/ martes 12 de enero de 2021

Mural de Diego Rivera a la venta

El Instituto de Arte de San Francisco experimentaba una crisis económica desde hacía cuatro años, pero se agravó con la llegada de la pandemia

El Instituto de Arte de San Francisco experimentaba una crisis económica desde hacía cuatro años, pero se agravó con la llegada de la pandemia por Covid-19, lo que ha orillada a la toma de medidas drásticas como la puesta en venta de la obra que alberga de Diego Rivera, misma que data de 1931.

Historia

En 1930, el pintor comunista Diego Rivera fue invitado a decorar los muros del comedor del Club de la Bolsa de Valores de San Francisco, California, en Estados Unidos, y aunque la temática desarrollada por Rivera no era revolucionaria o crítica, el fresco tampoco fue la exaltación de la alta burguesía capitalista, que los socios del Club esperaban.

El éxito de la obra trajo otros encargos así como notoriedad a Rivera y también a Frida Kahlo, ambos se convirtieron en personajes muy populares entre la comunidad artística de San Francisco.

En 1931, Diego Rivera recibió el encargo de pintar los muros del Instituto de Artes de San Francisco. Con su minuciosidad característica, el pintor guanajuatense se dedicó a estudiar y hacer bocetos para familiarizarse con el mundo de la tecnología.

El enfoque, hasta cierto punto bucólico, que había dado al tema del trabajo en los murales del Club de la Bolsa de Valores, de la residencia Stern y la Escuela de Bellas Artes de San Francisco, dio un viraje notable al enfrentar una nueva escala, donde la producción en serie, la ciencia y los conglomerados obreros conformaban un conjunto mucho más complejo y dinámico aún antes de que fueran concluidos, atrajeron la atención de la crítica y el público, quienes finalmente la consideraron como una de las obras más importantes y originales del pintor.

Actualidad

Quién se iba imaginar que ahora el Instituto de Arte de San Francisco, que en 2020 estuvo a punto de perder su campus y su colección de Arte por una deuda, para sobrevivir a la pandemia considera vender el famoso mural de Diego “La fabricación de un fresco, mostrando la construcción de una ciudad”, valuado en la módica cantidad de 50 millones de dólares.

Aunque la propuesta está sobre la mesa, el solo hecho de considerarlo ha causado controversia dentro de la institución entre profesores y ex alumnos, así lo reveló hace unos días el diario The New York Times.

En una reunión de la junta directiva, el pasado 17 de diciembre se informó que el reconocido cineasta George Lucas estaba interesado en comprar el mural para el Museo Lucas de Arte Narrativo en Los Ángeles.

El Instituto de Arte de San Francisco entró en aprietos económicos desde 2016, cuando por la construcción de su nuevo campus Fort Mason pidió un préstamo de 19 millones de dólares, que incluyó la hipoteca de la sede y el mural de Diego Rivera, así como 19 piezas de arte. Una situación que con la pandemia del Covid-19 se agravó.

Por este motivo en julio, el Boston Private Bank & Trust Co. anunció que se vendería el campus que se hipotecó y las obras, entre ellas el mural de Diego Rivera y las 19 obras de arte. Para evitarlo, la junta de regentes compró la deuda del instituto, lo que le da a la dependencia seis años para pagar, pero si no la hace, la Universidad de California tomará posesión del inmueble.

El Instituto de Arte de San Francisco experimentaba una crisis económica desde hacía cuatro años, pero se agravó con la llegada de la pandemia por Covid-19, lo que ha orillada a la toma de medidas drásticas como la puesta en venta de la obra que alberga de Diego Rivera, misma que data de 1931.

Historia

En 1930, el pintor comunista Diego Rivera fue invitado a decorar los muros del comedor del Club de la Bolsa de Valores de San Francisco, California, en Estados Unidos, y aunque la temática desarrollada por Rivera no era revolucionaria o crítica, el fresco tampoco fue la exaltación de la alta burguesía capitalista, que los socios del Club esperaban.

El éxito de la obra trajo otros encargos así como notoriedad a Rivera y también a Frida Kahlo, ambos se convirtieron en personajes muy populares entre la comunidad artística de San Francisco.

En 1931, Diego Rivera recibió el encargo de pintar los muros del Instituto de Artes de San Francisco. Con su minuciosidad característica, el pintor guanajuatense se dedicó a estudiar y hacer bocetos para familiarizarse con el mundo de la tecnología.

El enfoque, hasta cierto punto bucólico, que había dado al tema del trabajo en los murales del Club de la Bolsa de Valores, de la residencia Stern y la Escuela de Bellas Artes de San Francisco, dio un viraje notable al enfrentar una nueva escala, donde la producción en serie, la ciencia y los conglomerados obreros conformaban un conjunto mucho más complejo y dinámico aún antes de que fueran concluidos, atrajeron la atención de la crítica y el público, quienes finalmente la consideraron como una de las obras más importantes y originales del pintor.

Actualidad

Quién se iba imaginar que ahora el Instituto de Arte de San Francisco, que en 2020 estuvo a punto de perder su campus y su colección de Arte por una deuda, para sobrevivir a la pandemia considera vender el famoso mural de Diego “La fabricación de un fresco, mostrando la construcción de una ciudad”, valuado en la módica cantidad de 50 millones de dólares.

Aunque la propuesta está sobre la mesa, el solo hecho de considerarlo ha causado controversia dentro de la institución entre profesores y ex alumnos, así lo reveló hace unos días el diario The New York Times.

En una reunión de la junta directiva, el pasado 17 de diciembre se informó que el reconocido cineasta George Lucas estaba interesado en comprar el mural para el Museo Lucas de Arte Narrativo en Los Ángeles.

El Instituto de Arte de San Francisco entró en aprietos económicos desde 2016, cuando por la construcción de su nuevo campus Fort Mason pidió un préstamo de 19 millones de dólares, que incluyó la hipoteca de la sede y el mural de Diego Rivera, así como 19 piezas de arte. Una situación que con la pandemia del Covid-19 se agravó.

Por este motivo en julio, el Boston Private Bank & Trust Co. anunció que se vendería el campus que se hipotecó y las obras, entre ellas el mural de Diego Rivera y las 19 obras de arte. Para evitarlo, la junta de regentes compró la deuda del instituto, lo que le da a la dependencia seis años para pagar, pero si no la hace, la Universidad de California tomará posesión del inmueble.

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