En este ciclo donde se han ido presentando personajes de la independencia que a decir de los historiadores entrevistados, como Jorge Flores y archivos de la Nación, son los más relevantes en el movimiento, mismos que no se puede dejar pasar por alto el logro que se obtuvo hace 200 años, cuando un 28 de septiembre pero de 1821, México fue definitivamente liberado del yugo de la Corona Española.
Los recuerdos se abocan aquella madrugada del 15 de septiembre de 1810, con el sueño de aquellos idealistas como Josefa Ortíz de Domínguez, su esposo Miguel Domínguez, Ignacio Allende, Miguel Hidalgo, entre otros, de ser un país, libre y soberano tomando las armas y levantarse junto al pueblo en contra de los gachupines, más tuvieron que pasar 11 años para que se firmará el acta oficial y la muerte de quien replicó las Campanas en Dolores, Guanajuato, para consolidar la lucha por la independencia.
Según lo relatado por el historiador Jorge Flores Muñoz a este rotativo, fue el 27 de septiembre de 1821, cuando Agustín de Iturbide entró a la Ciudad de México con su Ejército Trigarante, una vez pactada la paz con los últimos insurgentes como Vicente Guerrero.
Un día después, el 28 de septiembre de 1821, la Suprema Junta Provisional ordenó elegir al presidente de la regencia del nuevo imperio y esa misma tarde suscribieron el Acta de Independencia de la nueva nación, mismas que fueron firmadas por 33 de los 38 miembros, entre ellos el propio Iturbide, que se proclamó emperador, y Juan O’Donojú como primer regente. Los miembros Francisco Severo Maldonado, y los licenciados José Domingo Rus, y Miguel Sánchez no aparecen habiendo firmado ‘in absentia’ por haber sufrido posible impedimento por causa de enfermedad. Según los escritos que constan en el Acta de Independencia, estos dicen:
“La Nación Mexicana que, por trescientos años, ni ha tenido voluntad propia, ni libre uso de la voz, sale hoy de la opresión en que ha vivido”.
“Los heroicos esfuerzos de sus hijos han sido coronados, y está consumada la empresa, eternamente memorable, que un genio, superior á toda admiración y elogio, amor y gloria de su Patria, principió en Iguala, prosiguió y llevó al cabo, arrollando obstáculos casi insuperables”.
Pero a decir de Flores, no todo fue miel sobre hojuelas una vez firmada el Acta, Agustín de Iturbide decide proclamarse emperador y comenzar los festejos de Independencia el 27 de septiembre, cuando su Ejército Trigarante tomó la Ciudad de México, acción que no fue bien vista por muchos que se sintieron traicionados, comenzando una nueva lucha, hasta que Iturbide fue proscrito y exiliado, y finalmente tras tomar la decisión de regresar a su patria, fue fusilado.
El 28 de septiembre de 1821, se establece en el Acta de Independencia que México sería reconocido como Imperio, pero tras la caída del emperador en 1823, el documento fue renovado y en lugar de decir Imperio, se estableció el término República. Por ello México cuenta con dos actas de independencia.
¿Cómo se llegó finalmente a celebrar la Independencia de México el 15 de septiembre?
Según en el libro del Doctor Rosalío López Durán “Del abrazo de Acatempan a los Tratados de Córdoba: un largo camino hacia la consolidación de la independencia Nacional”, los conservadores aún después de la caída de Agustín de Iturbide continuaban celebrando los días 27 de septiembre, la independencia; pero los liberales optaron por realizar una apología de Miguel Hidalgo como el ideal insurgente demeritando la fecha. Ya como emperador de México, Maximiliano de Habsburgo decretó oficialmente el 16 de septiembre como el día para conmemorar la soberanía de México, esto con la finalidad de congraciarse con los liberales, y fue el primer jefe de estado que celebró la independencia en Dolores, Guanajuato .
Para 1910 el entonces presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Porfirio Díaz, en su conocido egocentrismo dispuso que la fecha independentista fuera el 15 de septiembre, que coincidía con su cumpleaños 80 y donde se dice tiró la casa por la ventana.