Seguridad bajo los tres palos, confianza, sed de triunfo, son las cualidades que distinguen a la joven arquera de Gallos Blancos Femenil, Natalia Acuña quien tuvo una faceta como bailarina de Irish Dance y ahora se desenvuelve como futbolista profesional en la posición más difícil e ingrata que hay.
“A mi mamá no le gustaba que yo jugara futbol, fue hasta que me vio cuando me quiso meter a jugar, yo antes de eso bailaba Irish Dance y así pude compartir un tiempo el baile con el futbol”, dos pasiones que pudo combinar a muy corta edad a pesar de que su mamá no estaba del todo de acuerdo en que su hija practicara un deporte catalogado como “machista”.
Sacrificios, caídas, golpes duros le ha dado el futbol, ha sido un camino sinuoso y lleno de obstáculos para Natalia Acuña, quien ha tenido que dejar de lado su juventud, dejar de disfrutar de una buena fiesta o un campamento con sus amigas, “Estar en Gallos no es cualquier cosa, tuve que arriesgar la familia, mis amigos, mi escuela, ya no voy en una escuela normal porque tengo que estar al cien en esto y estoy estudiando en línea para poder continuar mis estudios. A mis amigos los veo rara vez y a mi familia cada vez menos”.
SU SUEÑO
Toda Súper Mujer tiene un sueño por cumplir y para Natalia Acuña hay un futuro promisorio y lleno de ilusiones, ella se ve algún día en la Selección Nacional, “Mi meta más gran es estar en la Selección mayor de portera titular y poco a poco estoy trabajando para poder conseguir ese objetivo”.
¿A QUIÉN ADMIRA?
“Cuando era chiquita admiraba mucho a Hope Solo (portera estadounidense), algún día quería ser como ella y aprendí muchas cosas viéndola, pero ahora admiró más a mi papá por todo lo que hace, es un gran ejemplo para mí y eso lo hace el mejor papá”.
LA ANÉCDOTA
“Yo iba a debutar en la Liga en el primer partido contra Tigres aquí en el Cegar, me salí un día antes a la plaza a caminar con mis amigos, me cacharon y me quitaron mi debut, fue una experiencia muy mala, agradezco que me pasó porque así aprendí desde el primer día, no jugué ni me convocaron, esa fue una muy mala experiencia pero llena de aprendizaje”.
UN LIBRO
Todo lo que fuimos
COMIDA
Pizza, ensalada, hamburguesas, tacos y crepas.
RECOMENDACIÓN MUSICAL
Morat
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