A la pregunta “¿Qué es un loco?”, la Comunidad Terapeútica Rizoma responde: “Es diversidad mental”. Bajo esta postura, fue que por segunda ocasión la organización se sumó a la conmemoración internacional del Día del Orgullo Loco, con una jornada cultural y artística enfocada a la salud mental.
Los gestores de este proyecto interdisciplinario, pusieron sobre la mesa temas relacionados con la estigmatización y la discriminación hacia las personas con antecedentes psiquiátricos, así como la pertinencia de los procesos de desmanicomialización en el país, que den paso a políticas de salud mental centradas en los derechos humanos de esta población.
“De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), para 2020 una de cada cinco personas vamos a ser diagnosticadas con algún padecimiento mental”, señala la coordinadora de Rizoma, Karla Lugo; quien a partir de la demanda registrada en 2016, de atención psicológica por parte de mujeres en situación de violencia, fundó junto con otras personas esta agrupación, cuyo eje rector es la salud mental comunitaria.
“La salud mental comunitaria es una estrategia de reorganización, de cómo pensar y como generar la salud mental en diferentes contextos”, explica, aseverando que el Día del Orgullo Loco permite promover lo anterior, y discutir acerca de lo que se está haciendo actualmente el Gobierno por la salud mental en Querétaro y todo el país.
Aunque la propuesta de buscar otras formas de tratamiento, lejos de los hospitales psiquiátricos y más cercanos al contexto de las personas, fue lanzada por la OMS en los sesentas, Lugo lamenta que desde entonces no se ha avanzado mucho sobre el tema en el país.
Por eso, para la Comunidad Terapeútica Rizoma, el Día del Orgullo Loco es una oportunidad para darle vuelta a la estigmatización y la discriminación hacia las personas con problemas psíquicos, a través de la reivindicación de la locura como una necesidad de entender y aceptar la diversidad mental.
