“Llegó el momento de que nos demos la oportunidad de sacudir a la Fiesta de los Toros. Es el momento, el pretexto, para hacer algo por la Fiesta”.
Quien lo asegura no es un improvisado, sino un empresario de larga y fructífera tradición en el mundo del toro, y lo hace en el que quizá sea el momento más grave en la historia del espectáculo taurino. Juan Arturo, El Pollo, Torres Landa, empresario de Provincia Juriquilla alza la voz y sostiene: “Este es el momento en que, de alguna manera, pensemos más en el público que en las tradiciones”.
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Pone el ejemplo del dueño de los Atléticos de Oakland cuando propuso que el pitcher ya no bateara, sino se designara a un bateador distinto para reiterar una idea que ha tenido desde hace años: la de desechar la tradición de que el torero de mayor antigüedad en el cartel sea el que abra plaza. “Yo creo que ya llegó el momento en el que el empresario tenga la facultad de hacer el cartel que crea puede llevar más gente a la plaza; que le abra un joven a Enrique Ponce, y luego cierre otro joven. Hacer las cosas de tal manera que el aficionado tenga interés en ir a ver ese cartel, y no tener que meter ahí a un torero viejo para que le abra plaza a la figura del toreo”.
“Sí, las figuras en España se están juntando”, reconoce ante el comentario de la reunión de algunas de ellas en la finca de Roca Rey, “pero son unas diez personas las que, con todo lo que han ganado, están viviendo bien. Pero los toreros que toreaban diez o doce corridas al año, y a veces dos o tres, están pasando momentos dificilísimos, y no te quiero decir los novilleros, las cuadrillas, los monosabios, los que trasladan el ganado; esta es la ruina total”.
Reitera que para los empresarios taurinos sería económicamente inviable el dar corridas con el cuarenta por ciento del aforo, con el propósito de mantener la distancia exigida para evitar contagios entre el público, e insiste: “Yo les he dicho a algunos empresarios, toreros y ganaderos, que es momento de que la Fiesta de los Toros tengo algún movimiento, como lo están teniendo los deportes. El preguntarnos qué podemos hacer para que la gente se interese, cómo podemos hacer que la gente voltee, otra vez, a los toros”.
Las declaraciones del popular empresario queretano se dan el marco de una crisis monumental que ha provocado la suspensión de todos los festejos taurinos en el mundo, y que tan sólo en México ha generado el necesario sacrificio en los rastros de quinientos toros de lidia. Una crisis de la que la industria taurina requiere salir fortalecida, a riesgo de perderse.
