/ miércoles 21 de agosto de 2019

Contraluz: Cooperativismo

Entre el gran sillerío, casi totalmente desocupado, se erguía la figura del controvertido líder cetemista Fidel Velázquez

Entre el gran sillerío, casi totalmente desocupado, se erguía la figura del controvertido líder cetemista Fidel Velázquez (1900-1997) que acostumbraba llegar con mucha antelación a los eventos oficiales a los que era invitado, acompañado sólo de su fiel escudero, Alfredo.

Con necesaria discreción nos acercamos a él, aunque Alfredo parecía querer contener el inminente asedio haciendo un ademán de “alto”, con la mano; somos reporteros; sólo le queremos hacer dos preguntas, aducimos. Nos escoltó entonces, bordeando hileras de sillas aún vacías, hasta llegar a su solitario jefe.

- ¿Le podemos hacer dos preguntas don Fidel? Somos reporteros locales.

“Eh, sí… ¿de qué?”.

La primera fue la clásica: “cómo ve Querétaro, cómo a su gobernador, qué opina de la estabilidad laboral, del desarrollo, etc.”

Y la respuesta también fue la obvia: “pues muy bien, hay paz social, ambiente de trabajo, tranquilidad, crecimiento, tienen un buen gobernador, hay progreso y desarrollo, etc.”

- Y algo más concreto don Fidel, qué opina usted del Cooperativismo; por qué la CTM parece no tener interés en impulsarlo si ha demostrado que es un buen camino para mejorar la economía de la clase trabajadora…

La Caja Popular “Inmaculada” emergió como una de las más exitosas, en un inicio la conformaron sólo mujeres.

“El cooperativismo es muy riesgoso –lo dijo sin balbucear ni masticar las palabras, como frecuentemente hacía- no digo yo que sea utópico, pero sí que lo más probable es que, cuando tiene éxito, llegue el gran capital y lo absorba… Por eso nosotros preferimos otros caminos, como tener peso en el Poder Legislativo, mejorar leyes para los trabajadores, buscar un mejor reparto de la renta nacional…”

Lo recordé ahora con la telenovela de la Caja Libertad que de ser una de las mejores y más eficientes cooperativas de ahorro y crédito del país, pasó a ser un muy rico, eficiente y sólido sistema de servicios financieros, pero que hace tiempo dejó de lado las premisas cooperativas: ser popular, solidaria y democrática, dando paso a que la riqueza de muchos pasara a ser negocio de pocos.

El cooperativismo despegó en Querétaro allá por 1956, con la primera caja popular en Tequisquiapan, gracias al esfuerzo de varios sacerdotes y fieles encabezados por Luis Ugalde Monroy, que vieron en él una gran opción social, capaz de desterrar paulatinamente el agiotismo que secularmente se daba en la entidad y que como siempre, empobrecía más al pobre.

Orígenes

El cooperativismo moderno nació en 1844 en Rochadale, Inglaterra, sustentado en el simple sentido común de 28 trabajadores textiles angustiados porque en las mesas de sus familias, faltaba el pan.

El desequilibrio entre lo que percibían por su trabajo y los gastos necesarios para su subsistencia venía, concluyeron, de los excesivos precios que tenían qué pagar por los productos que consumían, precios que se incrementaban en la medida que crecía la cadena de intermediarios, cuya actividad en la mayoría, era motivada únicamente por el incentivo del lucro.

Así, decidieron eliminar a intermediarios innecesarios y con grandes esfuerzos reunieron 140 libras esterlinas para establecer la primera cooperativa de consumo mediante las compras en común.

Además, desde sus inicios concluyeron que no debe hacerse discriminación por motivo del credo religioso, la raza o el color político de sus asociados.

Nacieron después las cooperativas de distribución, producción, de servicio y de ahorro y crédito.

Fue así como en países capitalistas y comunistas empezaron a crecer las cooperativas, igual en Estados Unidos que en Rusia –Unión Soviética-, en Suecia, Alemania, China, el Caribe y América Latina.

