Esta noche se convertirá en una "bohemia de oro", de la mano de Hugo Jordán y Manuel Adrián, mancuerna que más allá de una complicidad musical nace de una profunda amistad y cariño entre estos dos artistas.
La cita es en el QBO del Caserío, donde a propósito de la celebración por los 50 años de carrera de Manuel Adrián, el público será el que goce con la estupenda voz de este bolerista.
“México le debe a Manuel la oportunidad del éxito y de tener al mejor bolerista en los escenarios”, dice Hugo y detalla que esta fraternidad nació desde hace 45 años, cuando detalla, hicieron “clic” desde que se conocieron.
En tanto, Manuel se refiere a este festejo como el motivo de su mayor deleite día tras día; “esta profesión y oficio es maravilloso, yo creo que si me muriera y naciera de nuevo, definitivamente lo volvería a hacer; 50 años se me han pasado como un momentito”.
Al cuestionarle sobre los boleros que considera imperdibles para esta noche menciona “El reloj”, al tiempo que comienza a vocalizar “Sin ti no podré vivir jamás... / Toda una vida... / Perdón, vida de mi vida...”
Además ambos músicos aclaran que este concierto también se convierte en un homenaje al bolero, género con el que las nuevas generaciones no están familiarizadas. “El bolero nunca va a morir porque siempre vienen corrientes como el reguetón ahorita, pero pasan porque es inmortal, y el tango, ¿qué puedo decir?, es una amalgama hermosa”, describe Manuel.
En este viaje a través de las canciones, se contará además con la participación de músicos y bailarines, quienes ayudarán a alegrar el ambiente y se moverán al ritmo de los diversos matices que sean marcados por temas que saltan de la alegría a la melancolía.
“No tenemos un show determinado porque lo hace gente; lo que ellos piden –entre tangos y boleros–, nosotros lo cantamos”, dice Hugo y asegura que si llegan a solicitarles alguno que no sepan, complacen al público con otro, ya que asegura, de eso se trata la bohemia, de crear un vínculo de amistad entre copas, amigos y música.
Finalmente Manuel aclara que en esta hermandad no existen los egos o la vanidad. “Los dos estamos en total acuerdo y trabajamos en una comunión y como un matrimonio ‘casi’ perfecto”, dice y aclara que el casi es porque mientras Adrián disfruta de tomar algunas copas, Jordán prefiere abstenerse.
“Invitamos a la gente a disfrutar de la bohemia que se perdió y nosotros creemos que la encontramos, por eso la queremos regresar”, puntualiza Hugo.
La cereza del pastel
Alinna será la encargada de ser la telonera de esta velada especial, quien a través de tres temas a modo de música versátil dará paso al plato fuerte de la noche, posición que asegura la hace sentirse orgullosa y feliz. “Muy honrada de recuperar esa bohemia que ya se perdió porque es maravilloso ese contacto con el público y poder compartir tus sentimientos e interpretar una canción para llevar a la gente del amor, al llanto y al sentimiento de pasión”, describe.