/ miércoles 25 de noviembre de 2020

Para reírse de la realidad: La Caja Popular

La comedia es la válvula de escape que permite burlarse de los problemas y hoy más que nunca, el stand up brinda un espacio para convertir lo negativo en positivo, pero siempre tomando en serio los cuidados sanitarios para salir adelante

“Esta pandemia nos ha dejado muchas cosas, como una colección de cubrebocas que ya no sabemos cuál usamos y cuál no, unas orejas que ahora sentimos y antes no…”, dice de manera irónica “La Kikis” al tomar el escenario de la Caja Popular.

Como respuesta a su ocurrencia, la gente carcajea, y sin meditarlo siquiera, se olvida de todo lo que hay afuera y que ha dejado atrás para tomar un respiro de la realidad.

Foto: Miriam Martínez | Diario de Querétaro

Y es que a través de la comedia y la sátira, el stand up logra que la gente se ría de las situaciones que la hacen sentir mal, convirtiendo así las preocupaciones en carcajadas, y aplausos.

Por ello la pandemia, hoy más que nunca, se ha convertido en el tema infaltable de quienes aprovechan espacios como el “open mic” para dar rienda suelta a su imaginación y darle con todo –aunque sea en sentido figurado– al tan temido coronavirus.

Bubu Romo, comediante y administrador de La Caja Popular, asegura que el encierro afectó a todos, “pegó y caló en el ánimo de la gente”, dice e intuye que esa es la razón por la que les urgía salir y divertirse, y eso precisamente es lo que ofrece el stand up, la oportunidad de compartir la visión del Covid-19 a través de la mirada de diversos comediantes.

“En general el stand up se encarga de tomar los elementos negativos y convertirlos a positivos a través del humor y de la risa, por naturaleza es así, es una tragicomedia, entonces el tema del Covid-19 es prácticamente con lo que han empezado todos los shows de este mes y medio que llevamos reabiertos; todos empiezan hablando de su experiencia con la pandemia, con la familia, con las novias, o si conocieron a alguien. Es interesante que haya un espacio abierto para ese dialogo y que nos dé esa salida y respiro de todo, creo que es lo ideal”.

Risas… con responsabilidad

Tras seis meses de haber permanecido cerrada y a poco más de un mes y medio de haber reabierto las puertas de la Caja popular, Bubu sabe que puede reírse de la pandemia, sin embargo, al tratarse de las medidas preventivas ordenadas por las autoridades estatales, lo toma en serio haciendo ajustes en el número de sillas, los espacios para garantizar la sana distancia, así como el equipamiento de su personal.

De las 170 personas que solían acudir al espacio, el aforo máximo ahora es de 65 asistentes, quienes uno a uno son recibidos por el encargado de tomarles la temperatura y supervisar que porten correctamente el cubrebocas. Durante su estancia y para ordenar alguna bebida, son atendidos por el personal que utiliza careta y cubrebocas, lo que además de garantizar los cuidados necesarios, brinda una sensación de bienestar y cuidado constante.

Esta es parte de la reactivación económica que han permitido las autoridades a la luz del color naranja en el semáforo del Covid-19, ya que como muchos otros espacios de entretenimiento, la Caja Popular veía insostenible poder mantenerse.

“Fue un periodo bien fuerte para nosotros, estuvimos cerrados más de seis meses, fuimos de esos negocios que dos semanas antes ya habíamos cerrado; fue muy duro, no solamente para nosotros, sino para el ámbito cultural. Para mí, además como empresario y como productor fue difícil tratar de mantener el lugar, porque inevitablemente te endeudas y empiezas a tener una preocupación natural, un sentido de protección de tu gente e intentas mantener lo más posible, pero llega un punto en que no puedes, ya no es económicamente posible, se volvió muy rudo”, recuerda Romo.

Foto: Miriam Martínez | Diario de Querétaro

Aunado a la preocupación por los números rojos en los estados de cuenta, Bubu agrega que quienes viven del escenario, tuvieron que pasar mucho tiempo alejados del aplauso y las risas que les hacen compañía, lo que generó en varios comediantes un panorama desalentador.

“La pandemia paralela es la depresión y eso está bien denso, como comediantes estar encerrado sin poder subir al escenario es horrible y la verdad es que la gente lo esperaba con muchas ansias. Por supuesto que antes de venir, nos pregunta qué medidas se están tomando, ya cuando vienen, ven que cambiamos muchas cosas para que se sientan seguros; hemos generado una atmosfera y un ambiente bastante sano, incluso antes del show se dan recomendaciones de salud y eso ayuda a que el público tenga conciencia, y siempre les decimos lo mismo: ‘Cuidarse ustedes es cuidarnos a nosotros y vamos a cuidarnos juntos’”.

