/ jueves 16 de mayo de 2019

La vendedora de cuentos, difunde el hñähñu con marionetas

Todos los sábados de este mes, a partir de las 12:00 horas, la cuentacuentos Cynthia Camacho Labrada invita a las y los niños a disfrutar en el Museo de la Ciudad, de fascinantes historias en hñähñu y español

A través del suave y místico sonido del chichtli, un silbato de barro típico de las culturas mesoamericanas, una alegre mujer se introduce sigilosamente en la biblioteca infantil del Museo de la Ciudad. Con gran simpatía saluda a todos los pequeñines de entre el público, quienes sentados en minúsculos banquitos de colores, esperan que La vendedora de cuentos arranque la función con una nueva historia.

“¡Hadi, hadi, hadi”, saluda en hñähñu la profesora Cynthia Camacho Labrada, quien desde hace diez años se dedica a difundir y promover esta lengua en Querétaro, a través de los cuentos y el arte de las marionetas.

“`Hadi´ es buenos días en el idioma de mi pueblo…. ¿Ya vieron mi vestido?”, pregunta mientras estira su colorida blusa satinada de cuello plisado y su larga falta típica de Amealco. “Lo hizo mi mamá, ¿les gusta? Ella lo bordó con mucha dedicación y amor para mí. Yo soy de un pueblito muy cerquita de aquí, ¿conocen Amealco?, ese lugar donde hacen las muñequitas de trapo. Cerca de ahí hay una comunidad que se llama San Idelfonso Tultepec, yo vivo ahí y vengo a la ciudad a vender mis artesanías porque allá no tenemos trabajo. Estas muñequitas de trapo me las enseñó a hacer mi papá con todos sus detalles, mi papá es un gran artesano. A esta muñeca en el idioma de mi pueblo le decimos Lele, y a esta otra con su bebito Donxhu”, explica la cuenta cuentos, quien antes de iniciar con su nuevo relato, invoca algunas sonrisas tímidas y desdentadas cuando habla de su abuela, quien además de enseñarle a decir los números y los colores en hñahñu, todas las noches antes de dormir les contaba a ella y a sus hermanos cuentos, “cuentos tan viejos como sus canas, pero tan hermosos como las cintas de sus trenzas (…) ¡Veendo cuentos, veendo cuentos!”, pregona Cynthia al instante, sosteniendo una hermosa canasta en señal de que es hora de comenzar.

Difundir las lenguas indígenas a través del arte

En México hay 7 millones 382 mil 785 personas que hablan alguna lengua indígena, lo cual representa el 6.5% total de la población, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2015).

De acuerdo con el último Censo de Población y Vivienda, del total de la población en Querétaro, solo el 1% habla una lengua indígena, siendo el otomí (hñähñu y hñöhñö) la más utilizada en el estado, con 24 mil 471 de hablantes.

Bajo este contexto es que la especialista en educación preescolar y docente del arte por la Universidad Autónoma de Querétaro, se ha dedicado a estudiar esta lengua para promoverla y difundirla en las aulas, centros culturales y plazas públicas.

Durante este proceso encontró en la literatura y las marionetas un buen canal para hacerlo, por lo que con ayuda de titiriteros profesionales como el cubano William Fuentes, y del Colectivo de Escritores en Lengua hñähñu de Tolimán y Amealco, fue que dio vida a “La Vendedora de cuentos”.

“Yo quiero más que nada ir a las comunidades, pero siempre falta apoyo (…) Así que he tenido que hacerlo de manera independiente, buscando reactivar a la par espacios como este (Biblioteca Infantil del Museo de la Ciudad) que son muy bonitos pero que generalmente están un poco olvidados (…) La idea es mostrar a las y los niños que hay detrás de todos y todas las artesanas que vienen a la ciudad a vender, y motivar a otros maestros a que enseñen esta lengua a sus alumnos, especialmente a aquellos que trabajan en comunidades indígenas, porque ni siquiera dominan la lengua del lugar… En general hay muchas cosas que hacer; si bien la muñequita ha permitido visibilizar a esta población, no es suficiente con destinar en los grandes festivales corredores para que los artesanos promuevan esta artesanía”, aseveró.

Cynthia Camacho ha presentado este proyecto en el circuito de escuelas de educación indígena en Tolimán y Amealco, donde con ayuda de títeres de trapo que ella misma confecciona basándose en la estética de le región, da vida las historias de su canasata.

“Pretendo acercar más este proyecto a las comunidades de estos dos municipios, que es donde más urge hacerlo, porque los papás ya no quieres enseñarles su lengua a los niños. Más que nada, hay que hacer un trabajo de sensibilización con los adultos”, afirma la docente, quien está apunto de encabezar un proyecto en San Ildefonso, Amealco, que tiene como objetivo recopilar cuentos e historias de la región que han sido heredadas de generación en generación, a través de la tradición oral.

