/ jueves 30 de noviembre de 2023

Gabriela Cortés: retrata los límites de la realidad y los sueños

La artista queretana dialoga con Pedro Calderón de la Barca desde la contemporaneidad, y presenta su exploración a través de A pedicoj por las cornisas, exhibida  actualmente en el espacio Montana Shop Querétaro


¿Qué son los sueños? Son ilusiones, esperanzas, premoniciones del futuro y aspiraciones; pero también son miedos, pesadillas, tormentos, pensamientos que te persiguen en medio de la noche. Esta dualidad es planteada por Gabriela Cortés, artista plástica queretana que explora los límites entre la realidad y el sueño a través del arte con la exposición titulada: A pedicoj por las cornisas.

La propuesta es resultado de una colaboración con Nueve Arte Urbano, se integra por un total de 30 piezas, actualmente exhibidas en Montana Shop Querétaro (Incusa) y con permanencia hasta el 9 de diciembre. En ellas, la artista explora las técnicas de marcadores a base de alcohol y aerosol para guiarnos por las interrogantes de la vida y los sueños.

“¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión. Una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son”, es el fragmento de la obra de teatro, La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca; cita utilizada para definir la temática presentada por la artista plástica.

En entrevista para BARROCO, Gabriela Cortés explica el nacimiento de esta propuesta visual, el significado del título, lo que este experimento le dejó y el reto detrás de la construcción de la narrativa de las piezas.

¿Cómo fue que nació el concepto de esta exposición?

Gabriela: Nace de la idea de intentar nuevas técnicas que no había trabajado antes. Así que tenía la intención de trabajar con un medio líquido, que en este caso son los marcadores, los cuales tienen la particularidad de no dar marcha atrás; es decir, una vez que comienzas pues tienes que seguir y ver que resulta. Lo que creo que los hacía apropiados para mi concepto, porque tenía el interés de retratar de forma más genuina las cosas importantes de mi entorno.

Por eso hice esas piezas, con la idea de entender un poco el crecimiento que ocurre tanto a mi alrededor como mi crecimiento personal. Inicié retratando cosas que yo veía y llamaban mi atención sea por su expansión o por su crecimiento. Los estudiaba a través de bocetos pequeños y al final quise juntar todo lo que a mí me parecía importante, porque conceptualmente la última pieza resulta ser algo mucho más surrealista.

¿Por qué tomaste la decisión de titular la exhibición como A pedicoj por las cornisas?

G: Precisamente por lo que significa, que es ir brincando sobre un pie, pero en vez de las cornisas, me refiero a ir saltando entre los límites de la realidad y del sueño. Me pareció fascinante poder enlazar el concepto del sueño porque creo que en el subconsciente es donde nosotros llegamos a ver mucho más respecto a nuestro crecimiento, pero de una forma más honesta. A veces de forma consciente manipulamos mucho nuestra realidad, entonces la idea de trabajar así fue hacer un esfuerzo por retratar, de forma consciente, la realidad y al mismo tiempo a través del sueño ver un poco más de la inconsciencia.

¿Cuál dirías que es la intención de trabajar esta temática?

G: El hacer estas piezas creo que fue algo muy extraño, porque la verdad no empecé a trabajar con una intención clara, así que mi única intención era entender cómo trabajar los marcadores a base de alcohol y probar los resultados.

Poco a poco fue que empecé a utilizar esta técnica para entender temas muy arbitrarios y ambiguos, así fue como todo comenzó a tener sentido en mi cabeza y se empezó a hilar entre sí.

De hecho, una parte de la instalación tiene ese propósito, el que se vea un hilo conductor en una narrativa que no es forzada en el sentido de que primero es un cuadro y luego el otro; sino, en el que sugiere una forma de lectura con los hilos y el cómo te van, de alguna manera, guiando a que la última pieza que mires es a la principal.

Foto: Miguel Cruz | Diario de Querétaro

¿Cómo fue que seleccionaste la pieza principal?

G: La pieza principal no fue una selección, más bien fue un cuadro que hice al final de todos los bocetos. Es la unión de todas las piezas y en ella quise sintetizar todo lo que a mí me había dicho lo que había trabajado antes. Recopilé todas las piezas que había hecho y me senté a observarlas, fue así como se me vino a la mente esta mujer, este cactus, y fue así como se dio la colección.

