Con el fin de reconocer la labor de las mujeres dentro de laarquitectura, la academia, el diseño y la restauración, elInstituto Nacional de Bellas Artes (INBA) realizó una mesa dereflexión en la que participaron las especialistas IsauraGonzález, María Eugenia Hurtado, Virginia Arroyo y GabrielaEchegaray.
La charla “Intercambio de miradas desde la arquitectura,academia, diseño y restauración. Mujeres en acción” fuemoderada por Dolores Martínez Orralde, directora de Arquitecturadel INBA, quien explicó que esta iniciativa surgió en el marcodel mes de la mujer.
“No habíamos tenido la oportunidad de tener un foro dereflexión con voces femeninas, con voces de mujeres arquitectastrabajando en este país en distintas esferas y campos deacción”, señaló Martínez Orralde.
En su oportunidad, María Eugenia Hurtado compartió parte de suquehacer y contribuciones a este campo y destacó el valor de estosforos: “En estos tiempos difíciles creo que es muy importanteque en un lugar como este también se muestre la obra que no estáen las fotografías, la obra de los otros, la otraarquitectura”.
La tarea de los arquitectos, dijo, debe integrar el conocimientodel otro y saber cómo habita los espacios, ser “agentesculturales activos para cumplir tareas civilizatorias en lo urbanoy lo arquitectónico, enfrentando los rezagos que nuestra regióncontinental iberoamericana demanda potentemente”.
Se trata de “una vinculación solidaria con la identidadcultural y los arraigos que nuestras comunidades sostienen, desembrar la semilla en los cuadros profesionales como una posibleinserción en este campo laboral a otra arquitectura”.
Durante su intervención, Virginia Arroyo señaló que el campode la restauración “es tan grande que te atrapa y te invita atener un equipo multidisciplinario en donde cada persona es dueñade una parte del valor pero en donde sumados los esfuerzos se puedehacer un equipo grande y fuerte”.
Confesó que aunque sus inquietudes profesionales en un iniciose abocaron al campo de la salud, encontró su pasión alparticipar como restauradora en la Biblioteca México, donde quedótotalmente enamorada de este tema, “de las piedras, la cultura,de todo lo que puedes aprender cuando compartes con un edificio aeste nivel”.
Aunque cada inmueble representa un reto diferente, dijo, elrestaurador debe conocer los materiales, cómo se comportan,cuáles son los procesos de deterioro y cómo se puedenrevertir.
“Tienes que conocer quién lo hizo, cómo lo hizo, en quémomento histórico, con qué sistemas constructivos, qué le hapasado al edificio, qué deterioros o problemáticas tiene y cómose pueden resolver”, sostuvo Arroyo.
Destacó también la importancia de documentar los procesos paradar cuenta de este trabajo y acercarse a las nuevas tecnologías,lo que permitirá contribuir a mantener los monumentos en muybuenas condiciones para que lleguen a otras generaciones.
Gabriela Echegaray aseguró que lo que unía a las cuatropanelistas en su quehacer es la memoria. “Creo que de algunaforma todas, cada quien en una trayectoria muy personal y desde susinquietudes, estamos tratando de evocar y que se reconozcan y seguarden ciertos recuerdos.
Finalmente, Isaura González habló sobre el inicio de sucarrera como escritora e indicó que comenzó a colaborar en mediosespecializados en 1997. Esta labor le permitió trabajar desdedistintos frentes y descubrir un mundo a través del reportaje y ladifusión.
“Algo que para mí ha sido fundamental es que teníamos que ira las obras, no escribir a partir de fotos bonitas, eso me dio uncambio total en la percepción de la profesión. Me di cuenta quedetrás hay fuerzas que actúan para que los edificios seanposibles”, concluyó.