El Gallo no perdió y ya es ventaja, primer punto que cosechan jugando fuera de casa pero el riesgo de la multa sigue latente, además de que no pudieron asegurar su lugar en el repechaje, quedan dos jornada para buscar la salvación y la calificación.
Los queretanos jugaron un partido muy malo, de hecho los Rayos perdonaron al fallar un penal, con ello sacaron un punto que no es malo pero deja todo en suspenso.
EL PARTIDO
Muy pero muy poco qué contar en un juego que estuvo lleno de imprecisiones, faltas y jugadas sin terminar, dos equipos que han mostrado muy poco en el torneo pero que estaban muy necesitados de ganar los puntos.
Necaxa salió más obligado. Su última oportunidad de un posible repechaje lo jugaron en casa. Ante el peor visitante del torneo, todo lucía viable. Pero Querétaro tuvo su propia urgencia. Tres puntos en patio ajeno los afianzaría entre los primeros 12 peldaños. Esa presión por el triunfo, se esfumó en cuanto dio inicio el partido en el estadio Victoria.
El contraste de Gallos apareció en Aguascalientes. Una vez más demostraron que de locales son un equipo propositivo y de un gran juego, pero de visita no dan una, y parece que su mejor nivel se queda en tierras queretanas.
Los Rayos dieron algunos destellos, muy contados. Fueron ellos los que intentaron presionar, hacer algo distinto para romper la paridad, sin embargo, estuvieron muy lejanos a generar algún peligro.
El juego fue bastante cerrado, con poca generación en el ataque, bula precisión. Los porteros no fueron exigidos ni una vez. Édgar Hernández y Gil Alcalá la pasaron muy a gusto, sin ensuciarse el uniforme. Las ofensivas de ambos equipos no dispararon a puerta y cuando lo intentaron, el balón quedó muy lejano.
Eso si, fue un cotejo muy golpeado. Literalmente, Gallos fue de pelea y Necaxa no se quedó atrás. Lo más relevante en 45 minutos, por increíble que parezca, fueron dos patadas arteras. Una fue de Luis Valencia, quien en su afán de despeje, le clavó los tachones a Jairo González. Y la otra fue del lateral Omar Mendoza a Rodrigo Aguirre. El árbitro central del juego no las interpretó como una expulsión, de hecho solo amonestó al Tren, que hace varios años maravilló con su velocidad en el Manchester United.
En cuanto al juego, poco y nada. Los queretanos aguantaron, buscaron un error de su rival, el cual nunca llegó. Al igual que los hidrocálidos, mostraron poca ambición por abrir el marcador. Incluso parecieron conformes con el resultado igualado, al menos, eso fue lo que demostraron en la primera mitad.
El complemento fue mejor. Los rojiblancos no cambiaron de sistema y siguieron con la presión. Esa insistencia estuvo cerca de rendir frutos. Una mano de Omar Mendoza, que tuvo que ser verificada por el VAR, fue una oportunidad inmejorable para que el local electrocutara a su rival emplumado. Rodrigo Aguirre tomó el balón, se le vio confiado, pero erró su disparo desde los once pasos. El poste le negó su primer festejó y la presión aumentó en el uruguayo.
Necaxa peleó, tomó el control de forma absoluta. Gallos quiso cantar de último momento, pero el empate sin goles y el aburrimiento en el Victoria no pudo cambiar.