Luis Ugalde Monroy, principal y permanente promotor del cooperativismo en Querétaro definía ya, por los años 70 del siglo anterior: “El cooperativismo es un proceso de socialización de la propiedad privada, y la socialización se da cuando el movimiento es desde el pueblo hacia la cúspide. El cooperativismo nace del pueblo, se nutre del pueblo, por eso el fracaso de las cooperativas cardenistas. El intento fue bueno, pero el camino no”.

En Querétaro Anita Urquiza (qepd) es considerada como la precursora del cooperativismo “siempre trabajó por mejorar la economía y los recursos de gremios desvalidos, ella empezó a poner en práctica estructuras del cooperativismo con las trabajadoras de la desaparecida fábrica conocida como “La Mica” –ubicada en Arteaga y Ocampo-, y otros empeños similares en San Francisquito”.

Después vino la concreción de la primera caja popular el 15 de diciembre de 1956 en Tequisquiapan a la que siguió, en 1957, la de San Juan del Río así como la “Gonzalo Vega” y “La Inmaculada” en la ciudad de Querétaro. Siguieron la de El Doctor, en la Sierra, y después la “Florencio Rosas” y otras más que conformaron Choferes y Mecánicos, Empleados de Comercio, Locatarios y comerciantes, y en 1960 la Caja Libertad, entre otra más.

Muchas emergieron como alternativa eficaz y solidaria generando bondades a miles de queretanos. Con el tiempo su crecimiento fue notable gracias a la educación cooperativa y a la seriedad con que se seguían sus principios.

Existen las que se han resistido al canto de las sirenas y son fieles a sus orígenes y empeños; otras no, haciendo sinuosamente válida la profecía de Fidel Velázquez: el capital las ha absorbido.

Entre el gran sillerío, casi totalmente desocupado, se erguía la figura del controvertido líder cetemista Fidel Velázquez (1900-1997) que acostumbraba llegar con mucha antelación a los eventos oficiales a los que era invitado, acompañado sólo de su fiel escudero, Alfredo.

Con necesaria discreción nos acercamos a él, aunque Alfredo parecía querer contener el inminente asedio haciendo un ademán de “alto”, con la mano; somos reporteros; sólo le queremos hacer dos preguntas, aducimos. Nos escoltó entonces, bordeando hileras de sillas aún vacías, hasta llegar a su solitario jefe.

- ¿Le podemos hacer dos preguntas don Fidel? Somos reporteros locales.

“Eh, sí… ¿de qué?”.

La primera fue la clásica: “cómo ve Querétaro, cómo a su gobernador, qué opina de la estabilidad laboral, del desarrollo, etc.”

Y la respuesta también fue la obvia: “pues muy bien, hay paz social, ambiente de trabajo, tranquilidad, crecimiento, tienen un buen gobernador, hay progreso y desarrollo, etc.”

- Y algo más concreto don Fidel, qué opina usted del Cooperativismo; por qué la CTM parece no tener interés en impulsarlo si ha demostrado que es un buen camino para mejorar la economía de la clase trabajadora…

La Caja Popular “Inmaculada” emergió como una de las más exitosas, en un inicio la conformaron sólo mujeres.

“El cooperativismo es muy riesgoso –lo dijo sin balbucear ni masticar las palabras, como frecuentemente hacía- no digo yo que sea utópico, pero sí que lo más probable es que, cuando tiene éxito, llegue el gran capital y lo absorba… Por eso nosotros preferimos otros caminos, como tener peso en el Poder Legislativo, mejorar leyes para los trabajadores, buscar un mejor reparto de la renta nacional…”

Lo recordé ahora con la telenovela de la Caja Libertad que de ser una de las mejores y más eficientes cooperativas de ahorro y crédito del país, pasó a ser un muy rico, eficiente y sólido sistema de servicios financieros, pero que hace tiempo dejó de lado las premisas cooperativas: ser popular, solidaria y democrática, dando paso a que la riqueza de muchos pasara a ser negocio de pocos.

El cooperativismo despegó en Querétaro allá por 1956, con la primera caja popular en Tequisquiapan, gracias al esfuerzo de varios sacerdotes y fieles encabezados por Luis Ugalde Monroy, que vieron en él una gran opción social, capaz de desterrar paulatinamente el agiotismo que secularmente se daba en la entidad y que como siempre, empobrecía más al pobre.