Con las nuevas restricciones no sólo el espacio y los asistentes deben adaptarse, sino también los protagonistas de la escena, ya que para lograr alcanzar a la misma cantidad de público que antes lograban, ahora deben duplicar y hasta triplicar esfuerzos, lo que genera más gastos, sin embargo, el público ha sido fiel y se ha mantenido a la expectativa.

“La clave de Querétaro para el stand up es que hay una verdadera cultura, entonces viene público que no solo está dispuesto a reírse sino que está bastante comprometido, y sí se requiere ese compromiso, esa cultura y ese nivel para que la gente esté abierta, porque a veces no sabes lo que vas a ver y es una completa sorpresa; están dispuestos a ver a comediantes experimentar en el escenario y eso es lo que hace que sea diferente el público de Querétaro”, celebra Bubu.

En esta reactivación, la Caja Popular continúa apostando por ofrecer un espacio para los talentos emergentes, o bien para aquellos que buscan continuar creciendo en el arte de hacer reír, por lo que los jueves brinda el “open mic” de cinco minutos en el escenario, en tanto los viernes y sábados programa shows, “hasta que se nos diga otra cosa, seguiremos intentándolo porque hay que sobrevivir”.

Y sigue la mata dando…

Desde su arranque, hace seis años, la Caja Popular fue de los primeros espacios del país en apostarle a este tipo de comedia, asimismo se convirtió en una especie de escuela para hacer reír, a través de cursos en los que el dominio del escenario, el uso de la voz y la seguridad propia constituían los estudios para graduarse como standupero.

En agosto de 2017, esta sede corrió el peligro de desaparecer debido a una crisis administrativa, fue entonces cuando Bubu Romo se alió con fuertes representantes del género para ofrecer un show, mediante el cual se recaudaron fondos para lograr su recuperación. Con la participación de personalidades consolidadas como Andrés Bustamante, Sofía Niño de Rivera, Mau Nieto, Daniel Sosa y más, se logró el cometido de aquél entonces.

Ahora la Caja Popular se enfrenta a este nuevo reto que paralizó, en primera instancia, el mundo del entretenimiento. “Hablaba con amigos de teatros de Querétaro y platicábamos que si sobrevivíamos a estos meses de encierro, ya éramos invencibles. Solo deseo que eso sea real y espero que este tiempo encerrados nos haya hecho más fuertes. Hace tres años estuvimos a nada de cerrar por una bronca económica, pero esto fue totalmente diferente, es algo que se suma a lo económico, el no poder subir al escenario, sentir el espacio vacío y solo, era muy desesperanzador”, recuerda.

Foto: Miriam Martínez | Diario de Querétaro

“Esta pandemia nos ha dejado muchas cosas, como una colección de cubrebocas que ya no sabemos cuál usamos y cuál no, unas orejas que ahora sentimos y antes no…”, dice de manera irónica “La Kikis” al tomar el escenario de la Caja Popular.

Como respuesta a su ocurrencia, la gente carcajea, y sin meditarlo siquiera, se olvida de todo lo que hay afuera y que ha dejado atrás para tomar un respiro de la realidad.

Foto: Miriam Martínez | Diario de Querétaro

Y es que a través de la comedia y la sátira, el stand up logra que la gente se ría de las situaciones que la hacen sentir mal, convirtiendo así las preocupaciones en carcajadas, y aplausos.

Por ello la pandemia, hoy más que nunca, se ha convertido en el tema infaltable de quienes aprovechan espacios como el “open mic” para dar rienda suelta a su imaginación y darle con todo –aunque sea en sentido figurado– al tan temido coronavirus.

Bubu Romo, comediante y administrador de La Caja Popular, asegura que el encierro afectó a todos, “pegó y caló en el ánimo de la gente”, dice e intuye que esa es la razón por la que les urgía salir y divertirse, y eso precisamente es lo que ofrece el stand up, la oportunidad de compartir la visión del Covid-19 a través de la mirada de diversos comediantes.

“En general el stand up se encarga de tomar los elementos negativos y convertirlos a positivos a través del humor y de la risa, por naturaleza es así, es una tragicomedia, entonces el tema del Covid-19 es prácticamente con lo que han empezado todos los shows de este mes y medio que llevamos reabiertos; todos empiezan hablando de su experiencia con la pandemia, con la familia, con las novias, o si conocieron a alguien. Es interesante que haya un espacio abierto para ese dialogo y que nos dé esa salida y respiro de todo, creo que es lo ideal”.

Risas… con responsabilidad

Tras seis meses de haber permanecido cerrada y a poco más de un mes y medio de haber reabierto las puertas de la Caja popular, Bubu sabe que puede reírse de la pandemia, sin embargo, al tratarse de las medidas preventivas ordenadas por las autoridades estatales, lo toma en serio haciendo ajustes en el número de sillas, los espacios para garantizar la sana distancia, así como el equipamiento de su personal.