A través del suave y místico sonido del chichtli, un silbato de barro típico de las culturas mesoamericanas, una alegre mujer se introduce sigilosamente en la biblioteca infantil del Museo de la Ciudad. Con gran simpatía saluda a todos los pequeñines de entre el público, quienes sentados en minúsculos banquitos de colores, esperan que La vendedora de cuentos arranque la función con una nueva historia.

“¡Hadi, hadi, hadi”, saluda en hñähñu la profesora Cynthia Camacho Labrada, quien desde hace diez años se dedica a difundir y promover esta lengua en Querétaro, a través de los cuentos y el arte de las marionetas.

“`Hadi´ es buenos días en el idioma de mi pueblo…. ¿Ya vieron mi vestido?”, pregunta mientras estira su colorida blusa satinada de cuello plisado y su larga falta típica de Amealco. “Lo hizo mi mamá, ¿les gusta? Ella lo bordó con mucha dedicación y amor para mí. Yo soy de un pueblito muy cerquita de aquí, ¿conocen Amealco?, ese lugar donde hacen las muñequitas de trapo. Cerca de ahí hay una comunidad que se llama San Idelfonso Tultepec, yo vivo ahí y vengo a la ciudad a vender mis artesanías porque allá no tenemos trabajo. Estas muñequitas de trapo me las enseñó a hacer mi papá con todos sus detalles, mi papá es un gran artesano. A esta muñeca en el idioma de mi pueblo le decimos Lele, y a esta otra con su bebito Donxhu”, explica la cuenta cuentos, quien antes de iniciar con su nuevo relato, invoca algunas sonrisas tímidas y desdentadas cuando habla de su abuela, quien además de enseñarle a decir los números y los colores en hñahñu, todas las noches antes de dormir les contaba a ella y a sus hermanos cuentos, “cuentos tan viejos como sus canas, pero tan hermosos como las cintas de sus trenzas (…) ¡Veendo cuentos, veendo cuentos!”, pregona Cynthia al instante, sosteniendo una hermosa canasta en señal de que es hora de comenzar.

Difundir las lenguas indígenas a través del arte

En México hay 7 millones 382 mil 785 personas que hablan alguna lengua indígena, lo cual representa el 6.5% total de la población, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2015).

De acuerdo con el último Censo de Población y Vivienda, del total de la población en Querétaro, solo el 1% habla una lengua indígena, siendo el otomí (hñähñu y hñöhñö) la más utilizada en el estado, con 24 mil 471 de hablantes.

Bajo este contexto es que la especialista en educación preescolar y docente del arte por la Universidad Autónoma de Querétaro, se ha dedicado a estudiar esta lengua para promoverla y difundirla en las aulas, centros culturales y plazas públicas.

Durante este proceso encontró en la literatura y las marionetas un buen canal para hacerlo, por lo que con ayuda de titiriteros profesionales como el cubano William Fuentes, y del Colectivo de Escritores en Lengua hñähñu de Tolimán y Amealco, fue que dio vida a “La Vendedora de cuentos”.

“Yo quiero más que nada ir a las comunidades, pero siempre falta apoyo (…) Así que he tenido que hacerlo de manera independiente, buscando reactivar a la par espacios como este (Biblioteca Infantil del Museo de la Ciudad) que son muy bonitos pero que generalmente están un poco olvidados (…) La idea es mostrar a las y los niños que hay detrás de todos y todas las artesanas que vienen a la ciudad a vender, y motivar a otros maestros a que enseñen esta lengua a sus alumnos, especialmente a aquellos que trabajan en comunidades indígenas, porque ni siquiera dominan la lengua del lugar… En general hay muchas cosas que hacer; si bien la muñequita ha permitido visibilizar a esta población, no es suficiente con destinar en los grandes festivales corredores para que los artesanos promuevan esta artesanía”, aseveró.

Cynthia Camacho ha presentado este proyecto en el circuito de escuelas de educación indígena en Tolimán y Amealco, donde con ayuda de títeres de trapo que ella misma confecciona basándose en la estética de le región, da vida las historias de su canasata.

“Pretendo acercar más este proyecto a las comunidades de estos dos municipios, que es donde más urge hacerlo, porque los papás ya no quieres enseñarles su lengua a los niños. Más que nada, hay que hacer un trabajo de sensibilización con los adultos”, afirma la docente, quien está apunto de encabezar un proyecto en San Ildefonso, Amealco, que tiene como objetivo recopilar cuentos e historias de la región que han sido heredadas de generación en generación, a través de la tradición oral.

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