Una voz seductora y presencia imponente son las primeras características que saltan a la vista al encontrarse con Daniel Boaventura, el cantante barítono de origen brasileño que evoca temas de los grandes como “My way”, de Frank Sinatra.
“La selección de un repertorio es muy difícil porque debo elegir una verdad que yo quiera cantar, pero sabemos que en el mercado –y en la vida– no funciona así, entonces debo encontrar un equilibrio, basándome en pesquisas y estudio”.
En Brasil, Daniel cuenta con un estudio de músicos arreglistas que le ayudan a transformar temas para que pueda sentirlos como propios, ya que selecciona canciones de diversas épocas que bien pueden ser de los años 20, 70 u 80, pero que unidas logran contar una historia en su show.
“Comenzamos de una manera más contemplativa con jazz, después nos vamos a algo más romántico y poco a poco vamos creciendo para un momento festivo con música más bailable”.
Grandes memorias
Hace cerca de cinco años, Boaventura grabó el tema “Bésame mucho” acompañado de una orquesta brasileña en Río de Janeiro, que fue descubierta por empresarios rusos, quienes lo invitaron a grabar junto a la orquesta filarmónica de aquel país.
“La condición era que cantara en ruso, que no hablo y tuve que aprender en un mes, lo cual es imposible (...) Solamente aprendí lo básico y estudié profundamente la fonética de cada canción”.
El resultado de ese concierto, comparte Daniel, fue emocionante gracias a la gran respuesta del auditorio, tal como le sucedió en la Ciudad de México en una fecha muy cercana a los sismos ocurridos en septiembre del 2017.
“Era la grabación de un DVD y el teatro (Metropólitan) tenía que estar lleno; para mí fue una manera de dar algo positivo después de esa tragedia”, recuerda y lo define como algo “mágico”.
“Salí del escenario y al volver la gente comenzó a gritar cada vez más alto; casi me puse a llorar, que es difícil que yo llore (...) Ser recibido por un público de otro país de esta manera, es algo que valoro mucho”, aclara.
Su historia
Su andar en la música empezó entre los 18 y 19 años con bandas oriundas que nacieron en festivales del colegio, justamente entraba a la universidad donde cursaba administración, pero luego de unos años empezó a estudiar canto y tuvo que elegir, por lo que prefirió los escenarios.
“Cerca de los 25 años empecé a hacer los teatros musicales de estilo Broadway y brasileño. Tuve la oportunidad de protagonizar espectáculos como Evita, La Bella y la Bestia, Chicago, Sunset Boulevard y Victor / Victoria”.
Actualmente su carrera se ha enfocado a su labor como cantante, ya que dice, es el medio ideal para expresarse. “Encuentro una forma verdadera de expresarme, el contacto con el público es diferente con respecto a un musical”, dice y abunda que a pesar de estar acompañado de orquesta o grandes actores en los escenarios, al fungir como cantante, no se trata de un personaje, sino de sí mismo.
“Esta faceta me permite tener más control en cuanto al repertorio y mi carrera”, dice refiriéndose a que ahora puede elegir la música que siempre quiso, como los grandes standards de jazz, americanos, rock, rhythm & blues, música brasileña y temas en español.
Entrega total
El cantante confiesa que después de un show en vivo, la concentración y la energía tanto la que desborda como la que recibe del público es tanta, que suele sentirse exhausto y con dolor de cabeza.
“Termino extremadamente feliz porque mi prioridad es mi público y quiero que salgan de ahí con una experiencia nueva, pero el dolor de cabeza se debe a la manera en la que canto”, comparte con una sonrisa.