¿Cuánto tiempo te tomó realizar los 30 cuadros?

G: Fue un reto muy grande para mí, porque yo tenía muy poquito tiempo para trabajar. Fueron dos meses en total en los que hice toda esa experimentación y la realización de las piezas. Creo que el último cuadro lo hice en una semana, que fue el que más tiempo me tomó, fue todo un reto. Inclusive ahorita no considero que la obra se encuentra terminada.

¿Qué es lo que te deja esta experiencia a ti como artista?

G: La verdad, nunca en mi vida me hubiera permitido hacer una pieza como la última que realicé. Yo considero que todavía le faltan muchas cosas que pulir y no siento estar del todo contenta con ella, pero aún así creo que me aportó muchísimo por sacarme de mi área de confort. Nunca había hecho algo que no estuviera apegado a la realidad, así que este es un intento de crear un escenario que no existe en el mundo real. Creo que me deja las ganas de profundizar mucho más en este tipo de temas que a veces son abstractos y retadores, pero sumamente enriquecedores.

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¿Cuál dirías que es tu pieza favorita de todas?

G: Siento que todas son muy personales e importantes para mí, pero creo que mi favorita es una de las que realicé en una fiesta en la que afortunadamente se me abrieron las puertas como invitada. Este círculo es de Oaxaca, lugar donde vivo actualmente, y me impresionó bastante ver mujeres tan fuertes, las que hacen los negocios, las que llevan las riendas del lugar y que son líderes. Siento que como mujer me aportó muchísimo.

Desde una perspectiva cursi, creo que mi pieza favorita es la que hice de mi esposo con nuestro perrito. Eso es más cursi y personal, pero diría que es de mis cuadros favoritos de todos los que realicé.

¿Seguirás trabajando el tema de los sueños y la realidad?

G: Definitivamente es algo que me ha aportado mucho y que me ha brindado diversos retos, así que veo ahí una oportunidad para profundizar. Creo que seguiré intentando y que esto se convierta en el inicio de algo más grande. Afortunadamente tengo un espacio en la Galería Libertad, en la zona de abajo, para el 2025, así que tengo la oportunidad de presentar algo que le dé continuidad a esta temática.

Foto: Miguel Cruz | Diario de Querétaro


¿Qué son los sueños? Son ilusiones, esperanzas, premoniciones del futuro y aspiraciones; pero también son miedos, pesadillas, tormentos, pensamientos que te persiguen en medio de la noche. Esta dualidad es planteada por Gabriela Cortés, artista plástica queretana que explora los límites entre la realidad y el sueño a través del arte con la exposición titulada: A pedicoj por las cornisas.

La propuesta es resultado de una colaboración con Nueve Arte Urbano, se integra por un total de 30 piezas, actualmente exhibidas en Montana Shop Querétaro (Incusa) y con permanencia hasta el 9 de diciembre. En ellas, la artista explora las técnicas de marcadores a base de alcohol y aerosol para guiarnos por las interrogantes de la vida y los sueños.

“¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión. Una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son”, es el fragmento de la obra de teatro, La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca; cita utilizada para definir la temática presentada por la artista plástica.

En entrevista para BARROCO, Gabriela Cortés explica el nacimiento de esta propuesta visual, el significado del título, lo que este experimento le dejó y el reto detrás de la construcción de la narrativa de las piezas.

¿Cómo fue que nació el concepto de esta exposición?

Gabriela: Nace de la idea de intentar nuevas técnicas que no había trabajado antes. Así que tenía la intención de trabajar con un medio líquido, que en este caso son los marcadores, los cuales tienen la particularidad de no dar marcha atrás; es decir, una vez que comienzas pues tienes que seguir y ver que resulta. Lo que creo que los hacía apropiados para mi concepto, porque tenía el interés de retratar de forma más genuina las cosas importantes de mi entorno.

Por eso hice esas piezas, con la idea de entender un poco el crecimiento que ocurre tanto a mi alrededor como mi crecimiento personal. Inicié retratando cosas que yo veía y llamaban mi atención sea por su expansión o por su crecimiento. Los estudiaba a través de bocetos pequeños y al final quise juntar todo lo que a mí me parecía importante, porque conceptualmente la última pieza resulta ser algo mucho más surrealista.

