/ miércoles 20 de septiembre de 2023

Centro Cultural Manuel Gómez Morín, un espacio vivo que se transforma

Fue creado hace 20 años para impulsar la ciencia, la educación y la cultura en el estado, y pronto renovará este compromiso con la apertura de un planetario en sus instalaciones


Entre los edificios modernos y de estilo Barroco que componen el panorama de la capital queretana, sobresale una gran cúpula tapizada con murales. Se trata de la parte más alta del Centro Educativo y Cultural del Estado de Querétaro Manuel Gómez Morín (CECEQ), un espacio que fue construido hace 20 años para impulsar la ciencia, la educación y la cultura en la entidad.

En entrevista con BARROCO, el investigador Valentín García Márquez recuerda que sus puertas se abrieron al público por primera vez hace 20 años, el 23 de septiembre de 2003. El proyecto surgió luego de que las tierras donde se encuentra actualmente, fueran declaradas de utilidad pública a través de un decreto que evitó su venta a particulares.

“Todo ese territorio era propiedad particular, y ya estaban pensando poner supermercados [o zonas comerciales] porque era un lugar privilegiado. Es hasta que viene el gobierno de Ignacio Loyola Vera, y por decreto, que se declara de utilidad pública este predio y se considera que debe ser utilizado para crear el Centro Educativo y Cultural del Estado de Querétaro, el 26 de octubre de 2001”, cuenta García Márquez.

En el documento, agrega el investigador, el gobierno queretano estableció la construcción de un recinto con todo lo necesario para impulsar y promover la cultura, la educación y la ciencia en sus diferentes formas.

“En el decreto se establecen cuáles son los objetivos de este proyecto y dice que deben de tener áreas para conferencias, congresos y seminarios; aulas para cursos y talleres de educación y especialidades artísticas; salas de exposiciones temporales, exhibiciones visuales y cinematográficas; sala de conciertos, principalmente para talentos infantiles y juveniles; auditorios, teatro, áreas para lectura e investigación académica, áreas de informática, computación y medios de comunicación”, detalla el investigador.

El área de informática fue la que permitió que muchos queretanos tuvieran acceso a internet y aprendieran computación, asiente Valentín, algo que era impensable para muchos en aquella época.

Otros servicios del espacio que aún siguen vigentes, son el Centro de Información INEGI para la consulta de datos estadísticos y territoriales, y la biblioteca pública estatal Francisco Cervantes Vidal, que actualmente cuenta con un acervo de 90 mil libros, de los cuales 32 mil ya han sido migrados a un nuevo sistema digital para que la consulta del catálogo y la solicitud de ejemplares se realice a través de una App.

Cada mes reciben la visita de ás de 45 mil personas. Foto: Hugo Arciniega | Diario de Querétaro

Un espacio vivo

En estos 20 años, la ciudad de Querétaro ha tomado otros aspectos, y el CECEQ se ha mantenido sensible a esos cambios; no solo ha arropado nuevos proyectos en sus instalaciones como el Museo de Arte Urbano (MARUM) –una iniciativa impulsada por Nueve Arte Urbano que comprende más de 8 mil metros cuadrados de murales–, también se ha abierto a la transformación de áreas como el Museo de Ciencia y Tecnología Péndulo de Foucault, un recinto administrado por Concyteq que comenzó a funcionar en 2005, y que ahora tomará otro rumbo.

“Los cambios continúan y lo que viene para el futuro inmediato es la transformación del espacio que se conoce como el Péndulo de Foucault, va a dejar de serlo para transformarse en un planetario. Será un espacio también de ciencia y tecnología, pero ahora enfocado en la astronomía (…) Así que ya no será necesario trasladarse hasta Cadereyta–donde se ubica el Planetario Dr. José Hernández Moreno – o hasta la Ciudad de México para poder gozar de la maravilla de la astronomía”, celebra el investigador.

De cuerpo de agua, lienzo charro y campo de beisbol a centro cultural

Hay quienes aún recuerdan cómo era todo antes de que el CECEQ fuera construido en esa parte de la ciudad, y otros, como Valentín García Márquez, han dedicado parte de su tiempo para reconstruir la historia de ese territorio.

“¿Cuántas veces nos hemos parado en un espacio sin saber lo que fue antes?”, inquiere el investigador, quien para hablar del espacio que ahora alberga al Gómez Morín se remite a un antiguo plano de la ciudad de 1790.

