/ jueves 22 de julio de 2021

Cuando los restos de los héroes de la independencia pasaron por Querétaro en 1823

Cartografía del tiempo y la memoria

Otras definiciones que se fueron construyendo en distintas etapas históricas, dieron el título de héroe a los hombres ilustres que se destacaban de entre los demás, por sus hazañas o por su participación en actos considerados como heroicos. [...] Sin embargo, el concepto de héroe va más allá, su imagen se ha utilizado con diversos propósitos: como símbolo unificador, como actor principal en la construcción de eventos gloriosos, como eje clave en los discursos nacionales.

Ma. Luisa Martell.


El 19 de julio de 1823 un decreto del Congreso declaró beneméritos de la Patria en grado heroico a Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Abasolo, José María Morelos, Mariano Matamoros, Leonardo Bravo, Miguel Bravo, Hermenegildo Galeana, Mariano Jiménez, Xavier Mina, Pedro Moreno y Víctor Rosales, razón por la que se mandó exhumar sus restos a fin de depositarlos en un monumento en la Catedral de México, fijándose el 17 de septiembre para tal efecto.

Héroes de la Independencia en Querétaro. El 6 de septiembre de 1823 a mediodía, la campana del cementerio de la parroquia de San Sebastián (construido en 1718, actualmente sólo existe la capilla con el Nombre de San Judas Tadeo en la Colonia La Era. ), tocó a duelo, después las de la parroquia del templo de San Sebastián. Momentos después las de todos los templos de la ciudad. Anunciaban la llegada de los restos de los Héroes de la Independencia al camposanto de San Sebastián en su trayecto a la Ciudad de México. Las principales calles y edificios públicos lucieron crespones luctuosos. "A las tres de la tarde fue el M. I. Ayuntamiento, bajo de masas, a recibirlos, así como el Intendente D. Juan José García Gutiérrez Enríquez de Rivera y Rebollo; el Comandante de la Plaza D. Miguel Torres; el Sr. Cura de San Sebastián bajo Cruz Alta, quien le cantó la primera Vigilia y Responso en la capilla del citado camposanto, saliendo luego la comitiva rumbo al centro; y tanto la música de la Guarnición como las cajas, tocando a la sordina," [...] Desde el Camposanto de San Sebastián hasta la Parroquia "había una doble valla de soldados, fuera de la tropa que marchaba a vanguardia y retaguardia de los restos". La conducción de las urnas fue por parte de las autoridades, quienes "se disputaban el honor de cargarlas." (v. Frías).

Pompa fúnebre. Había en el trayecto otras posas en El Carmen, San Antonio, La Congregación y La Parroquia de Santiago donde fueron velados. En todas las posas se cantaron vigilias y responsos. En la noche hicieron guardia al "elegante catafalco", diversas comisiones "de cuatro personas de pie con cirio ardiendo". Al siguiente día, después de la misa solemne. "yendo por delante del M. I., los bedeles con traje de lujo y sus masas de plata al hombro, y los Sres. Curas, Prelados de las Comunidades y Prefecto de la V. Congregación, de capa negra, bajo Cruz Alta y ciriales, y toda la tropa con moño negro en el brazo izquierdo."

Fotos: Cortesía | Edgardo Moreno Pérez

Otra mirada. José Xavier Argomaniz escribió en su Diario: 5 de septiembre [1823] "a la una del día llegaron a esta ciudad las cenizas (esto es cuatro calaveres), del Cura Hidalgo, de Don Ignacio Allende, de Don Ignacio Jiménez y de Don N. Aldama. Que existían en la ciudad de Guanajuato." Por orden del gobierno [de] México se conducen para aquella Capital. [...] en esta ciudad se convidó al vecindario que incorporado con el Ilustre Ayuntamiento, se condujo la urna del depósito a la Parroquia de Santiago; se pudieron varias posas, hubo doble general en las iglesias, descargas de artillería y de tropa" [...] Al día siguiente 6 de septiembre; [...]"se cantó la misa en los mismos términos y con la misma solemnidad y asistencia y siguió su caminata para México la urna con las dichas cenizas acompañándoles el Ilustre Ayuntamiento hasta la garita" de la Cañada, Durante todo el tiempo las campanas de los templos estuvieron doblando. Finalmente una salva de veintiún cañonazos fue la despedida. Argomaniz el 9 de septiembre de 1823 anotó: "Llegaron de la Villa de Chihuahua la osamenta correspondiente de las calaveras del cura Hidalgo y demás y se les cantó misa en la Parroquia de Santiago y siguieron su caminata a México."