¿Por qué tomaste la decisión de titular la exhibición como A pedicoj por las cornisas?

G: Precisamente por lo que significa, que es ir brincando sobre un pie, pero en vez de las cornisas, me refiero a ir saltando entre los límites de la realidad y del sueño. Me pareció fascinante poder enlazar el concepto del sueño porque creo que en el subconsciente es donde nosotros llegamos a ver mucho más respecto a nuestro crecimiento, pero de una forma más honesta. A veces de forma consciente manipulamos mucho nuestra realidad, entonces la idea de trabajar así fue hacer un esfuerzo por retratar, de forma consciente, la realidad y al mismo tiempo a través del sueño ver un poco más de la inconsciencia.

¿Cuál dirías que es la intención de trabajar esta temática?

G: El hacer estas piezas creo que fue algo muy extraño, porque la verdad no empecé a trabajar con una intención clara, así que mi única intención era entender cómo trabajar los marcadores a base de alcohol y probar los resultados.

Poco a poco fue que empecé a utilizar esta técnica para entender temas muy arbitrarios y ambiguos, así fue como todo comenzó a tener sentido en mi cabeza y se empezó a hilar entre sí.

De hecho, una parte de la instalación tiene ese propósito, el que se vea un hilo conductor en una narrativa que no es forzada en el sentido de que primero es un cuadro y luego el otro; sino, en el que sugiere una forma de lectura con los hilos y el cómo te van, de alguna manera, guiando a que la última pieza que mires es a la principal.

Foto: Miguel Cruz | Diario de Querétaro

¿Cómo fue que seleccionaste la pieza principal?

G: La pieza principal no fue una selección, más bien fue un cuadro que hice al final de todos los bocetos. Es la unión de todas las piezas y en ella quise sintetizar todo lo que a mí me había dicho lo que había trabajado antes. Recopilé todas las piezas que había hecho y me senté a observarlas, fue así como se me vino a la mente esta mujer, este cactus, y fue así como se dio la colección.

¿Cuánto tiempo te tomó realizar los 30 cuadros?

G: Fue un reto muy grande para mí, porque yo tenía muy poquito tiempo para trabajar. Fueron dos meses en total en los que hice toda esa experimentación y la realización de las piezas. Creo que el último cuadro lo hice en una semana, que fue el que más tiempo me tomó, fue todo un reto. Inclusive ahorita no considero que la obra se encuentra terminada.

¿Qué es lo que te deja esta experiencia a ti como artista?

G: La verdad, nunca en mi vida me hubiera permitido hacer una pieza como la última que realicé. Yo considero que todavía le faltan muchas cosas que pulir y no siento estar del todo contenta con ella, pero aún así creo que me aportó muchísimo por sacarme de mi área de confort. Nunca había hecho algo que no estuviera apegado a la realidad, así que este es un intento de crear un escenario que no existe en el mundo real. Creo que me deja las ganas de profundizar mucho más en este tipo de temas que a veces son abstractos y retadores, pero sumamente enriquecedores.

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¿Cuál dirías que es tu pieza favorita de todas?

G: Siento que todas son muy personales e importantes para mí, pero creo que mi favorita es una de las que realicé en una fiesta en la que afortunadamente se me abrieron las puertas como invitada. Este círculo es de Oaxaca, lugar donde vivo actualmente, y me impresionó bastante ver mujeres tan fuertes, las que hacen los negocios, las que llevan las riendas del lugar y que son líderes. Siento que como mujer me aportó muchísimo.

Desde una perspectiva cursi, creo que mi pieza favorita es la que hice de mi esposo con nuestro perrito. Eso es más cursi y personal, pero diría que es de mis cuadros favoritos de todos los que realicé.

¿Seguirás trabajando el tema de los sueños y la realidad?

G: Definitivamente es algo que me ha aportado mucho y que me ha brindado diversos retos, así que veo ahí una oportunidad para profundizar. Creo que seguiré intentando y que esto se convierta en el inicio de algo más grande. Afortunadamente tengo un espacio en la Galería Libertad, en la zona de abajo, para el 2025, así que tengo la oportunidad de presentar algo que le dé continuidad a esta temática.

Foto: Miguel Cruz | Diario de Querétaro

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