2021, tras el rotundo fracaso en el torneo que culmina, al alcanzar el lugar 17 de la tabla general.
Todo este tipo de cuestiones eran motivos para la reflexión y el cuestionamiento de Bourdieu y de su visión de la sociología. Lo más importante del aporte teórico de Bourdieu es que el investigador debe salir a la calle y debe contar con una imaginación lo suficientemente amplia como para no desdeñar los acontecimientos de su tiempo. Al respecto, Bourdieu presenta las siguientes ideas:
1. La sociología debe definirse como una ciencia empírica.
2. El acto científico fundamental es la construcción del objeto. El sociólogo debe mirarse a sí mismo cómo y desde dónde observa, debe conocerse a sí mismo en este sentido, de lo contrario, es generador de errores: la sociología de la sociología es indispensable para poner en duda la ilusión del saber absoluto que es inherente a la posición del sabio y la forma particular que esta ilusión toma según la posición que el sabio ocupa en el espacio de la producción científica.
3. El sociólogo debe analizar sus instrumentos de pensamiento, ya que las categorías de pensamiento que el sociólogo aplica al mundo social siempre están influidas por la sociedad en la que se ha desenvuelto.
4. Los sociólogos no sólo deben decir qué hay que construir, sino cómo construirlo.
5. Es permanente la necesidad de superar los opuestos, por ejemplo objetivismo-subjetivismo.
6. La ciencia construye y al mismo tiempo es construida.
7. El sociólogo debe estar cerca de todo ciudadano, preguntando por lo que pasa en una sociedad, retomando la postura socrática, pero los mismos que celebran todos los días el culto a Sócrates, son los últimos en comprender y admitir esta suerte de abdicación del filósofo-rey frente a “lo vulgar” que pide la sociología.
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