El pasado lunes la Bolsa Mexicana de Valores y prácticamente todos los mercados financieros del mundo sufrieron un nuevo “lunes negro” debido a la caída de más del 25 por ciento en los precios del petróleo, al fantasma del coronavirus, y a la incertidumbre mundial provocada por la guerra comercial de Estados Unidos y China.
El viernes pasado, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Rusia y otros productores petroleros no lograron un acuerdo para recortar la oferta de crudo, dado lo cual los costos del petróleo se desplomaron después de que Arabia Saudita redujera sus precios de venta y anticipara planes para un aumento drástico de la producción a partir del próximo mes.
Una nueva guerra de precios se da, justo cuando la demanda mundial de crudo se ha visto mermada por la propagación del coronavirus.
Por ello el peso mexicano sufrió también el lunes un gran descalabro de 5.31% respecto a la jornada del pasado viernes quedando la paridad peso-dólar en 21.179.
Dicha baja es la peor registrada desde el 26 de enero de 2017, cuando el tipo de cambio se ubicó, a la venta, en 21.1845 pesos por dólar.
Además, la Bolsa Mexicana de Valores reportó un retroceso de 6.42 por ciento, su peor caída en 11 años.
En su conferencia de prensa mañanera de ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador matizó el problema y afirmó:
"Tenemos condiciones para que podamos resistir esta situación de crisis, derivada básicamente de los temores fundados e infundados acerca del coronavirus y de las diferencias que se están generando por la producción de petróleo entre Rusia y Arabia Saudita”.
Anticipó un informe del Secretario de Hacienda y señaló, respecto a la depreciación del peso frente al dólar, que la moneda nacional resistió la caída en los mercados financieros.
"Resistió nuestro peso porque estuvo complicado, está todavía complicado, pero ayer (lunes) fue un mal día, se afectaron todas las bolsas del mundo, se cayó todo el sistema financiero, todas las monedas se depreciaron y la nuestra resistió, aguantó y yo espero que se vaya fortaleciendo el peso hacia adelante", dijo.
Antecedentes
La caída de la actividad industrial de China, la baja en el precio del petróleo, un cambio de la calificación de la deuda y la crisis crediticia en Estados Unidos fueron los factores que provocaron las cuatro peores jornadas en los mercados bursátiles de México y Estados Unidos en los últimos 28 años.
El 19 de octubre de 1987, el índice bursátil de Dow Jones registró el mayor desplome de la historia bursátil estadunidense desde la gran depresión de 1929 con una caída de 22.6 por ciento. Con ella, cayeron otras bolsas, como la mexicana.
Del 19 de octubre de 1987 a diciembre de ese año, el índice accionario de la Bolsa Mexicana de Valores tuvo una pérdida real de 13.5 por ciento respecto al mismo periodo de 1986.
La caída de la Bolsa Mexicana de Valores en 1987 provocó fugas de capitales y, en noviembre, una muy severa devaluación.
El 'crash' de 2008
El 15 de octubre de 2008, el índice industrial Dow Jones en Wall Street cayó 7.9 por ciento, lo que provocó una reacción en cadena que movió las bolsas de mercados como Tokio, Londres y Madrid y provocó que bolsas de Rusia, Brasil, Austria y México suspendieran sus operaciones de cotización.
Los fuertes altibajos en los mercados internacionales se debieron a la crisis crediticia en los Estados Unidos. Tras la caída del Dow Jones, prácticamente todas las bolsas de valores del mundo se desplomaron.
En los días previos, el 10 y 13 de octubre, la Bolsa Mexicana de Valores realizó 53 y 50 suspensiones de cotización porque el movimiento de los mercados extranjeros rebasó los parámetros de fluctuación establecidos por la BMV.
'Lunes negro' de 2011
El lunes negro del 8 de agosto de 2011, la Bolsa Mexicana de Valores y Wall Street tuvieron las peores caídas desde la crisis bursátil de 2008 provocadas por el cambio a la baja en la calificación de Standard & Poor's sobre la deuda de Estados Unidos.
Tres días antes del desplome, el 5 de agosto, la calificadora Standard & Poor's había cambiado la calificación a la deuda estadunidense de 'AAA' a 'AA+' con perspectiva negativa.
Ese lunes negro, el Índice de Precios y Cotizaciones de la bolsa mexicana cayó 5.8 por ciento y el índice industrial Dow Jones, en Wall Street, se desplomó 5.5 por ciento.
Pemex
La caída en los precios del crudo el fin de semana generó consecuentemente mayor presión sobre las finanzas de Pemex, que enfrenta la amenaza de una rebaja de calificación después de registrar multimillonarias pérdidas el año pasado en el que hubo de destinar 77 mil 300 millones de dólares a pago de pensiones.
Las tres principales agencias de calificación han puesto la nota crediticia de Pemex en perspectiva negativa, lo que indica que la compañía enfrenta un riesgo significativo de nuevas rebajas. En el último trimestre de 2019 Pemex reportó una pérdida neta de más de nueve mil millones de dólares.
El año pasado, Fitch rebajó la calificación de la deuda de la empresa a grado especulativo, y si otra de las agencias hace lo mismo, provocaría una venta forzada de miles de millones de dólares en deuda de la petrolera pues las deudas financieras volvieron a subir y terminaron el año por encima de los 105 mil millones de dólares, casi de vuelta a donde comenzaron.
Sin embargo, no todo en el horizonte es sombrío.
México reportó un aumento anual del 6.2% en la producción de crudo en enero, contrarrestando la tendencia de años de declive.
En enero, México informó además que completó la contratación de coberturas en 49 dólares por barril lo que amortiguaría directamente el golpe de la caída del precio del petróleo.
Pero si la guerra petrolera entre Arabia Saudita y Rusia se prolonga, es probable que las finanzas de Pemex se vean cada vez más tensas.
Contra ese serio riesgo habría qué apostar ahora por la atracción del capital privado al sector energético, la exploración de nuevos yacimientos y la mayor claridad en políticas públicas que genere confianza, unidad y conciencia de Patria.