“La transformación del espacio físico de Querétaro ha sido uno de mis más grandes intereses. Me auxilio de planos, documentos, fuentes primarias y también de la historiografía, porque hay muchos autores que han escrito sobre ello. En el caso del Gómez Morín, me resulta particularmente interesante que en la antigüedad ese espacio, según los planos más antiguos que conozco, eran unos vallados de agua (…) La extensión era muchísimo más grande que el tamaño que tienen hoy la Alameda y el Gómez Morín juntos”.

Cuenta que la primera grande transformación que sufrió la zona fue para los trabajos preliminares de Alameda Hidalgo, en 1796.

Plano de la zona de 1790. Foto: Cortesía | Valentín García


“En ese año se aprueba el proyecto para construir un paseo público o una alameda. A partir de allí se empiezan a hacer los planos y se solicita al virrey la autorización para organizar corridas de toros que permitan recaudar dinero para la obra (…) Los trabajos se inician en 1797 y al año siguiente se terminan, pero no se construye la Alameda, solamente se acondiciona el terreno, digamos que se rellenó para poder construir encima la alameda”.

Es hasta 1808 que la Alameda Hidalgo queda terminada, pero pocos queretanos la frecuentan, “les parecía que quedaba muy lejos de la ciudad”, asevera el investigador entre risas.

Sin embargo, con el paso del tiempo se fueron ampliando las calles hasta esta parte de la ciudad y es en el año de 1882 que se construye en las inmediaciones la primera línea de Ferrocarril de Querétaro.

“Fue la primera línea ferroviaria que tuvimos en Querétaro, y su estación se proyectó para que quedara más o menos a la altura de lo que es hoy la colonia Casa Blanca. Pero la gente otra vez protestó diciendo que estaba lejísimos: ¿Cómo? ¿Quién va a ir hasta allá? Entonces finalmente quedó por Constituyentes, muy cerca de la Alameda yde la zona donde está hoy el Centro Educativo y Cultura Gómez Morín”.

La vía férrea dejó de ser utilizada a partir de 1909, para eso entonces ya estaba la estación en La Otra Banda, y entre 1924 y 1925 son retirados los rieles que dejan el espacio libre para una futura calzada.

“Esa calzada se va a convertir en lo que hoy conocemos como avenida Constituyentes. Y a través de los años va a ser ocupada por vehículos hasta convertirse en parte de la carretera Panamericana. Entonces comienzan a fluir vehículos automotores y a hacerse más cercano ese espacio físico con la ciudad, estamos hablando ya de mediados del siglo XX”.

En ese mayor flujo de población, es que se construye un lienzo charro en 1947 dentro del mismo perímetro que hoy ocupa el CECEQ, donde también se edifica un campo de beisbol.

“Más pegado hacia la Alameda, sobre lo que hoy es la esquina de Pasteur con Constituyentes, se construye un estadio de beisbol y hacia la zona poniente, un estadio de futbol, lo que después sería el Estadio Municipal (hoy Estadio Olímpico). Digamos que la zona se convirtió en un complejo deportivo donde había futbol, beisbol y charrería. Se convirtió así en un sitio de recreación, pero fíjate de cuántos años estamos hablando, se logró hasta mediados del siglo XX, hasta entonces fue que la gente comenzó a ir a esa zona para divertirse, hacer deporte y otros actos de recreación en este polígono que hoy conocemos como el Distrito Alameda”.

En esa época, la capital queretana ya comenzaba a crecer en población y a tener la “imperiosa necesidad de sacar del centro de la ciudad a las líneas de autobuses que circulaban para viajar hacia todas partes de la República”.

Así es como nace el proyecto de construir la nueva central en el área que ocupaba en ese momento el estadio de beisbol, donde “operó durante más de 30 años” hasta que la mancha urbana de Querétaro volvió a crecer y surgió de nuevo la necesidad de relocalizar la terminal de autobuses, asegura el investigador.

Después de eso, el espacio se volvió a transformar hasta los dosmiles, cuando ya se concibe un proyecto público enfocado en el impulso de la cultura, la educación y la ciencia en el estado.

De esto y más hablará Valentín García Márquez en su ponencia Historia del Gómez Morín, que se presentará en las instalaciones del Centro Educativo y Cultural como parte de su celebración de aniversario. La cita es este 20 de septiembre, a las 18:00 horas, en el Aula 5. La entrada es libre.

¿Sabía qué...?

  • En el siglo XX fue construido en el área un un lienzo charro y un campo de beisbol, que después fue central de autobuses.
  • 2003 abrió sus puertas a la población; fue inaugurado por el entonces presidente de México, Vicente Fox.
  • 2001 se publica decreto que declara de utilidad pública la creación y construcción del CECEQ.