En la Columna de la Independencia. Las cabezas de Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez; habían sido saladas para ser enviadas a la Alhóndiga de Guanajuato en 1811. Después de haber sido ejecutados los caudillos insurgentes en Chihuahua. Las cabezas fueron colocadas en cada esquina de la alhóndiga como castigo y escarmiento público. "El 16 de septiembre de 1823, habiéndose reunidos los restos mortales tanto de Hidalgo como de otros próceres, entraron solemnemente a la Catedral de México, donde fueron depositados. Allí estuvieron hasta que Plutarco Elías Calles mandó que los extrajeran para llevarlos a la Columna de la Independencia; lugar donde permanecen desde el 16 de septiembre de 1925."

La otra historia no refiere que en 2010 salieron los restos de 12 Héroes de la independencia reconocidos; pero regresarán 14. En mayo de 2009 se anunció que los restos de los héroes insurgentes serían exhumados del Ángel de la Independencia con motivo del Bicentenario, el Instituto Nacional de Estudios de las Revoluciones Históricas de México (INERHM) aseguró que eran 12 los personajes que descansaban en el monumento, sin embargo, luego de que especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) analizaron los restos óseos se concluyó que en realidad se trataba de 14. Pero esa ya es otra historia, de la necrofilia de la historiografía nacional y de la simbolización de mitos patrios. Los héroes nacionales han dejado de ser prototipos para los jóvenes, en su imaginario les son ajenos y distantes a su cotidianeidad. El discurso de identidad se diluye con la construcción de sus propias comunidades e imaginarios.

Desde Anbanica - Teocalhueyacan. Julio de MMXXI.

Otras definiciones que se fueron construyendo en distintas etapas históricas, dieron el título de héroe a los hombres ilustres que se destacaban de entre los demás, por sus hazañas o por su participación en actos considerados como heroicos. [...] Sin embargo, el concepto de héroe va más allá, su imagen se ha utilizado con diversos propósitos: como símbolo unificador, como actor principal en la construcción de eventos gloriosos, como eje clave en los discursos nacionales.

Ma. Luisa Martell.


El 19 de julio de 1823 un decreto del Congreso declaró beneméritos de la Patria en grado heroico a Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Abasolo, José María Morelos, Mariano Matamoros, Leonardo Bravo, Miguel Bravo, Hermenegildo Galeana, Mariano Jiménez, Xavier Mina, Pedro Moreno y Víctor Rosales, razón por la que se mandó exhumar sus restos a fin de depositarlos en un monumento en la Catedral de México, fijándose el 17 de septiembre para tal efecto.

Héroes de la Independencia en Querétaro. El 6 de septiembre de 1823 a mediodía, la campana del cementerio de la parroquia de San Sebastián (construido en 1718, actualmente sólo existe la capilla con el Nombre de San Judas Tadeo en la Colonia La Era. ), tocó a duelo, después las de la parroquia del templo de San Sebastián. Momentos después las de todos los templos de la ciudad. Anunciaban la llegada de los restos de los Héroes de la Independencia al camposanto de San Sebastián en su trayecto a la Ciudad de México. Las principales calles y edificios públicos lucieron crespones luctuosos. "A las tres de la tarde fue el M. I. Ayuntamiento, bajo de masas, a recibirlos, así como el Intendente D. Juan José García Gutiérrez Enríquez de Rivera y Rebollo; el Comandante de la Plaza D. Miguel Torres; el Sr. Cura de San Sebastián bajo Cruz Alta, quien le cantó la primera Vigilia y Responso en la capilla del citado camposanto, saliendo luego la comitiva rumbo al centro; y tanto la música de la Guarnición como las cajas, tocando a la sordina," [...] Desde el Camposanto de San Sebastián hasta la Parroquia "había una doble valla de soldados, fuera de la tropa que marchaba a vanguardia y retaguardia de los restos". La conducción de las urnas fue por parte de las autoridades, quienes "se disputaban el honor de cargarlas." (v. Frías).

