Al Sur: La ciudad se fue estructurando al paso de los siglos en espacios funcionales, como respuesta a sus actividades políticas, sociales y económicas.Cada generación ha ido concibiendo el territorio, en virtud de su propia mentalidad, necesidades, conformación social e intereses. Una vez consolidado el pueblo de Querétaro hacia la ruta Camino Real Tierra Adentro -en la segunda mitad del siglo XVI- se siguieron varias políticas de congregación y repoblamiento debido a la merma de naturales a causa de las epidemias. La Otra Banda surgió como un territorio de asentamiento indígena. Es hacia finales del siglo XVIII, cuando la población se extendió al sur, en el que se encontraban: el patíbulo, la Fuente los Ahorcados, la casa de abasto o rastro, un camposanto y el llamado Campo de Lorea (tramo de la hoy Av. I. Zaragoza, entre L. Pasteur y E. Montes). La disposición del Coligallo, el trazo de la Alameda, la fundación y construcción del convento y Templo de las Teresitas, la edificación de un nuevo cuartel; le dieron otra dinámica a la zona.
Un nuevo Cuartel. Al construir un cuartel en 1802, ubicado en la calle del Cebadal, donde anteriormente fue campo abierto este lindaba con las haciendas de Casa Blanca y de Callejas, el terreno era llamado como: De los melonares. El movimiento de la zona fue creciendo, el «nuevo, hermoso y cómodo cuartel» levantado para dar alojamiento al Regimiento Provincial de Milicias de Caballerías y Dragones (Av. Zaragoza, tramo entre Tolsá y Allende). Sin embargo, algunos oficiales se resistieron a trasladarse extramuros de la ciudad por los problemas de abasto. Los mesoneros y los miembros del Ayuntamiento intercambiaron oficios y argumentos, con la finalidad de que los milicianos desalojaran las casas particulares y mesones donde se encontraban.
Usos. En ese cuartel estuvo preso Epigmenio González y otros infidentes, una vez arrestados la noche del 14 de septiembre de 1810. Aproximadamente 30 regimientos y batallones tuvieron su centro de operaciones en la ciudad de Querétaro durante la guerra de Independencia, por lo cual muchos de ellos continuaron haciendo uso de los mesones y otros ocuparon espacios conventuales. Parte de la caballería se acantonó en el «nuevo cuartel », fue un centro de adiestramiento para vecinos reclutas que formaron parte de las Milicias Cívicas y batallones “activos” durante las guerras contra Texas, Estados Unidos y Francia. El 26 de noviembre de 1863, tomaron el inmueble las fuerzas francesas. Durante el Sitio de 1867, la artillería de los imperialistas estuvo posicionada desde San Francisquito hasta la Alameda, formando una línea perpendicular en relación a Casa Blanca al mando de Ramírez Arellano; Parte de la caballería bajo las órdenes de Mejía se encontraba en el cuartel.
Sitio de 1867. En esa línea se originaron dos importantes combates: el del 24 de marzo y el del 27 de abril de 1867. Después de una consistente búsqueda, Méndez fue fusilado el 19 de mayo del mismo año. En el muro de adobe por algunos años permaneció una cruz, que señalaba el preciso lugar del fusilamiento. En uno de los muros exteriores del cuartel también fueron fusilados, el 16 de junio de 1884, los pronunciados de la hacienda de Tlacote; luchadores sociales que buscaban reivindicar la propiedad de sus tierras y terminar con los “abusos de los patrones”. En 1896 se reedificó completamente el edificio destinado para el alojamiento de la tropa, al que se le brindó el nombre de Damián Carmona. En su explanada se desarrollaban actividades de las fiestas navideñas, en la última década del siglo XIX, hasta 1911. Al eventual equipamiento le llamaron Pueblo Nuevo. (En otra entrega daremos una semblanza).
Desarrollo. Hacia la segunda mitad del siglo XIX, fueron emplazados nuevos inmuebles al sur de la ciudad como: El molino de harinas El Fénix, la Estación del Ferrocarril Central, el sistema de tranvías, la erección del monumento a Cristóbal Colón -al poniente de la Alameda-, las mejoras y “embellecimiento” de la Alameda, con el monumento a Don Miguel Hidalgo, el Kiosco, bancas, alumbrado; hicieron del lugar un paseo favorito de los queretanos. En 1906, fue inaugurado el monumento a Don Benito Juárez (ubicado al norte del mismo espacio) con motivo del centenario de su natalicio tomó el nombre de Calzada Juárez. En los años veinte del siglo pasado se prolongó la vialidad hacia el oriente, obra que los vecinos de los barrios de la Cruz y San Francisquito conocieron como: la Calle de las lágrimas, una década después al sur del mismo espacio se construyó el Estadio Municipal, en los cincuenta el monumento a Colón se trasladó al sur y en los sesenta comenzó a funcionar la Terminal de Autobuses.
Nuevo rostro. En el último tercio del siglo XX, la Avenida Juárez cambió de nombre, se le impuso el de Ignacio Zaragoza. Para revitalizar el rumbo fueron derribadas bardas y casas de adobe ubicadas entre alfalfares, carrizales y ciénagas, formadas con los escurrimientos de las lluvias, prolongando el trayecto hacia el poniente. Algunas veces con la modalidad del Boulevard con un camellón al centro y en otras modificado y vuelto a construir… En los años cuarenta hasta los sesenta del siglo pasado, como consecuencia del «desarrollo estabilizador», con los programas de desarrollo y fomento agrícola e industrial, la ciudad se comenzó a transformar, las colonias: Centenario (después Niños Héroes), el Cimatario, Jardines de Querétaro… la mancha urbana se extendió. La industrialización favoreció el crecimiento y la “adecuación” de la capital para contar con una buena vialidad fueron ampliadas las avenidas, en esos procesos surgieron hoteles y se erigieron nuevos edificios. El lugar donde estuvo el Cuartel y su plazuela fue construida, el camino hacia el poniente que dio albergue al Centro Comercial Conde, el cual impuso nuevos hábitos de consumo e introdujo el concepto de autoservicio y tienda departamental. En la actualidad son una tienda de telas y una farmacia de las cadenas monopólicas de medicinas de patente y genéricas (respectivamente).
Desde el presente. Todavía se encuentran en la avenida I. Zaragoza -antes del Cebadal- (tramo I. Allende y B. Juárez), en la acera norte los Laureles de la India, no así los tordos y golondrinas que se posaban en sus ramas con trinos ensordecedores. Ahí están ubicados: un servicio público de carga, puestos de periódicos, la algarabía de la entrada y salida de escolares de las primarias Benito Juárez, Venustiano Carranza y del Jardín de Niños Adolfo López Mateos, junto con la congregación de madres y padres de familia además de los vendedores de golosinas. Solo queda la memoria de los hechos y actos que se desarrollaron en su entorno.
Desde Anbanica - Teocalhueyacan. Noviembre de MMXVIII.