Entre los edificios modernos y de estilo Barroco que componen el panorama de la capital queretana, sobresale una gran cúpula tapizada con murales. Se trata de la parte más alta del Centro Educativo y Cultural del Estado de Querétaro Manuel Gómez Morín (CECEQ), un espacio que fue construido hace 20 años para impulsar la ciencia, la educación y la cultura en la entidad.

En entrevista con BARROCO, el investigador Valentín García Márquez recuerda que sus puertas se abrieron al público por primera vez hace 20 años, el 23 de septiembre de 2003. El proyecto surgió luego de que las tierras donde se encuentra actualmente, fueran declaradas de utilidad pública a través de un decreto que evitó su venta a particulares.

“Todo ese territorio era propiedad particular, y ya estaban pensando poner supermercados [o zonas comerciales] porque era un lugar privilegiado. Es hasta que viene el gobierno de Ignacio Loyola Vera, y por decreto, que se declara de utilidad pública este predio y se considera que debe ser utilizado para crear el Centro Educativo y Cultural del Estado de Querétaro, el 26 de octubre de 2001”, cuenta García Márquez.

En el documento, agrega el investigador, el gobierno queretano estableció la construcción de un recinto con todo lo necesario para impulsar y promover la cultura, la educación y la ciencia en sus diferentes formas.

“En el decreto se establecen cuáles son los objetivos de este proyecto y dice que deben de tener áreas para conferencias, congresos y seminarios; aulas para cursos y talleres de educación y especialidades artísticas; salas de exposiciones temporales, exhibiciones visuales y cinematográficas; sala de conciertos, principalmente para talentos infantiles y juveniles; auditorios, teatro, áreas para lectura e investigación académica, áreas de informática, computación y medios de comunicación”, detalla el investigador.

El área de informática fue la que permitió que muchos queretanos tuvieran acceso a internet y aprendieran computación, asiente Valentín, algo que era impensable para muchos en aquella época.

Otros servicios del espacio que aún siguen vigentes, son el Centro de Información INEGI para la consulta de datos estadísticos y territoriales, y la biblioteca pública estatal Francisco Cervantes Vidal, que actualmente cuenta con un acervo de 90 mil libros, de los cuales 32 mil ya han sido migrados a un nuevo sistema digital para que la consulta del catálogo y la solicitud de ejemplares se realice a través de una App.

Cada mes reciben la visita de ás de 45 mil personas. Foto: Hugo Arciniega | Diario de Querétaro

Un espacio vivo

En estos 20 años, la ciudad de Querétaro ha tomado otros aspectos, y el CECEQ se ha mantenido sensible a esos cambios; no solo ha arropado nuevos proyectos en sus instalaciones como el Museo de Arte Urbano (MARUM) –una iniciativa impulsada por Nueve Arte Urbano que comprende más de 8 mil metros cuadrados de murales–, también se ha abierto a la transformación de áreas como el Museo de Ciencia y Tecnología Péndulo de Foucault, un recinto administrado por Concyteq que comenzó a funcionar en 2005, y que ahora tomará otro rumbo.

“Los cambios continúan y lo que viene para el futuro inmediato es la transformación del espacio que se conoce como el Péndulo de Foucault, va a dejar de serlo para transformarse en un planetario. Será un espacio también de ciencia y tecnología, pero ahora enfocado en la astronomía (…) Así que ya no será necesario trasladarse hasta Cadereyta–donde se ubica el Planetario Dr. José Hernández Moreno – o hasta la Ciudad de México para poder gozar de la maravilla de la astronomía”, celebra el investigador.

De cuerpo de agua, lienzo charro y campo de beisbol a centro cultural

Hay quienes aún recuerdan cómo era todo antes de que el CECEQ fuera construido en esa parte de la ciudad, y otros, como Valentín García Márquez, han dedicado parte de su tiempo para reconstruir la historia de ese territorio.

“¿Cuántas veces nos hemos parado en un espacio sin saber lo que fue antes?”, inquiere el investigador, quien para hablar del espacio que ahora alberga al Gómez Morín se remite a un antiguo plano de la ciudad de 1790.