Orígenes

El cooperativismo moderno nació en 1844 en Rochadale, Inglaterra, sustentado en el simple sentido común de 28 trabajadores textiles angustiados porque en las mesas de sus familias, faltaba el pan.

El desequilibrio entre lo que percibían por su trabajo y los gastos necesarios para su subsistencia venía, concluyeron, de los excesivos precios que tenían qué pagar por los productos que consumían, precios que se incrementaban en la medida que crecía la cadena de intermediarios, cuya actividad en la mayoría, era motivada únicamente por el incentivo del lucro.

Así, decidieron eliminar a intermediarios innecesarios y con grandes esfuerzos reunieron 140 libras esterlinas para establecer la primera cooperativa de consumo mediante las compras en común.

Además, desde sus inicios concluyeron que no debe hacerse discriminación por motivo del credo religioso, la raza o el color político de sus asociados.

Nacieron después las cooperativas de distribución, producción, de servicio y de ahorro y crédito.

Fue así como en países capitalistas y comunistas empezaron a crecer las cooperativas, igual en Estados Unidos que en Rusia –Unión Soviética-, en Suecia, Alemania, China, el Caribe y América Latina.

Luis Ugalde Monroy, principal y permanente promotor del cooperativismo en Querétaro definía ya, por los años 70 del siglo anterior: “El cooperativismo es un proceso de socialización de la propiedad privada, y la socialización se da cuando el movimiento es desde el pueblo hacia la cúspide. El cooperativismo nace del pueblo, se nutre del pueblo, por eso el fracaso de las cooperativas cardenistas. El intento fue bueno, pero el camino no”.

En Querétaro Anita Urquiza (qepd) es considerada como la precursora del cooperativismo “siempre trabajó por mejorar la economía y los recursos de gremios desvalidos, ella empezó a poner en práctica estructuras del cooperativismo con las trabajadoras de la desaparecida fábrica conocida como “La Mica” –ubicada en Arteaga y Ocampo-, y otros empeños similares en San Francisquito”.

Después vino la concreción de la primera caja popular el 15 de diciembre de 1956 en Tequisquiapan a la que siguió, en 1957, la de San Juan del Río así como la “Gonzalo Vega” y “La Inmaculada” en la ciudad de Querétaro. Siguieron la de El Doctor, en la Sierra, y después la “Florencio Rosas” y otras más que conformaron Choferes y Mecánicos, Empleados de Comercio, Locatarios y comerciantes, y en 1960 la Caja Libertad, entre otra más.

Muchas emergieron como alternativa eficaz y solidaria generando bondades a miles de queretanos. Con el tiempo su crecimiento fue notable gracias a la educación cooperativa y a la seriedad con que se seguían sus principios.

Existen las que se han resistido al canto de las sirenas y son fieles a sus orígenes y empeños; otras no, haciendo sinuosamente válida la profecía de Fidel Velázquez: el capital las ha absorbido.

Local

Alistan plan emergente por sequía, en Querétaro

Lanzan campaña social denominada “¡Cuidemos el agua juntos!” y programa de detección de fugas

Local

Supervisa Nava obras en Milenio III

Alcalde verificó la rehabilitación de espacios e imagen urbana de las calles y parque de la colonia

Finanzas

Marisquerías queretanas crecen 70% su inventario

Comerciantes se adelantan a las compras que los clientes realizan en Semana Santa; consumen más el filete de pescado y los camarones, afirman

Local

Acuífero queretano con déficit de 90% 

Es uno de los cinco estados que enfrentan el mayor problema de desgaste hídrico, revela estudio 

Local

Esperan que 10 mil personas visiten las iglesias del centro este Jueves Santo

Visita de los siete templos es una de las tradiciones más significativas de la Semana Santa

Cultura

Semana Santa en Querétaro: así se viven las tradiciones en Querétaro

El cronista queretano, Alfonso Camacho González, platica sobre el significado que tienen estas fechas en el estado