De las 170 personas que solían acudir al espacio, el aforo máximo ahora es de 65 asistentes, quienes uno a uno son recibidos por el encargado de tomarles la temperatura y supervisar que porten correctamente el cubrebocas. Durante su estancia y para ordenar alguna bebida, son atendidos por el personal que utiliza careta y cubrebocas, lo que además de garantizar los cuidados necesarios, brinda una sensación de bienestar y cuidado constante.

Esta es parte de la reactivación económica que han permitido las autoridades a la luz del color naranja en el semáforo del Covid-19, ya que como muchos otros espacios de entretenimiento, la Caja Popular veía insostenible poder mantenerse.

“Fue un periodo bien fuerte para nosotros, estuvimos cerrados más de seis meses, fuimos de esos negocios que dos semanas antes ya habíamos cerrado; fue muy duro, no solamente para nosotros, sino para el ámbito cultural. Para mí, además como empresario y como productor fue difícil tratar de mantener el lugar, porque inevitablemente te endeudas y empiezas a tener una preocupación natural, un sentido de protección de tu gente e intentas mantener lo más posible, pero llega un punto en que no puedes, ya no es económicamente posible, se volvió muy rudo”, recuerda Romo.

Foto: Miriam Martínez | Diario de Querétaro

Aunado a la preocupación por los números rojos en los estados de cuenta, Bubu agrega que quienes viven del escenario, tuvieron que pasar mucho tiempo alejados del aplauso y las risas que les hacen compañía, lo que generó en varios comediantes un panorama desalentador.

“La pandemia paralela es la depresión y eso está bien denso, como comediantes estar encerrado sin poder subir al escenario es horrible y la verdad es que la gente lo esperaba con muchas ansias. Por supuesto que antes de venir, nos pregunta qué medidas se están tomando, ya cuando vienen, ven que cambiamos muchas cosas para que se sientan seguros; hemos generado una atmosfera y un ambiente bastante sano, incluso antes del show se dan recomendaciones de salud y eso ayuda a que el público tenga conciencia, y siempre les decimos lo mismo: ‘Cuidarse ustedes es cuidarnos a nosotros y vamos a cuidarnos juntos’”.

Con las nuevas restricciones no sólo el espacio y los asistentes deben adaptarse, sino también los protagonistas de la escena, ya que para lograr alcanzar a la misma cantidad de público que antes lograban, ahora deben duplicar y hasta triplicar esfuerzos, lo que genera más gastos, sin embargo, el público ha sido fiel y se ha mantenido a la expectativa.

“La clave de Querétaro para el stand up es que hay una verdadera cultura, entonces viene público que no solo está dispuesto a reírse sino que está bastante comprometido, y sí se requiere ese compromiso, esa cultura y ese nivel para que la gente esté abierta, porque a veces no sabes lo que vas a ver y es una completa sorpresa; están dispuestos a ver a comediantes experimentar en el escenario y eso es lo que hace que sea diferente el público de Querétaro”, celebra Bubu.

En esta reactivación, la Caja Popular continúa apostando por ofrecer un espacio para los talentos emergentes, o bien para aquellos que buscan continuar creciendo en el arte de hacer reír, por lo que los jueves brinda el “open mic” de cinco minutos en el escenario, en tanto los viernes y sábados programa shows, “hasta que se nos diga otra cosa, seguiremos intentándolo porque hay que sobrevivir”.

Y sigue la mata dando…

Desde su arranque, hace seis años, la Caja Popular fue de los primeros espacios del país en apostarle a este tipo de comedia, asimismo se convirtió en una especie de escuela para hacer reír, a través de cursos en los que el dominio del escenario, el uso de la voz y la seguridad propia constituían los estudios para graduarse como standupero.

En agosto de 2017, esta sede corrió el peligro de desaparecer debido a una crisis administrativa, fue entonces cuando Bubu Romo se alió con fuertes representantes del género para ofrecer un show, mediante el cual se recaudaron fondos para lograr su recuperación. Con la participación de personalidades consolidadas como Andrés Bustamante, Sofía Niño de Rivera, Mau Nieto, Daniel Sosa y más, se logró el cometido de aquél entonces.

Ahora la Caja Popular se enfrenta a este nuevo reto que paralizó, en primera instancia, el mundo del entretenimiento. “Hablaba con amigos de teatros de Querétaro y platicábamos que si sobrevivíamos a estos meses de encierro, ya éramos invencibles. Solo deseo que eso sea real y espero que este tiempo encerrados nos haya hecho más fuertes. Hace tres años estuvimos a nada de cerrar por una bronca económica, pero esto fue totalmente diferente, es algo que se suma a lo económico, el no poder subir al escenario, sentir el espacio vacío y solo, era muy desesperanzador”, recuerda.

Foto: Miriam Martínez | Diario de Querétaro

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