“La transformación del espacio físico de Querétaro ha sido uno de mis más grandes intereses. Me auxilio de planos, documentos, fuentes primarias y también de la historiografía, porque hay muchos autores que han escrito sobre ello. En el caso del Gómez Morín, me resulta particularmente interesante que en la antigüedad ese espacio, según los planos más antiguos que conozco, eran unos vallados de agua (…) La extensión era muchísimo más grande que el tamaño que tienen hoy la Alameda y el Gómez Morín juntos”.

Cuenta que la primera grande transformación que sufrió la zona fue para los trabajos preliminares de Alameda Hidalgo, en 1796.

Plano de la zona de 1790. Foto: Cortesía | Valentín García


“En ese año se aprueba el proyecto para construir un paseo público o una alameda. A partir de allí se empiezan a hacer los planos y se solicita al virrey la autorización para organizar corridas de toros que permitan recaudar dinero para la obra (…) Los trabajos se inician en 1797 y al año siguiente se terminan, pero no se construye la Alameda, solamente se acondiciona el terreno, digamos que se rellenó para poder construir encima la alameda”.

Es hasta 1808 que la Alameda Hidalgo queda terminada, pero pocos queretanos la frecuentan, “les parecía que quedaba muy lejos de la ciudad”, asevera el investigador entre risas.

Sin embargo, con el paso del tiempo se fueron ampliando las calles hasta esta parte de la ciudad y es en el año de 1882 que se construye en las inmediaciones la primera línea de Ferrocarril de Querétaro.

“Fue la primera línea ferroviaria que tuvimos en Querétaro, y su estación se proyectó para que quedara más o menos a la altura de lo que es hoy la colonia Casa Blanca. Pero la gente otra vez protestó diciendo que estaba lejísimos: ¿Cómo? ¿Quién va a ir hasta allá? Entonces finalmente quedó por Constituyentes, muy cerca de la Alameda yde la zona donde está hoy el Centro Educativo y Cultura Gómez Morín”.

La vía férrea dejó de ser utilizada a partir de 1909, para eso entonces ya estaba la estación en La Otra Banda, y entre 1924 y 1925 son retirados los rieles que dejan el espacio libre para una futura calzada.

“Esa calzada se va a convertir en lo que hoy conocemos como avenida Constituyentes. Y a través de los años va a ser ocupada por vehículos hasta convertirse en parte de la carretera Panamericana. Entonces comienzan a fluir vehículos automotores y a hacerse más cercano ese espacio físico con la ciudad, estamos hablando ya de mediados del siglo XX”.

En ese mayor flujo de población, es que se construye un lienzo charro en 1947 dentro del mismo perímetro que hoy ocupa el CECEQ, donde también se edifica un campo de beisbol.

“Más pegado hacia la Alameda, sobre lo que hoy es la esquina de Pasteur con Constituyentes, se construye un estadio de beisbol y hacia la zona poniente, un estadio de futbol, lo que después sería el Estadio Municipal (hoy Estadio Olímpico). Digamos que la zona se convirtió en un complejo deportivo donde había futbol, beisbol y charrería. Se convirtió así en un sitio de recreación, pero fíjate de cuántos años estamos hablando, se logró hasta mediados del siglo XX, hasta entonces fue que la gente comenzó a ir a esa zona para divertirse, hacer deporte y otros actos de recreación en este polígono que hoy conocemos como el Distrito Alameda”.

En esa época, la capital queretana ya comenzaba a crecer en población y a tener la “imperiosa necesidad de sacar del centro de la ciudad a las líneas de autobuses que circulaban para viajar hacia todas partes de la República”.

Así es como nace el proyecto de construir la nueva central en el área que ocupaba en ese momento el estadio de beisbol, donde “operó durante más de 30 años” hasta que la mancha urbana de Querétaro volvió a crecer y surgió de nuevo la necesidad de relocalizar la terminal de autobuses, asegura el investigador.

Después de eso, el espacio se volvió a transformar hasta los dosmiles, cuando ya se concibe un proyecto público enfocado en el impulso de la cultura, la educación y la ciencia en el estado.

De esto y más hablará Valentín García Márquez en su ponencia Historia del Gómez Morín, que se presentará en las instalaciones del Centro Educativo y Cultural como parte de su celebración de aniversario. La cita es este 20 de septiembre, a las 18:00 horas, en el Aula 5. La entrada es libre.

¿Sabía qué...?

  • En el siglo XX fue construido en el área un un lienzo charro y un campo de beisbol, que después fue central de autobuses.
  • 2003 abrió sus puertas a la población; fue inaugurado por el entonces presidente de México, Vicente Fox.
  • 2001 se publica decreto que declara de utilidad pública la creación y construcción del CECEQ.

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