La Cañada está conurbada con la capital queretana, un sitio donde aún se respira a provincia y sus habitantes siguen la antigua y bonita costumbre de sacar sus sillas a la puerta de su casa por las tardes, ya sea para tomar el fresco, platicar con los vecinos o quien pase por el lugar.
Aunque es uno de los municipios del estado de Querétaro más próspero dado a la cantidad de industrias que se han instalado y las colonias que se han sido fundadas, el centro, sus calles y algunas delegaciones siguen conservando sus tradiciones tan arraigadas como, “el gallo”, “las tres caídas”, la celebración de San Pedro y San Pablo, patronos del municipio.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, se crea La Cañada, derivado del municipio de Querétaro, conserva su nombre cuando es cambiado a El Marqués, esto a la memoria de Don Juan Antonio de Urrutia y Arana, Marqués de la Villa del Villar del Águila.
La iglesia de San Pedro se encuentra ubicada en el corazón de la Cañada y es de las de más tradición. A decir de la Secretaría de Turismo, el pueblo con sus cerros, sus fértiles llanos y sus cristalinas aguas de antaño, requería la presencia del Señor San Pedro, puesto que semejaba un pedacito de cielo que debería ser custodiado por este patrono, vigilante de la puerta celestial en la fe cristiana del evangelio.
Es así como en esta devoción el l R. P. Fr. José Núñez de Ulloa obtiene el consentimiento del Virrey D. Pedro de Castro, para erigir un templo al culto de San Pedro y San Pablo en el año de 1741. El recinto se inauguró hasta el mes de mayo de 1769, por el Cura D. Guadalupe Jaimes, quien avanzó la obra en su mayor parte.
Finalmente, el PBRO. D. Rosalío García, de 1884 a 1898 continuó con la remodelación hasta concluirla, lográndose antes la bendición y estreno el día 29 de junio de 1897, en una ceremonia que verificó el ILMO. Sr. Dr. D. Rafael S. Camacho, Tercer Obispo de la Diócesis en Querétaro. La Cañada tiene muchas fiestas a lo largo del año, llenas de tradiciones que unen a sus habitantes en uno solo y que atraen a visitantes tanto del estado, nacionales e internacionales, que quedan sorprendidos por la alegría y hospitalidad de sus anfitriones.
Doña Graciela es originaria de la región y tiene un puesto donde vende servilletas, tortilleros bordados por ella misma, entre otros productos desde hace más de 20 años a las afueras de la iglesia. Doña Chela como la conocen los vecinos relata que el “gallo” es uno de los festejos más emblemáticos del lugar.
“Hay dos gallos el de la virgen de Guadalupe el 12 de diciembre y el que ya se va hacer, el de San Pedro y San Pablo, este lo hacen a veces desde el 27 o el 28, para festejar el 29 de junio. Todo el pueblo se junta y afuera de sus casas sacan comida y bebidas y las regalan a quien anda en la procesión, cantando y bailando con gallos de colores que se hacen con cartón y papel de china” platica emocionada Graciela.
Otra de las festividades importantes es la escenificación de las tres caídas, en Semana Santa, donde participan todos los creyentes del lugar, desde niños, hasta adultos mayores para representar la pasión y muerte de Jesús de Nazaret, evento que por pandemia se ha visto pospuesto en dos ocasiones pero que sin duda es uno de los más arraigados.
La plaza San Pedro según relata el historiador del municipio Gustavo Pérez Lara Hernández se inauguró formalmente en el año de 1994 donde se develó la placa que la identifica como Plaza San Pedro de la Cañada, un sitio que alberga eventos culturales, históricos y oficiales. En el año 2000 la explanada es ampliada en un segundo nivel y en 2006 se construye un escenario conocido como “Teatro del Pueblo”.
Dentro de la Plaza se encuentran los bustos de personajes importantes en la historia de México como Josefa Ortíz de Domínguez, Francisco I Madero, Ignacio Allende, Emiliano Zapata y José María Morelos y Pavón.