Pompa fúnebre. Había en el trayecto otras posas en El Carmen, San Antonio, La Congregación y La Parroquia de Santiago donde fueron velados. En todas las posas se cantaron vigilias y responsos. En la noche hicieron guardia al "elegante catafalco", diversas comisiones "de cuatro personas de pie con cirio ardiendo". Al siguiente día, después de la misa solemne. "yendo por delante del M. I., los bedeles con traje de lujo y sus masas de plata al hombro, y los Sres. Curas, Prelados de las Comunidades y Prefecto de la V. Congregación, de capa negra, bajo Cruz Alta y ciriales, y toda la tropa con moño negro en el brazo izquierdo."

Fotos: Cortesía | Edgardo Moreno Pérez

Otra mirada. José Xavier Argomaniz escribió en su Diario: 5 de septiembre [1823] "a la una del día llegaron a esta ciudad las cenizas (esto es cuatro calaveres), del Cura Hidalgo, de Don Ignacio Allende, de Don Ignacio Jiménez y de Don N. Aldama. Que existían en la ciudad de Guanajuato." Por orden del gobierno [de] México se conducen para aquella Capital. [...] en esta ciudad se convidó al vecindario que incorporado con el Ilustre Ayuntamiento, se condujo la urna del depósito a la Parroquia de Santiago; se pudieron varias posas, hubo doble general en las iglesias, descargas de artillería y de tropa" [...] Al día siguiente 6 de septiembre; [...]"se cantó la misa en los mismos términos y con la misma solemnidad y asistencia y siguió su caminata para México la urna con las dichas cenizas acompañándoles el Ilustre Ayuntamiento hasta la garita" de la Cañada, Durante todo el tiempo las campanas de los templos estuvieron doblando. Finalmente una salva de veintiún cañonazos fue la despedida. Argomaniz el 9 de septiembre de 1823 anotó: "Llegaron de la Villa de Chihuahua la osamenta correspondiente de las calaveras del cura Hidalgo y demás y se les cantó misa en la Parroquia de Santiago y siguieron su caminata a México."

En la Columna de la Independencia. Las cabezas de Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez; habían sido saladas para ser enviadas a la Alhóndiga de Guanajuato en 1811. Después de haber sido ejecutados los caudillos insurgentes en Chihuahua. Las cabezas fueron colocadas en cada esquina de la alhóndiga como castigo y escarmiento público. "El 16 de septiembre de 1823, habiéndose reunidos los restos mortales tanto de Hidalgo como de otros próceres, entraron solemnemente a la Catedral de México, donde fueron depositados. Allí estuvieron hasta que Plutarco Elías Calles mandó que los extrajeran para llevarlos a la Columna de la Independencia; lugar donde permanecen desde el 16 de septiembre de 1925."

La otra historia no refiere que en 2010 salieron los restos de 12 Héroes de la independencia reconocidos; pero regresarán 14. En mayo de 2009 se anunció que los restos de los héroes insurgentes serían exhumados del Ángel de la Independencia con motivo del Bicentenario, el Instituto Nacional de Estudios de las Revoluciones Históricas de México (INERHM) aseguró que eran 12 los personajes que descansaban en el monumento, sin embargo, luego de que especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) analizaron los restos óseos se concluyó que en realidad se trataba de 14. Pero esa ya es otra historia, de la necrofilia de la historiografía nacional y de la simbolización de mitos patrios. Los héroes nacionales han dejado de ser prototipos para los jóvenes, en su imaginario les son ajenos y distantes a su cotidianeidad. El discurso de identidad se diluye con la construcción de sus propias comunidades e imaginarios.

Desde Anbanica - Teocalhueyacan. Julio de MMXXI.

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