El brócoli es un alimento ideal para toda la familia, ya que entre sus múltiples propiedades contiene vitaminas C, A, E, ácido fólico y minerales como el potasio, hierro y el zinc; esto lo hace ideal para proteger al corazón ayudando a eliminar el colesterol malo, ayuda a desintoxicar y depurar el organismo, protege los huesos, cuida los ojos, previene el estreñimiento, mejora la piel produciendo colágeno, además de ser muy versátil en la cocina.
En la temporada de frío es la época perfecta para cultivarlo y lo mejor es que se puede hacer desde casa lo que garantiza tener una verdura fresca, libre de pesticidas y totalmente orgánica para una mejor calidad al consumirlo. El procedimiento es sencillo a decir de la experta en agronomía Ángeles Becerra y sólo se necesitan los tallos de un brócoli fresco.
PROCEDIMIENTO
Uno o varios brotes o tallos que estén frescos, los cuales se colocan en un envase con agua corriente por algunas semanas hasta que comiencen a salir esquejes. Si se requiere que el proceso de enraizamiento sea más acelerado, se puede utilizar el agua de remojo de lentejas.
TRANSPLANTACIÓN
Una vez que las raíces ya estén firmes se transplanta a una maceta grande y rectangular o bien a un huerto.
Es importante que la tierra sea nueva y únicamente se planta hasta que solo quede al descubierto el brote.
El agua es importante y se debe regar diariamente pero en muy poca cantidad, únicamente para que la tierra esté húmeda.
A decir de la experta la planta debe tomar el sol algunas horas diarias, sin que ésta sea permanente, así que lo aconsejable es colocarlo en un sitio donde tenga luz solar pero no directa.
Es indispensable nutrir el brócoli con nitrógeno y potasio para que esté verde.
Aproximadamente tarda de 5 a 7 meses para que la cosecha esté lista y se pueda disfrutar un brócoli fresco y crujiente.